Se cree que las galletas existen desde hace unos 10.000 años, en Grecia, con los llamados 'dipyres', que en realidad eran panes cocidos dos veces. ¡Y menudo invento! Hay infinidad de ellas y forman parte de muchos de nuestros desayunos y meriendas pero, ¿hasta qué punto son saludables?
De acuerdo con la guía elaborada por la Fundación Española de Nutrición y el Ministerio de Agricultura, 'La Alimentación española', se pone en valor que, "probablemente" la galleta más popular en España es la galleta María, con forma redonda, que fue creada por el repostero inglés Peek Freans en Londres en 1874, para conmemorar la boda de la Gran Duquesa María Alexandrova de Rusia con Alfredo de Sajonia, Duque de Edimburgo.
"Se hizo popular en toda Europa, y especialmente en España, donde tras la Guerra Civil se convirtió en un símbolo de la recuperación económica al producirse masivamente para consumir los excedentes de trigo. Otros tipos de galletas se diferencian por estar rellenas o recubiertas con o de chocolate, crema, frutos secos, pasas, azúcar, coco, entre otros ingredientes", agrega.
En cuanto a su valor nutricional, indica que tienen un alto contenido energético por la baja cantidad de agua que contienen, concretamente como media 2,5 gramos de agua por cada 100 gramos de producto.
"Están compuestas en su mayor parte por hidratos de carbono aportados por la harina empleada y el azúcar añadido en su composición, de esta forma los hidratos de carbono de su composición serán tanto complejos (almidón) como simples (sacarosa, glucosa, fructosa, etc). Si la harina utilizada en su elaboración es integral serán una buena fuente de fibra", añade la guía elaborada por el Ministerio y la FEN.
Ahora bien, sobre la calidad de la grasa admite que ésta dependerá del tipo de ingredientes empleados para su elaboración: "Actualmente en el mercado se pueden encontrar galletas con composiciones muy variadas debido a su enriquecimiento o fortificación en determinados nutrientes, como pueden ser las vitaminas A, D y del grupo B, minerales o fibra".
Según estén rellenas o cubiertas de chocolate u otros ingredientes similares, su contenido energético puede ser de 414 kilocalorías en las galletas tipo María, hasta por ejemplo 525 kilocalorías en las galletas cubiertas de chocolate.
Eso sí, y fundamentalmente por su alto contenido calórico, Miriam Ruiz, médico especialista en Medicina Interna, dietista-nutricionista, y directora del centro médico Edyal en Murcia y de la escuela 'on line' Edyal subraya en una entrevista con Infosalus, con motivo de la publicación de 'Alimenta tu salud con comida real' (Aguilar) que "no hay ninguna galleta que podamos comprar y de la que podamos decir que es saludable".
Según argumenta, independientemente de sus ingredientes, que por lo general son harinas y aceites refinados o azúcares o sus sustitutos, el resultado siempre de una galleta al final es ese pequeño "bocado hiperpalatable": "Simplemente el hecho de que haya un producto que nos produzca una incapacidad para controlar su consumo la hace insana".
Lo mejor, hacerlas en casa
Por eso, defiende que si queremos consumir galletas lo más saludables posibles debemos hacerlas nosotros y además emplear ingredientes que sean lo más saludables posibles, y de la mejor calidad. "El hecho de que tengas que hacerlas, el esfuerzo extra, que valores cada vez que te la vas a comer, ya no la tienes al abrir el armario, sino que vas a querer dosificarlas más porque te ha costado un esfuerzo, y si no tienes pues tendrás que hacerla y aquí el componente de ansiedad, antojo e inmediatez va a disiparse un poco", reconoce.
Por su parte, el Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría sostiene sobre las galletas que "no existen alimentos buenos o malos sino una alimentación saludable o no".
En el caso de los niños defiende que se ha de conjugar idoneidad de la dieta y su aceptación por parte de los menores. "La galletas -como otras formas de cereales- son buenos instrumentos para conseguir hacer una dieta variada y saludable. En este sentido, el Comité de Nutrición de la AEP considera que las galletas son un alimento sano si se consumen en las cantidades adecuadas y dentro de una dieta variada", apostilla, al tiempo que resalta que por eso desde la AEP insisten en la importancia de una alimentación equilibrada.
A su juicio, tanto por su aceptación como por su valor nutricional, "las galletas son un buen alimento para el desayuno y la merienda": "Si se considera que el desayuno debe proporcionar un 25% del aporte energético de la dieta diaria para una dieta de 1.500 kcal, eso corresponde a 375 kcal, que supone un vaso de leche (140 kcal) + un paquete de 4 galletas (200 kcal) + 1 pieza de fruta pequeña (50-75 kcal). Igual podemos decir para la merienda".
A nivel general, sostiene que las galletas, de acuerdo con la legislación española, son productos alimenticios elaborados fundamentalmente con una mezcla de harina, grasas comestibles, adicionado o no de azúcares sometidos a un proceso de amasado y posterior tratamiento térmico, que dan lugar a un producto de presentación muy variada caracterizado por el bajo contenido en agua.
"Las galletas se caracterizan por su elevado valor energético (400-490 kcal/100 gramos) y en su composición destaca el contenido en hidratos de carbono (60%-70%), entre los que se encuentran los polisacáridos (almidón) y altos contenido de azúcar (25%-35%); su contenido en lípidos es del 12%-25%. Los azúcares son el ingrediente básico de las galletas dulces y constituyen el 40% del total de hidratos de carbono", concluye la AEP.