El consumo de frutas y verduras es una gran asignatura pendiente en España, y septiembre es un buen momento para marcarse el objetivo de enriquecer nuestra dieta con platos de cuchara. En este sentido, hay opciones que nos pueden ayudar en forma de 'procesados saludables': hay productos, como las legumbres conservadas en bote o la verdura al natural congelada que son perfectamente recomendables desde el punto de vista nutricional aunque hayan recibido algún tipo de tratamiento alimentario.
El asunto se vuelve algo más complicado cuando se trata de guisos preparados: en productos como cocidos o fabadas de lata se han detectado varios aditivos insanos, del azúcar a la sal, que pueden a llegar a anular los beneficios de su consumo. Ahora que el calor comienza a marcharse y alimentos rápidos y fáciles de tomar como las cremas de verduras vuelven a resultar apetecibles, es legítimo preguntarse si las que se venden elaboradas en los supermercados son realmente compatibles con una dieta saludable y la pérdida de peso.
Es precisamente lo que se ha planteado la revista Eroski Consumer en su última edición, analizando 29 cremas de verduras diferentes fabricadas por seis marcas líderes del mercado: Gallina Blanca, Anko, Knorr, Eroski, Pedro Luis y Gvtarra. La conclusión es que la composición de estos productos puede variar enormemente, por lo que lo importante es escudriñar la etiqueta en busca de informaciones clave. La principal es la cantidad de materia prima que contienen, en decir, si hay suficientes como para que los vegetales e ingredientes hagan a la crema digna de su nombre.
Y es que podemos encontrar situaciones sorprendentes, como que el ingrediente principal sea el agua en más de la mitad de las cremas analizadas. En otras 13 sí predominan los vegetales: ocurre en las marcas Anko, Pedro Luis y Gvtarra; las cremas Knorr de calabaza y de ocho verduras; la crema de Alicia; y las cremas de calabaza y de verdura de Gallina Blanca. El reverso de la moneda es el de las mezclas que contienen tan poco del producto que da nombre a la crema que prácticamente queda reducido a reclamo comercial.
"Por ejemplo, en la crema de calabacín con queso de cabra Knorr, el queso está en una proporción de tan solo el 0,5%; en la crema de pollo con verduras, solo el 7,28% es pollo; en la crema de setas del bosque Knorr, solo el 9% son setas, y en la crema de espárragos, este ingrediente se encuentra en una proporción del 6%, de manera que el producto está compuesto principalmente por agua y patata (12%)", se puede leer en el artículo. Por otro lado, las recetas requieren de algún tipo de grasa, y en la mayoría de las cremas, esta es la más deseable, el aceite de oliva virgen extra (AOVE).
La crema de calabaza Gallina Blanca emplea la mayor proporción de AOVE, un 2,5%. Otras, sin embargo, usan aceite de girasol, menos saludable. Son la de calabaza de Gvtarra y las siguientes de Knorr: crema de setas, crema de verduras mediterráneas, crema de verduras campestres y el puré de verduras jardineras. Finalmente, otras cremas de Knorr, Anko y Eroski emplean mantequilla, nata o leche mazada (derivada de la elaboración de la mantequilla) que aportan una textura cremosa, pero introducen también grasas saturadas.
Espesantes y edulcorantes que atenúen la acidez de la composición son otros aditivos a tener en cuenta. Los primeros son carbohidratos como el almidón de maíz, las alubias blancas o la patata, el ingrediente más económico de los tres y cuya proporción nos insta Consumer a vigilar en el listado de la etiqueta, ya que es el menos interesante desde el punto de vista nutricional. En las cremas de Knorr -salvo en la de verduras campesinas- y en las de Eroski se encuentran también pequeños niveles de azúcar.
La sal, sin embargo, es el aditivo más preocupante a vigilar: una ración de crema nos aportaría dos gramos de media, cuando la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) marca un máximo de cinco diarios. "El producto que menos sal por ración contiene es la crema de verduras Anko (1,25 g), seguida de la crema de calabaza Pedro Luis (1,50 g) y la crema de calabacín Knorr (1,60 g)", explican. Las que más tienen son "la crema de garbanzos con verduras Anko y la crema de verduras Pedro Luis (ambas con 2,50 g de sal por ración), seguidas de la crema de calabaza Eroski (2,08 g/ración)".
"Teniendo todo esto en cuenta, el producto que mejor se adapta a estas premisas es la crema de verduras Gallina Blanca: tiene un precio asequible, una cantidad notable de vegetales (56%) y un perfil nutricional relativamente aceptable (salvo por su contenido en sal, que es 1,88 g/ración)", concluye el análisis. "También la crema de verduras Anko y la crema de calabaza Pedro Luis parecen una buena opción. Incorporan menos sal (1,25 g/ración y 1,50 g/ración, respectivamente), unos ingredientes interesantes (entre ellos aceite de oliva), un buen perfil nutricional y, en principio, parece que contienen una notable proporción de verduras, pero es algo que no se muestra en el etiquetado, cuando debería hacerse".