Patatas, tomates, pimientos, aguacates... es difícil imaginar que tantos alimentos de consumo habitual a día de hoy no llegaron a la mesa y a la huerta de los europeos hasta el contacto con América. Sin embargo, hay una curcubitácea que nunca ha alcanzado una popularidad tan grande en España como sus milenarios parientes, del melón al calabacín. Si hablamos de calabazas en estas fechas, muchos sospecharán de la coincidencia con americanadas que van de Halloween a Acción de Gracias. Y esta suspicacias son un error, porque estas fiestas la aprovechan precisamente como producto de temporada para mejorar el perfil nutricional de las celebraciones.
La historia de la calabaza de Halloween le resultará de hecho familiar a muchos: originalmente se fabricaban faroles a partir de nabos vaciados en Irlanda, pero los emigrantes tuvieron que recurrir a lo que se cosechaba en fecha de Todos los Santos en EEUU, la calabaza. Hoy, esta verdura -fruto en realidad- también se produce en España, e incorporarlo a nuestra dieta en los meses fríos, como impulsó recientemente una campaña, contribuye a un consumo más sostenible y beneficioso para el agricultor, al tiempo que garantiza las mejores propiedades organolépticas, nutricionales y saludables, como recuerda Consumidor Global.
Con este objetivo, la cadena de supermercados Mercadona anuncia que ha aumentado la compra de la variedad que se cosecha en España de mediados del verano a finales del invierno, la calabaza cacahuete. La empresa de Juan Roig tiene previsto comprar "más de 2.370 toneladas" esta temporada, incrementando un 6% la adquisición que comen, a tres proveedores totaler: Totaler Ramafrut (Benaguacil, Valencia), Anecoop (Cheste, Valencia) y Patricia Pilar (Portugal). "Todos ellos ubican sus campos en Andalucía, Región de Murcia, Comunitat Valenciana y Castilla-La Mancha", precisan.
Al igual que sucede con otros productos de frutería y verdulería, de las naranjas y mandarinas a la castaña, esta iniciativa de Mercadona se apoya tanto en la iniciativa del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación "Frutas y Verduras de temporada", como en el Código de Buenas Prácticas Mercantiles en la Contratación Alimentaria para los proveedores locales. Un "acuerdo voluntario", subrayan, "que supone un nuevo paso en la promoción de prácticas comerciales justas".
Por qué comer calabaza
La 'calabaza cacahuete' recibe su curioso nombre por la forma, aunque se trata de un fruto voluminoso, de más de un kilo. Es una calabaza de invierno, lo que implica una mayor capacidad de conservación que las de verano, y se caracteriza por su sabor dulce, lo que la convierte en popular en recetas para postres. Galletas, pasteles de queso o brazos de gitano son algunas de las propuestas de nuestros compañeros de Cocinillas, aunque no desmerece para un plato principal bajo en calorías y denso en nutrientes como un arroz, un pisto o una crema.
El principal aporte nutricional de la calabaza ya lo anuncia su vibrante color: los pigmentos vegetales naturales son antioxidantes que también se metabolizan como vitaminas. "Los betacarotenos se convierten en vitamina A, y la intensidad de este color indica la importante cantidad de vitamina A que se puede obtener de un alimento, explicaba a EL ESPAÑOL María Carmen Japaz, dietista y nutricionista. Una alimentación de este tipo, sin grasas y rica en fibra, ayuda a controlar los niveles de colesterol.
La ingesta de carotenos se ha asociado a un menor riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares, como publicó el The American Journal of Clinical Nutrition. Estos pigmentos antiinflamatorios también ejercen un efecto de prevención contra el cáncer especialmente importante de cara a los tumores de pulmón y para la salud de la mujer. Completan el aporte las vitaminas C y la E; el licopeno, otro pigmento antioxidante que también se encuentra en el tomate; y minerales como potasio, fósforo, magnesio, hierro y zinc.
De la calabaza se pueden aprovechar hasta las semillas: las pipara cuentan con numerosas propiedades saludables, al ser son muy ricas en ácidos grasos insaturados, proteínas y aminoácidos poco frecuentes. Incluso la famosa cáscara dura podría tener beneficios alimentarios, ya que al hervirla para sacarle los últimos jugos se obtendría un caldo con los mismos nutrientes.