Las celebraciones de las fiestas traen consigo un desembarco de festines ricos en carbohidratos, azúcares y proteínas de origen animal. Si a esto le sumamos el consumo de alcohol que suele rebasar lo recomendado, la Navidad puede terminar convertida en una 'tormenta perfecta' de riesgo cardiovascular por colesterol y sobrepeso. Salirnos del 'carril' de las comidas más grasas y las carnes rojas puede ayudarnos a equilibrar los excesos sin renunciar por ello a los placeres de una buena mesa.

En EL ESPAÑOL ya hemos roto una lanza por incorporar las aves a las comidas y cenas navideñas, de la pularda al pavo, menos populares en España que el cordero, el cerdo o el vacuno, pero ampliamente consumidos en estas fechas en Europa y América del Norte. La principal diferencia entre la carne 'blanca' de las aves de corral -a excepción del pato, 'campeón' de la grasa- es su menor proporción de grasas saturadas, las relacionadas más estrechamente con problemas cardíacos y riesgo de cáncer.

Así, el cordero supone unas 320 kilocalorías por cada 100 gramos de peso, de los cuáles 22 gramos corresponderían a grasas. El pavo, sin embargo, es un alimento muy proteínico que resulta todavía más magro que el pollo, algo que sorprenderá a muchos. Mientras que el pollo tiene 167 kilocalorías por cada 100 gramos, el pavo tiene 107. Para la primera ave, la grasa supone casi un 10% del alimento, pero para la segunda apenas supera el 2%. Además, la carne de pollo tiene una mayor cantidad de colesterol, tal y como explica la Fundación Española de Nutrición (FEN).

Un pavo entero alcanza los cuatro kilos y puede ser más difícil de cocinar que la carne de cordero troceada en chuletas o el cochinillo, lo que puede echar atrás a los consumidores. Para facilitar la tarea, Mercadona recupera la pavita por Navidad, "preparada y lista para asar al horno" en su sección de carnicería. Encontraremos el ave envasada 

"La pavita de Mercadona, disponible desde hoy y hasta fin de año en la carnicería de las más de 1.600 tiendas que la compañía tiene en España y Portugal, se vende en un formato de aproximadamente 4 kilos y es elaborado por el Proveedor Totaler Procavi en sus instalaciones ubicadas en Marchena (Sevilla), quien desde hace dos años acometió una mejora para perfeccionar la presentación de la pavita", explica el comunicado oficial.  

El pavo entero es una opción mucho más saludable que las pechugas fileteadas y envasadas, que frecuentemente son productos ultraprocesados con tantos aditivos e ingredientes de baja calidad como para merecer ser considerados insanos. Sin embargo, es una carne que tiende a quedarse seca al hornearla. El clásico pavo relleno popularizado por las películas festivas estadounidenses añade abundantes salsas y aderezos que pueden acabar empeorando su perfil nutricional con un exceso de carbohidratos.

Sazonar el pavo con especias y hierbas aromáticas, e incluso con frutas como los arándanos tan del gusto de los estadounidenses, sería una mejor opción que también nos ayudaría a paliar el déficit de fibra que suele caracterizar a la Navidad. Desde Mercadona proponen la siguiente receta para la pavita que le aportará jugo y sabor sin disparar su contenido calórico:

Preparación

1. Precalentar a fuego fuerte el horno 10 minutos antes de empezar a cocinar.

2. Poner la pavita con las pechugas hacia abajo en una bandeja, con sal y pimienta.

3. Regar la pavita con un poquito de agua, vino y aceite y la dejamos +/- 1 hora a temperatura media (regarla con el caldito de la bandeja cada 15 minutos).

4. Transcurrido este tiempo machacar en un mortero los ajos y el tomillo, verter el vino, el agua y el aceite y mezclar.

5. Dar la vuelta a la pavita y rociarla con la mezcla del mortero cada 15 minutos.

6. A la media hora, introducir las manzanas peladas y sin corazón, partidas en 4 trozos y las ciruelas.

7. Dejar 30 minutos más a temperatura media.

Ingredientes

• 1 Pavita

• Medio Vaso de vino dulce de Jerez

• Medio Vaso de agua

• Medio Vaso de aceite

• 2 Ajos

• Pimienta negra molida

• 3 Manzanas

• 8 Ciruelas pasas sin hueso

• Una cuchara sopera de tomillo

• Sal

Una idea: La pavita lleva una válvula que salta cuando ya está cocinada por dentro.

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