Consumir carne cinco veces a la semana o menos -en España, el 75% toma entre una y cuatro raciones semanales- se asocia con un menor riesgo de sufrir cáncer en general, según un nuevo estudio que publica la revista BMC Medicine. Se trataría de una recomendación más permisiva que la que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) -'tres raciones de carne blanca y una de roja a la semana'-, pero el nuevo trabajo también establece que a mayores limitaciones del consumo de carne, mayores beneficios para la salud.
Para llegar a esa conclusión, el equipo del investigador Cody Watling de la Universidad de Oxford (Reino Unido) se centró en la relación entre la dieta y el riesgo de cáncer analizando los datos recolectados de 472.377 adultos británicos enrolados en el Biobanco británico, una base de datos sanitaria en la que participan voluntarios para ayudar en la investigación, entre 2006 y 2010.
Los participantes tenían entre 40 y 70 años en el momento del estudio, y fueron informando sobre la frecuencia con la que consumían carne y pescado. A partir de sus respuestas, los investigadores calcularon la incidencia de nuevos casos de cáncer que desarrolló el grupo de estudio en los siguientes once años de media, según los registros sanitarios.
A continuación, determinaron las comorbilidades como la diabetes y las condiciones socioeconómicas, demográficas y de hábitos de vida que podrían haber influido en la aparición del cáncer. En lo respectivo al recuento alimentario, 247.571 personas (el 52%) aseguró comer carne cinco veces a la semana, 205.382 (44%) lo hacía menos de cinco veces, 10.696 (2%) comía pescado pero no carne ('pescetarianismo') y 8.685 (2%) se declararon vegetarianos o veganos. De todos ellos, 54.961 (12%) desarrollaron cáncer durante el estudio.
Los investigadores comprobaron que, en comparación con las personas que comían carne prácticamente a diario, el riesgo generalizado de contraer cáncer descendía un 2% entre las personas que comían carne cinco veces o menos a la semana, se reducía un 10% entre los 'pescetarianos', y era un 14% inferior entre los veganos y vegetarianos.
A continuación, se centraron en los tumores directamente relacionados con el consumo de carne roja y procesada, como es el caso del cáncer colorrectal. Reducir las raciones cárnicas por debajo de cinco a la semana tuvo un efecto preventivo, con un riesgo un 9% inferior de desarrollarlo.
En cuanto a los hombres, el riesgo de cáncer de próstata fue un 20% inferior en aquellos que comían pescado en lugar de carne, y un 31% menor entre quienes seguían una dieta basada en plantas en lugar de proteína animal, frente a quienes tomaban carne a diario.
Las mujeres, por otra parte, presentaban un 18% menos de probabilidades de padecer cáncer de mama si eran vegetarianas o veganas, en comparación con aquellas que rebasaban las cinco raciones de carne semanales. Sin embargo, apuntan los autores, esto parecía relacionarse con un hecho indirecto: que las participantes que tomaban más verduras tenían un Índice de Masa Corporal (IMC) más saludable, un factor protector frente al tumor de pecho.
Los investigadores advierten sin embargo de que se trata de un estudio observacional, por lo que los indicios entre causalidad entre la dieta y el riesgo de cáncer son relativos. Además, los datos del Biobanco británicos se recopilaron en un único punto temporal en lugar de a lo largo de un periodo continuo, por lo que la alimentación de los participantes podría haber evolucionado, introduciendo confusión.
Es por ello por lo que los autores sugieren que la investigación debe seguir avanzando en dilucidar las asociaciones entre las dietas que incluyen poca carne, o ninguna, y el riesgo individualizado de cáncer en grandes grupos de población. Se trataría de un trabajo epidemiológico a gran escala que requeriría igualmente unos periodos de seguimiento más prolongados.