Hasta hace pocas semanas era posible adquirir online raciones militares del ejército ucraniano para experimentar cómo es la alimentación de un soldado de Ucrania en campaña. Desde que se desencadenó la invasión rusa, esta importación de material esencial es imposible, pero hay abundante documentación de cómo se han organizado unas tropas que llevan preparándose desde la anexión rusa de Crimea en 2014. Lo que comen, en sustancia, no es muy diferente de lo que llevan los soldados rusos en el petate. Pero los matices, no obstante, son significativos. 

Partiendo de los aspectos más técnicos, una ración militar para 24 horas va a consistir necesariamente en un paquete hipercalórico, de más de 3.000 kilocalorías. En comparación, el aporte diario recomendado para un adulto está entre las 2.000 y las 2.500 kcal. "El gasto energético que un soldado realiza derivado de la actividad física y del ejercicio físico es mucho más elevado que el de un civil", explicaba a EL ESPAÑOL Borja Bandera, médico especialista en Endocrinología y Nutrición y divulgador de salud en YouTube.

Además, supondrá un gran contenido en proteínas y grasas, provenientes de conservas de carne, y mucho azúcar. Todo ello permite obtener al soldado una alimentación energética y proteica que maximicen su rendimiento en circunstancias de estrés y desgaste físico. Como en el caso ruso, los ucranianos disponen como fuente de carbohidratos del 'pan seco' castrense, que a día de hoy toma forma de galletas saladas estilo 'crackers'. También de hasta nueve sobres de 10 gramos casa uno de azúcar blanquilla, té y café soluble, mermelada y chocolate, y un ingrediente inusual: hasta dos sobres de 40 gramos de miel de flores natural.

Pasando al 'plato principal', los ucranianos tienen un mayor nivel de sofisticación. Mientras que en la ración de la Federación Rusa pueden variar los contenidos de las conservas principales, en el Ejército de Ucrania tienen siete opciones de menú diferente para ir alternando, igual que los militares españoles. Y al igual que las tropas españolas pueden tomar lentejas o cocido sobre el terreno, están basados en guisos y estofados de carne con legumbres y verduras típicos de la gastronomía nacional.

Además de resultar más palatables para la tropa, suponen una combinación más saludable de proteínas con vitaminas, minerales y fibra, que suele faltar dramáticamente ante la ausencia de alimentos frescos. Así, varios de los menús incluyen como conserva principal un preparado de borsch con ternera, la sopa nacional de Ucrania a base remolacha que goza de popularidad en toda Europa del Este. Hay otras cuatro conservas en el menú de 24 horas que incluyen distintos tipos de guisos de carne con judías o guisantes, con patatas o con cereales como el trigo sarraceno, la avena o la cebada.

Como vimos en el caso ruso, la alimentación no es muy diferente a uno u otro lado de la trinchera: todos los menús incluyen la inevitable tushonka, la conserva de 'batalla' a base tradicionalmente de cerdo que se popularizó en el bloque soviético como carne asequible, al estilo del magro. También incluyen patés de hígado de cerdo y ternera. Un detalle curioso de la ración ucraniana es que viene separada en tres paquetes independientes para el desayuno, la comida y la cena, al contrario de juntar todos los elementos en un único envase para que el soldado se administre la jornada.

Algunos canales de YouTube como Curiosidades con Mike pudieron hacerse con una ración de estas características en fecha reciente. Pero el paquete que recibió estaba muy deteriorado, con latas de guisos y carnes oxidadas y sin elementos como la reglamentaria cuchara de plástico. Su review fue extremadamente negativa -"una lata que abrirla se ve gris y con mucosa, ¿quién se va a comer eso?"- debido al estado del producto que había recibido. Debido al clima prebélico, es de sospechar que el sufrido youtuber estuviera catando un material deteriorado y descartado para el frente. 

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