Éste es el peor café para llevar de España según Consumer: cargado de azúcar y más caro
Las principales diferencias entre los preparados de café para llevar están en la leche utilizada y la cantidad de azúcar añadido.
14 marzo, 2022 16:10Noticias relacionadas
A la hora de empezar el día, el café es la infusión predilecta de España. Consumimos de media el equivalente a cuatro cafés diarios, y las ventajas asociadas, más allá de despabilarnos y degustar su intenso sabor, son múltiples. Aunque la cafeína en exceso puede llegar provocar problemas cardíacos y demasiadas tazas pueden derivar en inflamación intestinal, tomarlo con moderación se relaciona con una mayor longevidad y una protección frente a las enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas de mano de los potentes antioxidantes que contiene.
Todos estos beneficios se pueden echar al traste si, más allá de la dosis, no controlamos qué le añadimos a nuestro café. Existen múltiples maneras de prepararlo al gusto, e incluso cuando nos lo sirven en barra podemos controlar la cantidad o el tipo de leche y edulcorante que añadimos. El problema es cuando se opta por un café para llevar, una modalidad envasada y ya preparada que ha analizado la revista Consumer Eroski para su edición de marzo.
Algo que puede sorprender a muchos, subrayan los especialistas que firman la revisión, es descubrir que estos cafés son, sobre todo, leche. Aunque la proporción varía según el producto y la marca, supone un 81% de la bebida de media. A continuación se le añade el café, que puede ser líquido -de un 15 a un 20% para Kaiku y Starbucks-, soluble -el equivalente a "un sobre" en Nescafé y Eroski-, o extracto concentrado de café que se encuentra en Mocay. Y al tratarse del ingrediente principal, el análisis le dedica un importante epígrafe.
Así, encontraremos leche semidesnatada en el caso de Kaiku Cappuccino y Espresso, Starbucks Frappuccino, Mocay y Eroski, y desnatada a la que se le ha añadido crema en el de Nestlé para mejorar la mezcla. Esto último hace que tengan la mayor proporción de grasa, hasta un 2,8% en comparación con el 1,5% que caracteriza a las bebidas con leche semidesnatada.
La diferencia puede llegar a ser de hasta 40 kilocalorías, entre las 124 kcal de Mocay y 160 kcal de los cafés más grasos. Sin embargo, esto no debe preocuparnos, insisten desde Consumer, porque la diferencia calórica es en cualquier caso poco significativa de cara al cómputo energético, que aconseja unas 2.000 kilocalorías por adulto y día.
Además, aunque se trate de grasas saturadas, aquellas que proceden de los lácteos han demostrado en los últimos años que no son tan nocivas como las de otros alimentos como la carne roja: en lugar de aumentar el riesgo cardiovascular, lo reducirían. Sin embargo, sí hay un tercer ingrediente, que supone entre un 9% y un 16% del total, y en el que unos pocos gramos marcan una gran diferencia: el azúcar.
Ni el análisis ni el etiquetado permiten distinguir cuál es la proporción de azúcares que corresponde a los intrínsecos de la leche -lactosa- y cuáles son los añadidos, más nocivos. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda limitar nuestro consumo a 25 gramos diarios de azúcar en total, y algunos de estos cafés hacen peligrar seriamente el objetivo.
"En este sentido, las mejores opciones serían Mocay y Kaiku Espresso, con unos 9 g por vaso (un par de cucharaditas), mientras que la peor opción sería Starbucks Frappuccino, con unos 16 g por envase (unas tres cucharaditas y media)", explican los expertos.
Un último aspecto a tener en cuenta es el del coste de adquirir cada café en relación al producto final. "Todas esas diferencias no siempre parecen justificar las que existen en los precios de algunos productos, y más concretamente entre el más barato, Eroski (0,33 €/100 ml) y el más caro, Starbucks Caffè Latte (0,86 €/100 ml)", concluye el análisis. "Considerando todos estos elementos, la mejor relación calidad-precio corresponde a la bebida de Eroski, seguida de Kaiku Espresso y Kaiku Cappuccino".