La comida que rejuvenece: esta es la dieta que elimina la grasa, reduce el azúcar y mejora las defensas
La reducción de las calorías diarias ayudaría a frenar el deterioro del sistema inmune y a mejorar la salud metabólica.
1 mayo, 2022 03:01Noticias relacionadas
Actualmente, se calcula que cerca de dos mil millones de personas en todo el mundo sufren sobrepeso. Se trata de una condición precursora de la obesidad, un estado de inflamación corporal general que a su vez está estrechamente relacionado con la hipertensión arterial, la diabetes de tipo 2 y el riesgo de sufrir accidentes cardio y cerebrovasculares como el infarto de corazón o el ictus cerebral.
Del mismo modo, la inflamación cronificada provocada por la obesidad se ha relacionado con un deterioro del sistema inmune o senescencia inmunológica, ya que su efectividad empeora con la edad a medida que envejecemos.
Ahora, un nuevo trabajo publicado en la revista Microbiome habría detectado una relación entre dieta, microbioma y mejoría del sistema inmune. Concretamente, las dietas bajas en calorías lograrían mejorar el microbioma y ralentizar el deterioro del sistema inmune.
Dieta, metabolismo y defensas
Se sabe que una dieta baja en calorías es capaz de retrasar el desarrollo de enfermedades metabólicas y otorgar cierta protección cardiovascular. De hecho se ha comprobado que este tipo de dietas llevadas a cabo en personas que sufren obesidad pueden retrasar la aparición de enfermedades como la diabetes de tipo 2, además de otorgar beneficios positivos en el sistema inmune.
Sin embargo, se desconoce cómo se producen dichos efectos positivos y cuál es el papel del microbioma intestinal en todo este proceso. Para dilucidarlo, los investigadores responsables del estudio han analizado las relaciones entre este tipo de dietas, el microbioma, el metabolismo y las mejoras del sistema inmune.
Inicialmente, los investigadores analizaron los posibles beneficios de una dieta muy baja en calorías (800 kcal diarias durante 8 semanas) en el microbioma intestinal de una mujer con obesidad. Para ponerlo en perspectiva, el aporte energético diario recomendado para una persona adulta es de 2.000 kilocalorías.
Posteriormente, los investigadores trasplantaron el microbioma intestinal antes y después de esta intervención dietética a ratones estériles (libres de microbioma) para establecer un modelo de ratón gnotobiótico, es decir, con una microbiota conocida. El objetivo del trasplante era el de determinar los efectos exclusivos del microbioma intestinal post-dieta baja en calorías.
Tras llevar a cabo este trasplante de microbioma, alterado por la dieta baja en calorías, los investigadores detectaron mejorías en el metabolismo de la glucosa de los ratones y una reducción en los depositos de grasa.
Así mismo, también se detectó un menor nivel de células T y B de memoria específicas, un tipo de células que se van acumulando a medida que se produce el proceso de envejecimiento inmunológico, ya que colaboran en el proceso de senescencia inmunológica según las actuales hipótesis. Esta reducción sería un signo de ralentización de la senescencia inmune.
Por todo ello, los investigadores sugieren que una dieta baja en calorías no sería beneficiosa solo a nivel metabólico, sino también a nivel inmune. La explicación ya estaría sobre la mesa: las dietas bajas en calorías tendrían efectos positivos directos sobre el microbioma intestinal, lo cual a su vez colaboraría en el retraso de la senescencia inmunológica.
Aún así, cabe destacar, como bien puntualizan los investigadores, que este estudio tan solo se ha realizado con el microbioma de una única persona y con un trasplante en ratones. Se deberían realizar más estudios con más volunarios, y comprobar cómo se podrían aplicar estos potenciales beneficios en humanos.
Y es que, si bien los trasplantes de heces o de microbiomas entre personas ya se están estudiando, no parece ser el método más fácil ni adecuado para todos.