Es uno de los desayunos más repetidos en España: las tostadas ofrecen un acompañamiento perfecto para el café de la mañana y además pegan con todo, ya sea dulce o salado. Sin embargo, debemos empezar a plantearnos que no son ni de lejos la opción más saludable para empezar el día, puesto que están elaboradas con el veneno blanco que inunda la gastronomía española. La harina refinada, con la que se hace la mayor parte del pan, la pasta y la bollería, está relacionada con patologías cardiovasculares, diabetes, obesidad e incluso cáncer.
Expertos en Nutrición y en Medicina Preventiva, como Miguel Ángel Martínez-González, catedrático en la Universidad de Navarra y coautor del mayor estudio hecho en Europa sobre la dieta mediterránea, asegura que "el pan blanco es un gran problema en la alimentación en España porque la población adulta mayoritariamente tiene sobrepeso u obesidad y este alimento es almidón, que convertimos rápidamente en glucosa", apuntaba en esta entrevista con EL ESPAÑOL.
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Este es el motivo que esgrimen los médicos y nutricionistas para recomendarnos que vayamos sustituyendo el pan blanco al menos en algunas de las comidas, como es el caso de las famosas tostadas al desayuno, por alimentos que nos ofrezcan unos beneficios mayores para nuestro organismo, como es el caso de las nueces. Son de sobra conocidos sus efectos positivos que su consumo tiene en nuestro organismo al tratarse de "un fruto oleaginoso con un alto contenido de agua, proteínas, grasas e hidratos de carbono, al margen de un 60% de aceite y catalogado como un alimento completo", destacan desde la Fundación Español de Nutrición (FEN).
Sobran los motivos
Los 100 gramos de nueces nos aportan 14 gramos de proteína, 5,5 gramos de fibra y 4 de hidratos de carbono, sin que aporte ni un gramo de colesterol. Entre sus cualidades, podemos destacar por encima de otros ocho beneficios fundamentales que debemos tomar en cuenta para incorporarlas a nuestra dieta desde primera hora de la mañana. Un estudio del Centro de Salud de la Universidad de Connecticut y la Universidad de Texas A&M en Estados Unidos, publicado en Nutrients, apuntan a sus compuestos naturales y fitoquímicos beneficiosos para la inflamación y la prevención del cáncer de colon.
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Otra investigación, esta vez de la Universidad Estatal de Pensilvania y publicada en el Journal of the American Heart Association, constata que comer nueces puede ayudar a reducir la presión arterial en personas con riesgo de enfermedad cardiovascular, mientras que un trabajo publicado en Asia Pacific Journal of Clinical Nutrition sugiere que su consumo rutinario se asocia con mayores niveles de gasto energético mientras se descansa y, por lo tanto, favorecería la pérdida de peso. En este sentido, el American Journal of Clinical Nutrition observó en otro estudio que las mujeres que tomaban rara vez este alimento sufrieron un aumento de peso mayor que las que sí tomaban dos veces o más por semana.
Prevención de enfermedades
Otros aspectos que destacan de los beneficios y propiedades de las nueces tienen que ver con sus efectos positivos a la hora de prevenir cálculos biliares y a favorecer la salud ósea por su aporte de calcio. Además, las nueces nos ayudan contra cuatro enfermedades propias de los cambios de tiempo, empezando con los síntomas de la astenia. El aumento de horas de luz y la subida de las temperaturas nos conduce a la apatía, pero este fruto seco es rico en triptófano, un aminoácido que ayuda a generar serotonina y levantar el estado de ánimo.
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Los catarros se multiplican en esta época y el zinc de la nuez ayuda a prevenir infecciones y a mitigar síntomas como la mucosidad, los estornudos y los dolores de garganta y musculares. También nos echan un cable con la alergia asmática que aumenta en estas épocas y vela por la salud de nuestras articulaciones que sufren con los cambios de presión atmosférica gracias a su omega 3. Por último, están recomendadas especialmente en mujeres puesto que facilitan una mayor probabilidad de un envejecimiento saludable.
Una oportunidad a la nuez
Llegados a este punto, ¿no se merecen las nueces una oportunidad para que, de paso, desterremos las tostadas? Su elaboración se hace con harina refinada, que en su mayoría está compuesta por almidón, un polisacárido al que someten a un proceso de fermentación que nuestro cuerpo transforma de forma rápida en glucosa. "Tomar pan blanco es como comer azúcar. De hecho, si lo tiene un poco de tiempo en la boca empieza a saber dulce", insiste Martínez-González en esta otra conversación.
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Son varios los estudios que vinculan, como hemos dicho, este alimento tan español como es el pan con el sobrepeso y la obesidad. Uno de los más destacados ha sido publicado en BioMed Public Health, concluyendo que el consumo de unas dos raciones al día "mostró una asociación directa significativa con el riesgo de sobrepeso". Esta es la motivación principal para cambiar algunas de nuestras rutinas, como es el caso del desayuno, e introducir alimentos como las nueces o incluso los cacahuetes o los garbanzos, cuyos beneficios son determinantes.
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