Desde el comienzo de la crisis en 2009, España ha reducido en más de 12.000 millones de euros el presupuesto para Sanidad. Sin embargo, diversos estudios señalan que en nuestros hospitales se sigue abusando de prácticas o terapias que, pese a ser costosas, no tienen un claro valor terapéutico en determinados casos. Por ejemplo, que alguien que se ha sometido a un test de estrés lo repita antes de tres años o que se someta a un test cardíaco a un paciente que va a operarse de cataratas.
Gota a gota, este tipo de prácticas, terapias o recomendaciones van amontonándose y generando un gasto extra a la sanidad pública que, en tiempos como estos, no debe desdeñarse. En 2010, un informe de la National Academy of Medicine estadounidense estimó los gastos anuales en tratamientos innecesarios en unos 210.000 millones de dólares. "Definir los cuidados adecuados y comprender las fuerzas que van en su contra constituye una vía crucial para la asequibilidad real de la salud", dice Shannon Brownlee, del departamento de Política Sanitaria de la Facultad de Medicina de Harvard y coautora de un estudio que analiza los gastos excesivos en sanidad en distintos países y que aparece en The Lancet esta semana.
España: prótesis y angioplastias
Este meta-análisis busca evidencias de despilfarro en servicios médicos de todo el mundo, incluida España. En nuestro país, denuncian, tenemos unas tasas de reemplazo total de rodilla o cadera considerados inapropiados y que alcanzan, respectivamente, el 26% y el 25%. Es decir, uno de cada cuatro implantes era una operación innecesaria, o en palabras de los doctores Mark Chassin y Robert Galvin, "servicios médicos para los que el potencial dañino excede al potencial benéfico". El estudio también señala que, en nuestro país, la tasa de intervenciones coronarias percutáneas (también conocidas como angioplastias) innecesarias está en torno al 20% del total, por detrás de Israel (22%) pero por delante de Italia (16%), Alemania (14%) o Estados Unidos (12%).
Otras de las revelaciones incluyen que, en Estados Unidos, un 70% de las histerectomías (extirpaciones de útero) son innecesarias, igual que la mitad de los antibióticos prescritos por los médicos en China.
En lo que España sí parece contenerse mejor que otros sistemas sanitarios es a la hora de ingresar a alguien en el hospital o mantenerlo en planta más días de lo aconsejable. En los servicios de medicina interna españoles, apenas un 7% de los pacientes podían considerarse sobre-hospitalizados, frente a un 19% en Portugal o un 33% en Alemania.
Avaricia y conflicto de intereses
El uso excesivo de recursos sanitarios se da tanto en países desarrollados como en países menos opulentos, aunque las causas del mismo cambian en función del lugar. "Debido a mecanismos regulatorios insuficientemente independientes, en particular la ausencia de métodos adecuados para determinar las necesidades de la población, muchos países ricos han invertido de más en infraestructuras hospitalarias y personal mientras reducían en servicios como atención primaria o domiciliaria", explica Brownlee.
Para Vikas Saini, presidente del Lown Institute de Boston y otro de los autores del trabajo, cree que las claves para este malgasto de recursos en los hospitales de todo el mundo son tres: "avaricia, conflicto de intereses e información insuficiente".