Desde el Hospital de La Paz, de Madrid, tienen órdenes claras de no dar parte médico del joven ingresado allí desde el sábado. Sólo confirman que se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y que ha sido tratado de la mordedura de una serpiente de cascabel, un animal que no se encuentra en España y que -según ha declarado el hombre a El Mundo- se encontró en el parque Agustín Rodríguez Sahagún, en el distrito madrileño de Tetuán.
Sin embargo, fuentes policiales explican a EL ESPAÑOL que, aunque la investigación sigue abierta, la principal hipótesis que se maneja es que la víctima tenía al animal en casa.
Con independencia de cómo se produjera el desafortunado encuentro entre la serpiente de cascabel originaria de EEUU y el protagonista de esta historia, la mordedura podría haberle costado cara. Tan cara como la vida, según confirman a este diario el experto en toxicología en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid Sebastián Sánchez-Fortún y la intensivista del Hospital de la Paz Eva Herrero.
La médica se pregunta: "¿Qué hubiera pasado si no hubiéramos tenido el antídoto adecuado?". De hecho, el fármaco que ha podido salvar la vida del joven no estaba en las instalaciones del hospital madrileño, ni en las de ningún otro centro hospitalario del país. El medicamento, de nombre Antivipmyn, se fabrica en Instituto Bioclon, un laboratorio de México.
Un portavoz de la empresa fabricante comenta a EL ESPAÑOL que éste se distribuye a Europa a través de SERB Laboratories, una compañía francesa. "Contamos por antídotos para esta zona porque sabemos que hay serpientes de este tipo en zoológicos y también que hay particulares que los tienen como mascotas", señala.
No se trata de un antídoto barato. El portavoz habla del precio en México, al que probablemente haya que sumar los costes de distribución y exportación. En el país azteca cada vial del antídoto cuesta 580 euros y el tratamiento puede oscilar entre "tres y 20 viales", señalan desde Bioclon. "La cantidad necesaria depende de muchos factores, desde el tamaño de la presa [el fármaco también se vende para animales] hasta el grado de afectación; es una decisión que tiene que tomar el médico", añade el portavoz. El coste del medicamento en este caso correrá de parte de la sanidad pública española.
Gracias a la amplia distribución del antídoto fuera de los países donde las serpientes de cascabel son habituales, el parque Faunia -que ha declinado hablar con este medio por no tener disponible un portavoz hasta este martes- disponía del fármaco. Como explica Sánchez-Fortún, éste se fabrica tras inocular dosis pequeñas del veneno de la serpiente cascabel en la sangre de un animal, en este caso caballos, para que produzca anticuerpos, que son los que se administran a los mordidos por la serpiente.
Las de cascabel pertenecen a la especie de los crotálidos que es, según el experto, "muy peligrosa". El también profesor de la Facultad de Veterinaria de la UCM comenta, eso sí, que las serpientes suelen avisar, ya que tiene un elemento más duro en la cola que mueve cuando se siente en peligro y que es lo que produce el sonido que hace que se las conozca como serpientes de cascabel. ¿Considera entonces que la mordedura pudo ser fruto de una imprudencia? "La primera imprudencia es que haya un crotálido en la Península", reflexiona y especula con la posibilidad de que, si se encontró en un parque o el joven no declaró su propiedad, no tendría CITES, el documento que acredita el origen de especies de este tipo.
Sánchez-Fortún cree que el joven no ha debido de pasarlo muy bien. "La mordedura es muy dolorosa". Dos son los principales efectos que tienen las numerosas toxinas que componen el veneno de una serpiente de cascabel, que se inyecta a través de los colmillos como si se tratara de "agujas hipodérmicas", ya que están "canulados por dentro".
El veneno puede provocar desde la pérdida de conocimiento a la de sensibilidad, pasando por crisis nerviosas y hemorragias internas y externas, así como fallo renal. Así, el principal tratamiento una vez administrado el antídoto es el llamado soporte vital, que incluye desde la administración de oxigeno hasta la hidratación global del paciente. "Pueden quedar secuelas, pero es difícil de prever", subraya Herrera, que comenta que el sistema inmunitario de la víctima "juega un papel importante" en la recuperación.
Antivipmyn se presenta en viales en polvo que hay que diluir para administrarse por vía intravenosa.