Cuando una mujer supera un cáncer de mama, retomar la vida anterior suele ser uno de los primeros objetivos que persigue pero, más allá de la experiencia poco agradable que supone el tratamiento -cirugía y, muy a menudo, radio y quimioterapia-, a veces hay algo que se lo impide y no es otra cosa que su aspecto físico. Y no hablamos de la caída de cabello asociada a los fármacos o la hinchazón de la cara provocada por la cortisona, todos ellos efectos reversibles cuando acaban las terapias, sino del aspecto del propio pecho.
De las alrededor de 25.000 mujeres diagnosticadas cada año con cáncer de mama en España, alrededor de un 60% se somete a una mastectomía, una extirpación parcial o completa del pecho afectado. Esto tampoco es un proceso irreversible, ya que la reconstrucción mamaria es un derecho cubierto por el Sistema Nacional de Salud (SNS), a pesar de que la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) denunció recientemente que menos de un 30% de las pacientes se benefician de éste.
Pero incluso las mujeres que optan por la reconstrucción mamaria y que consiguen hacérsela superando las listas de espera no podrán gozar de un aspecto igual al que tenían antes de ser operadas, al menos no en la mayoría de los casos. La cirugía plástica ha avanzado mucho e incluye hasta la reconstrucción del pezón con el propio tejido de la paciente, pero algo falla en la que está incluida en la cartera de servicios básicos del SNS: ésta no cubre la micropigmentación para la reconstrucción de areolas.
Segundo intento del PSOE
Esta técnica consiste en colorear con una técnica parecida a los tatuajes una zona que está pigmentada de forma natural, pero no en su versión reconstruida. Y, aunque algunos hospitales públicos la ofrecen a sus pacientes -el Hospital de Torrejón de Madrid fue de los primeros- no tienen ninguna obligación de hacerlo. Una situación con la que quiere acabar el Partido Socialista, que presentó en febrero una Proposición no de Ley para incluir en la cartera de servicios del SNS la micropigmentación para la reconstrucción de areolas en las mujeres sometidas a mastectomía.
Según explica la diputada socialista por Barcelona Lidia Guinart a EL ESPAÑOL es la segunda vez que su grupo presenta esta propuesta. Lo hizo también en la X legislatura, pero "muy a finales", por lo que no dio tiempo a que se viera en comisión.
Es justo lo que quieren evitar con esta PNL, que se presentará en una de dos comisiones: la de Igualdad o la de Sanidad y Servicios Sociales. "Posiblemente sea la segunda, porque la primera está más centrada en la violencia de género", subraya Guinart.
Aunque la diputada reconoce que la PNL "no tiene fuerza de Ley", considera que es una manera de "instar al Gobierno" a que lo haga. Además, aclara, éste tiene que rendir cuentas a la Cámara, de qué PNL se han tramitado y cómo. Así, la política se muestra esperanzada en que salga adelante y que, además, lo haga pronto. "En este periodo de sesiones, espero", enfatiza.
Para la política catalana, es importante resaltar que la inclusión en el SNS del procedimiento, que tiene un coste de alrededor de 300 euros en la sanidad privada -a la que muchas mujeres acaban recurriendo- "no supondría un gran dispendio" y podría beneficiar a muchas mujeres.
Entre ellas, si se hubiera tramitado antes, a una de las dos diputadas que firma la PNL, Patricia Blanquer, afectada ella misma por un cáncer de mama. "Es gente que ha pasado por el trance", concluye Guinart.