Los hombres que sufren disfunción eréctil acarrean problemas tales como conseguir una erección, mantenerla o incluso asociar un menor deseo sexual de lo habitual. En este caso el flujo de sangre no llega correctamente al pene por diversas razones, impidiendo que éste se expanda y quede firme.
Las razones para que ocurra esto pueden ser diversas, desde enfermedades cardiovasculares -diabetes, hipertensión, aterosclerosis-, hasta trastornos psicológicos -ansiedad, depresión, miedo al fracaso sexual o estrés-. Ahora un estudio publicado en Behavioral Sciences suma una nueva razón para esta dolencia: el exceso de pornografía.
La pornografía y la disfunción eréctil
Según éste y otros estudios, la disfunción eréctil en los hombres menores de 40 años sexualmente activos ha ido en aumento durante los últimos años, a la par que ha crecido el consumo de pornografía por Internet.
De hecho, los investigadores han identificado la existencia de un tipo de disfunción eréctil "inducida por la pornografía", acompañada de una disminución del deseo sexual o libido.
Este tipo de disfunción eréctil sería la consecuencia de una alta exposición a vídeos pornográficos, llegando a necesitar cada vez material más extremo para llegar a la excitación. A su vez, esto produce que algunos hombres no sean capaces de excitarse con sus parejas, pero sí cuando consumen pornografía.
Cerebro, porno y disfunción eréctil
El cerebro y sus más de 100.000 millones de neuronas tiene mucho que ver en este nuevo tipo de disfunción eréctil. Para comunicarse entre ellas, estas células cerebrales usan mensajeros químicos. Uno de estos mensajeros es la dopamina, la cual se ha relacionado con el pensamiento y las emociones, además de tener una participación activa en el sistema de recompensa cerebral.
Este mensajero se libera ante diversas recompensas, desde recibir un abrazo hasta sentirse alegre por cualquier razón, incluso en procesos como el consumo de drogas o el sexo. La erección del pene dependen de forma directa de que se libere este mensajero.
Así pues, cuando se visualiza pornografía, el cerebro de un hombre libera grandes cantidades de dopamina; pero los excesos no son recompensables, por lo que la sobrecarga de este mensajero a largo plazo puede dar problemas. Con el tiempo, la dopamina hace menos efecto en el cerebro, por lo que poco a poco la pornografía no tiene el mismo efecto: se necesita más, o de mayor intensidad.
Esto, a su vez, también afecta a las actividades sexuales diarias: la dopamina liberada en la excitación sexual normal no tiene el suficiente efecto, por lo que la erección es más complicada, pudiendo llegar al punto de disfunción eréctil.
Cómo solucionarlo
En el caso de la pornografía, se trata de un tipo de excitación sexual diseñado para llamar la atención todo lo posible, ya que se pueden ver situaciones que difícilmente ocurrirían en la vida real. Por ello, determinados hombres al no ver cumplidas sus expectativas, corren el riesgo de sufrir estos fallos en la liberación de dopamina.
Los estudios han demostrado, por otro lado, que aquellos hombres que sufren disfunción eréctil inducida por la pornografía pueden solucionar su problema: una vez se deja de consumir este tipo de material, se logra una erección normal.
Ahora bien, cuanto menor es la edad del individuo que empieza a visualizar pornografía, más complicado es que se solucione el problema, ya que será más fácil que prefiera la pornografía al sexo con su pareja.