La alimentación llevada a cabo por los culturistas suele tener una gran base en las proteínas, llegando en algunos casos a superar los 3 g/kg/día, a pesar de que los estudios actuales hayan demostrado que es inútil e incluso peligroso superar el limite de los 2 g/kg/día en cualquier tipo de alimentación.
Aún así, este tipo de alimentación sigue siendo un clásico, y es la misma que llevaba a cabo Meegan Hefford, una culturista de 25 años y madre de dos hijos residente en Australia y la cual fue encontrada inconsciente en su domicilio, según se hizo eco recientemente el New York Post.
Posteriormente, en el hospital, Hefford sufrió una muerte cerebral y falleció a los dos días de su llegada. La causa: un exceso de consumo de proteínas, debido a una enfermedad sufrida por Hefford llamada trastorno del ciclo de la urea.
Qué es el trastorno del ciclo de la urea
Cuando se consumen alimentos, el organismo humano los descompone en sus partes básicas. Los macronutrientes -hidratos de carbono, grasas y proteínas- son 'cortados' en pequeñas partes para poder ser absorbidos. En el caso de las proteínas, estas pequeñas partes se llaman aminoácidos. Si no se usan por completo, el organismo humano elimina los restos de estos aminoácidos convirtiéndonos en nitrógeno, el cual es eliminado por el organismo en forma de urea mediante un ciclo metabólico llamado ciclo de la urea. La urea, tras completar el ciclo, es eliminada por la orina.
Sin embargo, cuando un individuo sufre un trastorno del ciclo de la urea, como fue el caso de Hefford, el cuerpo humano no es capaz de convertir el nitrógeno en urea. En tal caso, el nitrógeno tiende a acumularse en la sangre en forma de amoníaco, una sustancia muy tóxica para el organismo humano. Dicho exceso de amoníaco puede llegar a producir daños cerebrales irreversibles.
Este tipo de enfermedad es considerado una enfermedad rara -afectando tan solo a 1 de cada 30.000 nacimientos-, la cual se puede producir por un fallo en una de las seis enzimas que participan en el ciclo que convierte el nitrógeno en urea. Además, se trata de un trastorno genético hereditario, lo cual implica que esta culturista lo heredo de alguno de sus progenitores.
Cómo se desarrolla un trastorno del ciclo de la urea
Como en otras enfermedades similares, los trastornos del ciclo de la urea pueden ser leves o muy graves. En este último caso, existen individuos que apenas poseen actividad en las enzimas del ciclo de la urea, lo cual implicaría que apenas 24 horas tras el nacimiento ya se expresarían los síntomas de la enfermedad, según la Fundación Nacional de los Trastornos del Ciclo de la Urea de EE.UU.
Si se sufre un trastorno del ciclo de la urea leve o moderado, es posible que los síntomas aparezcan en la infancia, destacando la negativa a comer alimentos proteicos, retrasos en el crecimiento o exceso de llanto. Progresivamente se pueden producir vómitos, letargo e incluso delirio. Sin tratamiento, puede provocar la muerte.
El caso de Hefford era leve, ya que llegó a la edad adulta sin ser diagnosticada previamente. Sin embargo, su dieta rica en proteínas y el ejercicio físico excesivo originó sus síntomas; incluso el estrés, el parto o ciertos tipos de virus pueden desencadenar dicha sintomatología.
Actualmente no existe una cura para este grupo de enfermedades, pero su tratamiento consiste en llevar a cabo una dieta baja en proteínas y tomar ciertos fármacos que ayudan a eliminar el amoníaco acumulado en el organismo. En ocasiones, es necesario tomar suplementos de aminoácidos para asegurar el buen funcionamiento corporal. Y, en casos graves, es necesario llegar al trasplante de hígado.