Las grandes ciudades suelen caracterizarse por poseer no solo numerosos habitantes humanos, sino también numerosos habitantes no-humanos, como es el caso de roedores como las ratas y los ratones. Entre ellas, la ciudad de Nueva York ha llamado la atención de los investigadores, sobre todo tras analizar a más de 400 ratones que habitaban su subsuelo.
Según dos trabajos diferentes publicados en mBio, a cargo de la Universidad de Columbia, estos roedores serían los transportes ideales de diversos microorganismos, tales como virus anteriormente desconocidos y bacterias potencialmente peligrosas para el ser humano, resistentes a los antibióticos actuales, según se hace eco el portal del periódico The New York Times.
Ratones, transportes de enfermedades infecciosas
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores recolectaron y analizaron las heces de 400 ratones capturados a lo largo de un año en ocho edificios de diversas zonas de Nueva York, como Manhattan, Brooklyn, Queens y el Bronx.
Según sus hallazgos, publicados en un primer estudio, había hasta nueve especies de virus desconocidos en estas heces. Por otro lado, en un segundo trabajo, los mismos investigadores han centrado sus análisis en posibles bacterias peligrosas, detectando microorganismos conocidos capaces de provocar enfermedades al ser humano, como la Shigella, Salmonella, Clostridium difficile y E.coli. Entre las bacterias detectadas, algunas eran resistentes a los antibióticos, similares a algunos microorganismos intratables a nivel hospitalario.
Por el momento se trata de un análisis preliminar, y los investigadores no han querido asegurar que estos microorganismos puedan representar una amenaza para la salud de los seres humanos, o si ya han causado alguna enfermedad de contagio directo. Sin embargo, se sabe que los roedores ya han colaborado en la expansión de epidemias en otras ocasiones, como fue el caso de la peste negra.
Por otro lado, según comentan los investigadores responsables del estudio, los roedores capturados y estudiados parecían estar sanos, por lo que serían meros portadores de los microorganismos y no se habrían infectado por los mismos. Sin embargo, no se sabe a ciencia cierta cómo han acabado estos microorganismos en los roedores, no se sabe si los han obtenido a partir del contacto con seres humanos -consumiendo alimentos contaminados con heces de alguien que ha tomado antibióticos-, o si dichas bacterias han ido desarrollando resistencias cuando los roedores han ido consumiendo antibióticos desechados. Ambas hipótesis sin plausibles. Y, de hecho, sería complicado demostrar una relación directa entre alguno de estos microorganismos y una enfermedad humana, aunque se sepa que teóricamente pueden causarla.
En la actualidad no se suele investigar a fondo cómo una persona que sufre una infección determinada ha podido contagiarse de un microorganismo determinado; y no es demasiado común preguntar por un posible contacto con roedores. Aún así, los investigadores sugieren que sería de gran ayuda tener en cuenta la existencia de todos estos virus y bacterias en roedores, con el objetivo de comprender mejor su posible transmisión, y poder así evitar infecciones en el futuro.
Finalmente, los investigadores destacan la importancia de realizar una investigación de estas características precisamente en la ciudad de Nueva York, dado que es un potencial destino turístico a nivel mundial. Por su lado, conciben que es imposible eliminar completamente a los ratones callejeros, pero sí sugieren que sería importante controlar mejor la población de los mismos y sus posibles interacciones con seres humanos.