Este extraño caso comienza del modo más anodino: con una visita rutinaria al dentista. El protagonista es un hombre de 47 años que acudió a la Escuela de Odontología de la Universidad de Morelos en Monterrey, México, porque había perdido uno de sus empastes. Cuando los especialistas procedieron a examinar su boca, descubrieron algo inusual en el paladar blando, una marca circular roja.
Este tipo de lesiones se conocen como eritemas y apuntan a una congestión de los vasos sanguíneos. Pero el paciente, según explicó, no era consciente de haber sufrido herida alguna en esa zona. Los dentistas continuaron inquiriendo sobre sus hábitos de vida para tratar de dar con el motivo y el hombre terminó explicando que practicaba sexo oral con frecuencia. Felaciones, concretamente.
La última de estas actividades sexuales había tenido lugar apenas tres días antes de acudir al dentista, y también había involucrado el consumo de cocaína y marihuana, por lo que podría haberse lastimado sin darse cuenta por un exceso de fogosidad. "El contacto del paladar con el glande puede provocar un hematoma por traumatismo" - explica el equipo del doctor Luis Alberto Méndez en el artículo que redactaron para describir el caso y que publica BMJ Case Reports.
Otro factor contribuyó al desarrollo del eritema, explican los especialistas, y es que la succión del pene habría dilatado las venas de la boca y facilitado la hinchazón. Con todo, la lesión era de carácter benigno, y en un chequeo posterior realizado tres días después se comprobó que había desaparecido.
El equipo del doctor Méndez insta no obstante a los demás especialistas a que tengan en cuenta el caso para que consideren la práctica del sexo oral como factor no solo de enfermedades de transmisión sexual, sino de lesiones de carácter físico.