El sexo es como el dinero: solo demasiado es suficiente. Arrancando con esta cita de John Updike, el gran cronista de la insatisfacción y el deseo en la sociedad contemporánea, un estudio de la Society for Personality and Social Psychology zanjó hace ya tiempo una cuestión que tarde o temprano aflora en la pareja: ¿Con qué frecuencia hay que mantener relaciones sexuales para que ambos se sientan satisfechos? ¿Basta una vez a la semana, o es síntoma de desapego?
Estudios previos -por no mencionar una corriente vox populi en artículos y libros de autoayuda- relacionaban una mayor frecuencia sexual con un nivel más alto de felicidad, explicaban los investigadores, pero ellos quería comprobarlo específicamente en las relaciones de pareja. El equipo recabó estudios sobre más de 30.000 ciudadanos de EEUU con datos recopilados durante más de cuatro décadas.
Su conclusión fue que, efectivamente, hacer el amor una vez a la semana aparejaba una mayor felicidad con respecto a frecuencias inferiores, pero hacerlo más a menudo no reportaba una mayor satisfacción. "El vínculo entre frecuencia sexual y felicidad dejaba de ser significativo a partir de una vez a la semana" - explica la investigadora jefe, Amy Muise. "Nuestros hallazgos concluyen que es importante mantener una conexión íntima con tu pareja, y de tenerla, no es necesario tener sexo a diario".
Muise, psicóloga social de la Universidad de Toronto-Mississauga, precisa que la relación entre frecuencia sexual y felicidad no se da en las personas solteras o con parejas esporádicas, en las que influyen otros factores como la predisposición individual a tener diferentes parejas sexuales. Además, admitía el sesgo del estudio al estar principalmente basado en datos de parejas heterosexuales casadas o manteniendo una relación estable.
Uno de los materiales utilizados fue la Encuesta Social General (General Social Survey) que proporcionó datos de 1989 a 2012 sobre 11.285 hombres y 14.225 mujeres, a los que se les preguntó sobre frecuencia sexual y felicidad general. Este informe bianual realizado por la Universidad de Chicago revelaba que "una vez a la semana" era la frecuencia sexual más habitual en los hogares de los estadounidenses, y que las parejas que practicaban sexo más a menudo no declaraban una mayor satisfacción que las que estaban en la media.
Además, los testimonios permitían dar carpetazo a dos estereotipos: que los hombres pretenden hacer el amor más a menudo que las mujeres y que, a medida que envejecemos, las relaciones sexuales se van volviendo más escasas. "Nuestros hallazgos eran consistentes independientemente del género, de la edad, y de si la pareja llevaba unida unos pocos años o varias décadas" - explica la investigadora.
Otro estudio se centró específicamente en 2.400 matrimonios a los que se encuestó tres veces a lo largo de 14 años. Las conclusiones fueron que la frecuencia sexual no era uno de los principal factores a la hora de determinar si una persona estaba satisfecha con su relación o no. Sin embargo, los mejor avenidos eran los que hacían el amor al menos una vez a la semana. A partir de ahí, aumentar la frecuencia sexual no reportaba beneficios destacables.
La lección, concluye Muise, no consiste en que las parejas se fuercen a mantener relaciones sexuales de modo a alcanzar la media semanal, sino que deberían mantener conversaciones francas sobre sus necesidades. "Es fundamental mantener una conexión íntima sin presionar ni lanzarse a intentar hacer el amor a la primera oportunidad que se presente" - reflexiona.