Durante mayo de 2017 se incautó en España el primer alijo de marihuana sintética, un tipo de nueva droga que también contiene sustancias cannabinoides, pero que podría ser hasta 80 veces más potente que el cannabis tradicional. De hecho, en diciembre de 2016, un grupo de personas sufrió tal sobredosis al consumirla en Nueva York que vagaron por la ciudad durante horas, un episodio al que se le dio el nombre de "apocalipsis zombi" originado por el consumo de marihuana, según publicó el New England Journal of Medicine en enero de 2017.
Posteriormente, en marzo de 2018, volvieron a saltar las alarmas a raíz de esta nueva sustancia: un pequeño grupo de personas empezó a sufrir sangrados oculares tras consumirla, y ahora el número ha crecido hasta 250 individuos en todo Estados Unidos, sin haber cesado aún los casos.
Ahora se sabe que el causante de este brote no fue la marihuana sintética por sí misma, sino que dicha sustancia fue adulterada con brodifacoum, otra sustancia más conocida como veneno para ratas, dado que su mecanismo de acción es provocar hemorragias generalizadas en el organismo y llevar a los roedores hasta la muerte. Recientemente, un nuevo informe publicado también en el New England Journal of Medicine ha explicado cómo diagnosticar y tratar a los pacientes afectos por este tipo de veneno, dado que se trata de una situación particular y un desafío para los profesionales sanitarios; según los investigadores, es la primera vez que se usa este veneno para ratas como adulterante en marihuana sintética, al menos que se tenga constancia oficialmente.
Sangrados de orina por marihuana envenenada
Según Amar Kelkar, médico del Departamento de Hematología y Oncología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Florida y uno de los profesionales que trató a los primeros pacientes afectos por sangrado ocular en Illinois -EEUU-, sufrir un sangrado en una persona joven sin haber padecido un traumatismo previo es inusual.
En individuos más ancianos es relativamente más fácil identificar el origen del sangrado, dado que muchos de ellos usan medicamentos anticoagulantes inhibidores de la vitamina K, como el acenocumarol o Sintrom, uno de los fármacos más consumidos actualmente cuando se sufre un tipo de arritmia denominado fibrilación auricular. Se trata de fármacos muy usados y conocidos, pero tienen un gran efecto adverso también bien conocido: gran riesgo de hemorragias secundarias.
De hecho, el mecanismo de acción del brodifacoum es muy similar al del Sintrom, aunque en este caso algunos de los casos detectados en EEUU han precisado tratamiento durante meses, con el consecuente uso de grandes cantidades de antídoto -la vitamina K-, algo que no suele suceder con el Sintrom de forma cotidiana.
Cuando Kelkar era residente de medicina, en aquel momento médico de urgencias en el Centro Médico Saint Francis -Peoria, Illinois-, atendió su primer caso de este tipo: un varón joven que orinaba sangre y que sufría dolor en ambos costados. En las pruebas de imagen se detectaron hallazgos extraños, como un aumento inusual de fluído sanguíneo en sus riñones. Posteriormente, en una analítica sanguínea se detectó la clave: había una alteración en la coagulación del joven, presentando un aumento inusitado del tiempo de la misma. Dicho parámetro se conoce como INR, y suele rondar el valor de 1 - 1.1 en personas sanas, elevándose hasta 2.5 - 3.5 en individuos que toman Sintrom. En el caso del paciente, dicho valor era de 20, lo máximo que podía medir la analítica sanguínea realizada en el centro médico en el cual fue atendido.
El paciente fue uno de los primeros de los 160 casos oficialmente reconocidos y relacionados con la marihuana sintética adulterada a finales del mes de mayo de 2018, divididos en brotes en los estados de Illinois, Florida, Indiana, Kentucky, Missouri, Pensilvania, Virginia y Wisconsin según datos de los CDC. Ahora, según datos más recientes, ya son 250 casos y hasta 8 muertes debido a la marihuana sintética envenenada.
Un diagnóstico a tener en cuenta
Según el nuevo informe en el que colaboró Kelkar, hasta 34 casos fueron atendidos en el Saint Francis Medical Center, donde el propio médico fue llamado para ayudar, pues se trataba de casos extraños. Todos ellos compartían un nexo común: haber consumido marihuana sintética recientemente, incluso el día anterior a su visita al hospital.
En este centro médico, sin embargo, el síntoma más común no fue el sangrado ocular sino el sangrado en la orina. Aún así, también hay datos de casos de sangrado de envías, boca o nariz, sangrado en las heces o en los vómitos, e incluso tos con sangre. Cuando se supo la causa y se indago en el anticoagulante que pudo causar tal situación, todos los pacientes dieron positivo para brodifacoum.
Tanto el brodifacoum como la warfarina y el acenocumarol son fármacos anticoagulantes que inhiben la vitamina K. Aunque en el caso del brodifacoum, pertenece a una clase de sustancias conocidas como "superwarfarinas", por ser mucho más potentes que esta. Todos ellos bloquean la actividad de la vitamina K, la cual es necesaria en el proceso de producción de las proteínas responsables de la coagulación de la sangre.
El antídoto para contrarrestar estos fármacos es la misma vitamina K, ya sea en forma de suplementos o por vía endovenosa. El problema es que la cantidad de vitamina K necesaria en una intoxicación por brodifacoum es mucho más elevada que en casos de intoxicación por warfarina o acenocumarol: para contrarrestar la warfarina serían necesarios tan solo 5-10 mg de vitamina K en dosis única, pero para contrarrestar el brodifacoum se necesitarían hasta 150 mg al día, durante varios meses.
A todo ello hay que añadir el coste económico del tratamiento en Estados Unidos, un sistema médico muy diferente al español: 15 mg de vitamina K pueden costar 170 $; pero las megadosis necesarias para tratar las intoxicaciones podían variar entre 24.000$ y 34.000 $ al mes.
Según el informe, la compañía farmacéutica responsable de fabricar la vitamina K llegó a donar hasta 800.000 dosis para el brote, y hubo una estrecha colaboración entre los diversos equipos médicos del hospital, las farmacias locales y las compañías de seguros para rebajar los costes.
Por desgracia, aún se desconoce cómo la marihuana sintética fue envenenada con esta sustancia comúnmente utilizada como veneno para ratas, pero se sospecha que fue algo intencionado, ya fuese con el objetivo de prolongar los efectos de la droga o bien con malas intenciones.