Después de varios meses de bajadas en los contagios diarios, la semana del 23 al 30 de junio se produjo un incremento en los casos con respecto a los siete días anteriores.
Por supuesto, fue una subida mínima, casi imperceptible y el volumen total seguía siendo casi irrelevante, muy circunscrito a rebrotes puntuales en zonas de Navarra, La Rioja, Aragón y Cataluña vinculadas al trabajo de los temporeros en el campo.
El problema es que la semana siguiente los casos volvieron a aumentar y la siguiente y así sucesivamente hasta que, por fin, parece que podemos encontrarnos con la primera semana consolidada de bajada de casos en casi tres meses.
Enfatizo el "podemos"-también lo ha hecho Fernando Simón en rueda de prensa- porque los casos tardan días en fecharse correctamente y siempre puede haber sorpresas, pero parece claro que la semana del 22 al 28 de septiembre se produjo una bajada de casos totales con respecto a la anterior.
No solo eso, sino que la tendencia es claramente a la baja y lo es en todas las comunidades autónomas menos tres: Asturias, Ceuta y Cataluña, que ha metido de golpe varios casos atrasados. Bajan las incidencias acumuladas a 7 días y a 14 días, bajan los ingresos y bajan incluso los fallecidos. La presión sobre las UCI al menos se detiene, que ya es algo.
Los datos actuales hablan de menos de 50.000 casos en los últimos 7 días (algo más de 7.000 por día, cuando estuvimos por encima de 8.500 en este indicador) y menos de 120.000 casos en 14 días cuando hace nada estábamos rozando los 140.000.
Por supuesto, hay atrasos. Tiene que haberlos en el momento en el que comunidades como Andalucía mete 0 casos fechados el día anterior, pero las tendencias no se deberían ver afectadas, como mucho la dificultad de saber si es un retroceso estable, si es más bien un equilibrio en forma de meseta o si realmente la cosa va tan rápida como parece. Eso, desgraciadamente, tardaremos semanas en saberlo, cuando miremos hacia atrás.
Como digo, la bajada es general en toda España como durante dos meses lo fue la subida. Cuesta pensar -y da un poco de rabia- que hayamos tardado tres meses en conseguir un decrecimiento semanal de casos, pero por fin está aquí y ahora hay que saber manejarlo.
El volumen sigue siendo inmenso: justo en esta semana en la que proliferan las medidas restrictivas en el resto de Europa y en Nueva York con niveles de contagio marcadamente inferiores a los que nosotros estamos considerando una buena noticia, la diferencia de criterio a la hora de cortar las cosas de raíz se percibe más que nunca.
Si durante buena parte de agosto y septiembre, la locomotora de esa ascensión imparable era Madrid, justo es decir que Madrid encabeza también el descenso. Nunca fue la única en subir y no lo es en bajar, pero desde luego sus números van a llamar siempre la atención por su volumen y por la importancia de la región en las comunicaciones del país. Obviarlo sería absurdo.
Los datos consolidados de Madrid indican bajadas muy importantes en la transmisión en las últimas dos semanas: damos por consolidada la semana del 17 al 23 de septiembre con 25.152 casos detectados, una bajada del 3,86%... y tiene buena pinta la siguiente, que no damos aún por cerrada por los mencionados atrasos, y que ahora mismo presenta 18.373 contagios, es decir, un 36,86% menos.
La cifra es tan alta que puede resultar sospechosa y probablemente, cuando se consoliden todos los datos, veremos que es ligeramente menor, pero ya estamos eliminando por completo los cuatro últimos días de notificación, con lo que la bajada podemos darla por segura y probablemente nunca por debajo del 20%.
Sinceramente, unos datos así a mí me sorprenderían mucho si no me cuadraran las demás cifras: este fin de semana, Madrid certifica 830 ingresos en planta hospitalaria más 81 en UCI. El fin de semana pasado, que ya marcó un cambio de tendencia a la baja, tuvimos 911 y 89. La prevalencia en planta baja en una semana de 3.326 a 3.047 ingresados (-10,92%) y en UCI la subida es aún notable (de 466 a 501, un 7,51%) pero con reducción en los últimos tres días (de 505 a 501).
Tan es así, que de seguir la tendencia es posible que la prevalencia oficial baje pronto del 35% (ahora mismo sigue en el 41,54% y es imposible cuantificar "pronto" en un contexto como este). De conseguir esa reducción, los municipios de Madrid dejarían de cumplir uno de los tres supuestos de Sanidad para reducir la movilidad.
Incluso el número de fallecidos ha bajado de una media de 45-50 a 35-40 en pocos días. Por poner una pega, es cierto que el número de tests PCR ha bajado de 167.000 a 153.000 semanales, al verse sustituidos en ocasiones por tests de antígenos cuyo resultado no sabemos si está validado en el PDF de Sanidad, aunque debería.
En cualquier caso, estaríamos hablando de unos 2.000 tests diarios que, con una positividad del 18% supondrían 360 casos por día y unos 2.500 a la semana. Como hemos visto, la bajada es mucho mayor… y no hay evidencia de que no se esté haciendo PCR de confirmación a los negativos en test de antígenos con síntomas. Así debería hacerse, al menos..
Es el momento de no cejar, por lo tanto, y no confiarse. La tendencia en la capital y en el resto del país es claramente positiva pero es solo una tendencia. La situación, en su totalidad, sigue siendo muy grave y lo puede ser más con el frío y las reuniones en interiores.
Tenemos que conseguir bajar esas cifras por si en noviembre o diciembre viene otro repunte, que es muy probable. Nada de confianzas ni de autocomplacencias, pero sí motivos para el optimismo. Seguirán muriendo miles de personas durante octubre, pero ahora está en nuestras manos que en noviembre sean muchas menos. Hemos tardado tres meses en ganarnos ese derecho. De verdad que parece increíble.