Todos hemos escuchado alguna vez de nuestros padres la frase "no te bañes después de comer, que te puede dar un corte dígestión". Pero, ¿hasta qué punto es verdad esta afirmación?

En una entrevista con Infosalus, el enfermero Roberto Barcala, coordinador del Grupo de Trabajo SEMES-Socorrismo, explica que no existe el corte de digestión porque el proceso digestivo no se detiene, por lo que asociar este fenómeno bañarse es un error, según afirma, señalando que se trata de un problema circulatorio.



Como detalla Barcala, "lo que puede ocurrir después de una comida copiosa en la playa o en la piscina es que la inmediata inmersión en agua fría pueda ser el desencadenante de un síncope por hidrocución", lo que viene a ser "un problema circulatorio y no digestivo. Es en sí un shock termodiferencial".

Así, precisa que la culpa no la tiene la comida copiosa, sino que cualquier cambio de temperatura brusco puede desencadenar el síncope por hidrocución.

"Lo que pasa es que, tradicionalmente, se ha asociado a las comidas", porque "se hacen en verano, al sol y en las horas de más calor", explica Barcala, y añade que "supone un contraste térmico mayor por la hipertermia". Además, precisa que esto no sólo lo causan las comidas, también el trabajo físico, la actividad deportiva a altas temperaturas, o simplemente estar tumbado al sol y lanzarse de golpe al agua.

En este punto, recuerda que no está recomendado ni correr ni nadar justo después de comer: "El rendimiento físico se ve afectado por lo que nuestras capacidades natatorias pueden disminuir, generar malestar y no tener la destreza suficiente para llegar nadando a un lugar seguro. Como no está recomendado correr justo después de comer, ocurre lo mismo con nadar".

Algunas medidas de prevención

A su vez, el coordinador del Grupo de Trabajo SEMES-Socorrismo, enumera las principales recomendaciones que existen para prevenir este tipo de incidentes. En primer lugar habría que evitar entrar en el agua de forma brusca. La razón principal es que resulta necesario aclimatar el cuerpo mojándose previamente la cara, nuca, muñecas y acceder al agua de forma progresiva.

También es importante tener presente escoger siempre lugares para el ocio acuático que disponga de vigilancia de socorristas. En este sentido, el experto recomienda también evitar todo lo posible bañarse solo, porque, en caso de sufrir algún contratiempo, de esta manera siempre se tendrá a un compañero que pueda ayudar o alertar a los servicios de socorro.

Como última recomendación, Barcala recuerda la importancia de que todas las personas conozcan la RCP básicaun procedimiento de emergencia que combina respiración boca a boca y compresiones torácicas. Y es que la prontitud en el inicio de las maniobras de reanimación está relacionada con una mayor tasa de supervivencia.

Desde SEMES también añaden que podemos prevenir un corte de digestión entrando poco a poco en el agua, mojándonos previamente nuca, muñecas y pies y evitando zambullirnos de golpe. "La famosa espera de 2 horas antes de entrar en el agua es aconsejable en caso de comidas muy copiosas, aunque dicha espera no evita el 'síndrome de hidrocución'", subraya la sociedad científica.

Igualmente, precisa que si aparece algún tipo de malestar, tipo mareo, nauseas, dolor de cabeza, calambres, etc., hay que salir inmediatamente del agua.

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