La sexta ola del coronavirus, que tuvo lugar en España entre los pasados meses de noviembre y febrero, supuso un auténtico jarro de agua fría para quienes daban por terminada la pandemia. Justo antes de que diera comienzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras instituciones celebraban la efectividad de nuestra campaña de vacunación. De hecho, la revista científica The Lancet publicó el 2 de noviembre un estudio en el que señalaba que España se encontraba a punto de lograr la inmunidad de grupo.
Esta inmunidad de grupo ha sido el objetivo de casi todos los gobiernos desde que comenzó la pandemia del coronavirus. La teoría decía entonces que si el 70% de una población generaba anticuerpos, el resto estaría protegido de la infección. Sin embargo, desde el principio supimos que sería un objetivo difícil de alcanzar: en mayo de 2020 —en plena desescalada del confinamiento— el Gobierno presentó los primeros datos de su Estudio Nacional de Seroprevalencia (ENE-COVID-19) y no fueron nada esperanzadores.
La primera ola de la Covid-19 en España dejó tras de sí 28.323 muertes, según las cifras oficiales, convirtiéndose en la más letal de todas. A pesar de ello y de las dramáticas imágenes que llegaban de hospitales y residencias, el ENE-COVID-19 expuso que en mayo de 2020 sólo el 5% de la población de nuestro país había entrado en contacto con el virus y había generado anticuerpos. Estos datos sugerían que alcanzar la inmunidad de grupo a través del contagio de la población podía tener un coste de vidas muy alto.
Infecciones y vacunas
En este sentido, un grupo de 80 científicos firmó en octubre de 2020 una carta en The Lancet, conocida como El memorándum John Snow, en el que expusieron que, en vez de buscar la inmunidad de grupo, los gobiernos debían aplicar "restricciones continuadas" a fin de reducir las infecciones a niveles tan bajos que permitieran la detección rápida de nuevos casos. Además, en esta carta se planteó la duda de que la inmunidad alcanzada de forma natural protegiese a largo plazo y, por tanto, que fuera posible la inmunidad de grupo.
De todas formas, el sueño de llegar a la inmunidad de grupo continuó y fue impulsado con la llegada de las vacunas. En plenas Navidades de 2020 se vacunó la primera persona en España: Araceli Hidalgo, una mujer de Guadalajara de 96 años. Desde ese momento, dio comienzo la carrera por vacunar a la población: la previsión del Gobierno en abril de 2021 era conseguir que el 70% de la población estuviera vacunada a finales del mes de agosto de ese mismo año. Una cifra que, en teoría, debía traer la deseada inmunidad de grupo.
El verano de 2021 se caracterizó por dos cosas: el tremendo auge de la cifra de vacunados en nuestro país y el pico de la quinta ola de la Covid-19. Es decir, la inmunidad de grupo no parecía estar cerca. La inmunidad de grupo "es un concepto teórico que depende de la capacidad de propagación del agente infeccioso y de la eficacia de las vacunas", explicó Ángela Domíngues, portavoz de la Sociedad Española de Epidemiología a EL ESPAÑOL. La quinta ola trajo consigo la variante delta y, con ella, una mayor transmisibilidad del virus.
Llegan las variantes
Debido a esta gran capacidad de contagio de delta, Domínguez advirtió que para alcanzar la deseada inmunidad de grupo íbamos a necesitar un porcentaje de vacunados mayor y, al tener estos medicamentos un 80% de efectividad, necesitaríamos "que casi el 100% de la población esté vacunada". Estos nuevos requerimientos supusieron otra meta algo más lejana, pero mucho más difícil de alcanzar por el margen de personas que no reciben la vacuna —por edad, por un estado de salud vulnerable o, también, porque no quieren—.
En cualquier caso, durante el otoño de 2021 el porcentaje de población vacunada en España llegó hasta, prácticamente, el 80%. En este momento, nuestro país recibió felicitaciones por parte de la comunidad científica internacional y es cuando se publicó el artículo de The Lancet que se nombra al principio de este texto. En él, los autores afirmaban que los españoles podíamos encontrarnos más cerca de lo que esperábamos de llegar a la inmunidad de grupo con la que todo el planeta soñaba.
Por desgracia, poco tiempo después España comenzó la sexta ola que introdujo la variante ómicron de manera generalizada en el país. Esta ola es la que más contagios ha registrado desde el inicio de la pandemia y, aunque no es la más letal, ha superado en número de muertes a la cuarta y a la quinta ola. Pero, sin duda, uno de los aspectos más preocupantes de esta ola ha sido el contagio de personas vacunadas y las reinfecciones de aquellas personas que habían pasado la enfermedad, incluso poco tiempo antes.
La era de las reinfecciones
Esta característica ha llevado a pensar que lograr la inmunidad de grupo contra la Covid-19 es un objetivo prácticamente imposible. La aparición de nuevas variantes puede dar lugar a esas reinfecciones y contagios de vacunados que implican un prolongamiento de la pandemia. Esta nueva fase de la pandemia ha sido bautizada por Devi Sridhar, presidenta de Salud Pública Global en la Universidad de Edimburgo, como la era de las reinfecciones en un artículo para The Guardian.
"El número ascendente de reinfecciones documentadas, algunas poco después de la infección inicial, y el alto número de contagios de ómicron entre los vacunados con pauta completa, significa que la inmunidad de grupo es más bien imposible, incluso si la seroprevalencia llega al 100%", escribe Sridhar. La experta recuerda que, aunque ómicron tiene efectos menos graves que delta, sigue provocando hospitalizaciones y muertes. Además, el aumento de casos de covid persistente subraya la importancia de evitar la infección.
Por suerte, las vacunas han surtido efecto para minimizar los daños que provoca la Covid y, de hecho, ya se observa un descenso de la mortalidad y de las hospitalizaciones a causa de esta enfermedad. El objetivo ahora, dice Sridhar, es manejar los contagios sin tener que cerrar negocios y atender los problemas que ha originado la pandemia sobre la salud mental, el aumento de la obesidad y la covid persistente. Es decir, pasar de buscar la inmunidad de grupo a gripalizar la Covid-19.