Los médicos alertan de una "epidemia de cáncer" en menores de 50 años: por qué hay cada vez más
Una revisión de estudios advierte de que los cambios en el estilo de vida están provocando tumores de aparición más temprana.
7 octubre, 2022 02:53Que la incidencia del cáncer está creciendo no es un secreto. La OMS señala que, en 2020, el cáncer fue la primera causa de muerte en el mundo. Las mejoras en el diagnóstico y el envejecimiento está impactando en la cantidad de personas con cáncer en un momento dado a lo largo del planeta. Sin embargo, una revisión de estudios alerta de que no solo están creciendo los casos de cáncer por haber cada vez más personas mayores sino que los de aparición temprana, en menores de 50 años, llevan creciendo décadas.
El Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos lo ha definido como una "epidemia del cáncer de aparición temprana", y aunque los 50 años son solo un punto de inflexión simbólico, los números parecen claros. Los autores del trabajo, procedentes del Brigham and Women's Hospital y la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, no ofrecen una cifra global sino que indican que la evolución es heterogénea por tipos de cáncer y países, pero alertan de que es un problema que debe abordarse en profundidad.
El trabajo, publicado en Nature Reviews Clinical Oncology, revista del grupo Nature enfocada a las revisiones de estudios en el manejo del cáncer, señalan que, "dada la creciente incidencia de varios tipos de cáncer de aparición temprana, necesitamos incrementar la concienciación de esta tendencia y, potencialmente, reevaluar las guías de cribado actuales o desarrollar aproximaciones personalizadas para el cribado de cáncer de aparición temprana".
[Golpe al cáncer: un nuevo tratamiento frena el tumor en personas que han agotado sus opciones]
La palabra cribado aparece varias veces a lo largo del extenso texto. Hay varios tipos de cáncer donde los programas de detección precoz están muy extendidos, como las mamografías en cánceres el cáncer de mama, lo que ha provocado un aumento de los casos diagnosticados tempranamente. Sin embargo, no se trata únicamente de detectar mejor y detectar antes: en Estados Unidos, por ejemplo, la incidencia -precisamente- del cáncer de mama ha crecido en las últimas décadas en mujeres por debajo de los 40 años, cuando los programas de cribado se han establecido tradicionalmente a partir de dicha edad, por lo que el aumento no es atribuible a esta intervención.
En cambio, los autores elaboran una lista de sospechosos que se corresponde, grosso modo, con los cambios en el estilo de vida de la población mundial, siendo uno de los principales factores la occidentalización de la dieta, algo que se corresponde con un mayor consumo de grasas saturadas, carne roja, alimentos procesados, junto a un bajo consumo de frutas vegetales, granos enteros y fibra.
El aumento de la obesidad, el mayor consumo de alchol y refrescos azucarados, la alta prevalencia del tabaquismo (aunque las tendencias hayan cambiado en los últimos, todavía persiste el efecto del humo inhalado en las décadas anteriores) o la generalización de un estilo de vida sedentario también son tenidos en cuenta.
Antibióticos y cáncer
Factores quizá menos conocidos pero que pueden haber jugado un papel fundamental son el aumento del consumo de fármacos como antibióticos y antinconceptivos orales, el efecto de la contaminación lumínica en la reducción de horas de sueño incluso aspectos como el adelantamiento de la primera menstruación y la reducción del número de hijos por mujer, así como el retraso en tener el primer hijo.
Estos factores tienen más impacto en algunos tipos de cáncer que en otros, por supuesto. El trabajo elabora una amplia panorámica de diferentes tipos de tumores, desde los de mama o tiroides hasta los mielomas o los cánceres de vesícula biliar.
[Cáncer: el ingrediente común con fama de saludable que se vincula con tumores en el hígado]
No obstante, y como no puede ser menos dadas las características de los principales sospechosos habituales, los tumores de aparato digestivo son ampliamente analizados. Así, a la obesidad o la vida sedentaria se le unen patologías que influyen en la aparición de cánceres, como la diabetes, el síndrome metabólico o las enfermedades inflamatorias intestinales.
Sin embargo, las propias características de estos factores, tan generalizados y con una afectación extendida a lo largo del tiempo, hace extremadamente complicado establecer una causa-efecto en muchos cánceres específicos, no digamos ya de forma general.
Así lo indican los autores. "Esta epidemia de cánceres de aparición temprana es probablemente atribuible a cambios en patrones de exposición en la juventud o la primera madurez, a pesar de que los análisis exhaustivos de factores de riesgo individuales en estas primeras etapas de la vida siguen siendo limitados".
Las cifras españolas
"Los datos que presenta este estudio no sorprenden", comenta Isabel Echavarría, oncóloga del Hospital Gregorio Marañón de Madrid y secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). "El incremento en la incidencia del cáncer es una realidad que conocemos desde hace tiempo, al igual que el incremento en población más joven".
Se estima que entre 2020 y 2040 se producirá un incremento de casi un 50% en los nuevos diagnósticos de cáncer en el mundo, "y, de estos, un porcentaje significativo corresponderán a pacientes jóvenes", apunta.
España no es una excepción. Aunque es imposible lanzar una tendencia general (el cáncer no es una única enfermedad sino más de 200 diferentes, advierten siempre los expertos), hay números esclarecedores.
Entre 2000 y 2010 crecieron el número de tumores de mama (0,5%), próstata (7,5%), hígado (0,4% en mujeres, 5,5% en hombres) o tiroides (5,5% en mujeres, 6,3% en hombres). Además, en mujeres creció el número de mielomas (3,7%) y cánceres de esófago (2,1%). Por el contrario, disminuyeron de forma general los tumores colorrectales, de vesícula y conductos biliares y de estómago.
El estudio, que revisa más de 300 trabajos previos sobre el tema, no se limita a describir los posibles culpables de esta "epidemia". Los cánceres de aparición temprana (no confundir con las neoplasias en niños y adolescentes, que quedan fuera de este artículo) tienen sus propias características. Diferencias en las características clínicas y analíticas sugieren que los mecanismos de la carcinogénesis son diferentes en estas patologías.
Además, estos cánceres son más propensos a diagnosticarse en estadios avanzados y los supervivientes son más proclives a problemas a largo plazo de infertilidad, enfermedades cardiovasculares y cánceres secundarios.
Por ello, los autores enfatizan la necesidad de realizar intervenciones en salud pública dirigidas a mejorar los hábitos alimentarios de la población, abandonar el sedentarismo y combatir el abuso de productos como el tabaco y el alcohol.
"Quedan muchas preguntas por resolver", apunta Echavarría, "como, por ejemplo, el impacto individual de cada factor de riesgo en cada situación, al igual que si existen más factores añadidos a los que ya conocemos que estén siendo responsables de este incremento en la incidencia del cáncer a edades jóvenes".
[El peligro oculto del cáncer de próstata: el nuevo riesgo del tumor más diagnosticado en hombres]
La oncóloga apunta que ya se está teniendo en cuenta ese aumento de incidencia a la hora de manejar los casos de cáncer en nuestro país. "Por ejemplo, en muchos casos se debe valorar si el paciente ha cumplido sus deseos de descendencia, informar sobre el potencial efecto de los tratamientos en su fertilidad, y valorar la preservación de la fertilidad cuando esté indicado".
Porque los tratamientos oncológicos pueden tener efectos secundarios a largo plazo, y por ello es preciso conocer los riesgos de cada tratamiento, desde el aumento del riesgo cardiovascular hasta la osteoporosis.
A ello se suma el efecto de los factores de riesgo del cáncer en otro tipo de enfermedades, como las cardiovasculares o las respiratorias. "Por ello es importtante fomentar desde la infancia un estilo de vida saludable y concienciar sobre el papel reductor de riesgo que puede tener dicho estilo de vida".
Echavarría, además, se suma a las conclusiones del estudio indicando que, "quizá en un futuro", tengan que realizarse nuevos estudios "para valorar si se deben replantear las estrategias de cribado".