El 'basta ya' de los psicólogos con las pseudoterapias: "Algunos te hacen la carta astral"
Los profesionales que se basan en la ciencia se sienten poco respaldados por colegios y universidades y los charlatanes campan a sus anchas.
27 febrero, 2023 01:58"Cuando pregunto a mis pacientes en la fase de evaluación si han asistido a otra terapia psicológica, muchos me hablan de magufos y de hijos de la grandísima puta que se hacen pasar por psicólogos que aplicaron técnicas demenciales y que empeoran los problemas que vienen".
Así se expresaba recientemente el psicólogo Carlos Serrano en Twitter. Muchos de sus compañeros respondían lamentándose de haber vivido lo mismo en su consulta. La realidad es que en la psicología actual se mezclan herramientas validadas científicamente con otras que solo lo parecen. E, incluso, con técnicas delirantes.
"He escuchado barbaridades y aberraciones, como profesores de Universidad que hacían la carta astral a sus pacientes", señala a EL ESPAÑOL Carlos Sanz Andrea, que pasa consulta en Zaragoza y uno de los luchadores más destacados para expulsar las pseudoterapias de su profesión.
Estas "perjudican la credibilidad que le damos al ciudadano y nuestros pacientes, pero también violenta nuestro código ético: nosotros tenemos un artículo que dice que no mezclaremos la práctica validada de la psicología y otras técnicas. No debería ser posible que un psicólogo te atendiese luego fuese médium, tipo Paloma Navarrete, o te diera flores de Bach, te aplicase las constelaciones familiares o te tratase con bioneuroemoción".
Porque estas técnicas no tienen validez científica. Esto es: no están respaldadas por ningún estudio serio sobre sus efectos. Y esto indica que, o no se ha demostrado su beneficio o, cuando se ha intentado evaluar su efecto, no ha conseguido mostrarse superior a un placebo o al puro azar.
El psicólogo y divulgador Ramón Nogueras cuenta que, aunque tengan cierta efectividad, esta se muestra mucho más a largo plazo que técnicas con respaldo científico como la terapia cognitivo conductual. "Suponen un montón de tiempo y dinero perdido".
Además, entre el 3% y el 10% pueden tener efectos iatrogénicos, es decir, "que aparezcan nuevos problemas que no estaban". Por ejemplo, la terapia Gestalt "se ha relacionado mucho con el desarrollo de problemas en las relaciones personales porque alienta un punto de vista completamente individualista en el que son los demás los que tienen la culpa de todo".
Constelaciones familiares
También se asocian daños a otras presuntas terapias que están de moda, como las constelaciones familiares. "Este tipo de terapias tienden a culpabilizar a las personas de sus propias vivencias", indica la psicóloga María Arconada. "Se sostiene que los 'traumas' o 'heridas psíquicas' que tengas se heredan por línea genealógica, y se resuleven trasladando el perdón o la comprensión a la parte de la que surge la herida. ¿Esto qué supone? Que, por ejemplo, en un caso de violación a una menor se pueda defender que se ha producido porque no ha perdonado a su padre y que ha de hacerlo".
Es el mantra del coaching coercitivo o del pensamiento positivo, advierte Carlos Sanz. Lo que vulgarmente se llama psicología de 'Mr.Wonderful', que acaba trascendiendo la salud mental para extender sus tentáculos hacia problemas meramente físicos, que afirma –falsamente– hacer la biodescodificación y la bioneuroemoción. "Esto es lo especialmente duro", explica el psicólogo, cuando llegan los familiares de pacientes de cáncer "explicando que su madre no quiere la quimio y podría ser curable… Es lo más terrible".
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Los profesionales consultados por este medio señala que estas prácticas están amparadas por los colegios de psicólogos, que muchas veces ofrecen formaciones de estas técnicas, dándoles apariencia de validez: desde el psicoanálisis a la grafología pasando por la energética. Como señala María Arconada, "si las formaciones Gestalt tienen tirón, más financiación para el colegio y para los que reciben un sueldo de él. No hay más, es economía básica. Que sea ético y moralmente correcto es un asunto de segunda".
Por su parte, Nogueras recuerda que, incluso cuando un compañero ha intentado denunciar estas prácticas, ha sido el propio colegio el que ha apercibido al denunciante "por señalar, con nombre y apellidos, a un terapeuta de constelaciones familiares, práctica que está incluida en el listado de pseudoterapias del Ministerio de Sanidad".
"Hay muchos compañeros y compañeras que ya no es que hagan psicoanálisis sino que tiran el tarot, hablan con ángeles, te hacen terapias de vidas pasadas… La habilitación como psicólogo no es garantía porque no obliga a nada: en tu consulta puedes hacer lo que te salga de las narices", afirma.
A este respecto, el divulgador advierte que no vale ampararse en el eclecticismo y en "coger lo mejor de cada cosa". "Eso es, normalmente, una mala señal, pero es que se alienta desde las universidades que, en lugar de presentar la psicología como una ciencia del comportamiento, lo hacen como una especie de performance".
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¿Cómo puede asegurarse la persona que acude al psicólogo de que la terapia que va a recibir tiene una efectividad consolidada? Por todo lo anterior, el hecho de que la ofrezca un profesional colegiado no es garantía, incide Nogueras, que invita al paciente a hacer todas las preguntas que pueda.
"Qué tipo de terapia hace; cómo se va plantear el tratamiento, porque tienen plazos definidos. Suelen tener una duración estimada y ser breves: la mayor parte de los protocolos de terapia cognitivo conductual suelen ser de 12 sesiones".
Otro factor es que haya trabajo entre sesiones, tareas. "Si simplemente vas a ir a hablar, estás perdiendo el tiempo, así que es bueno preguntar '¿tendré que hacer registros?'". El establecimiento de objetivos e indicadores al comienzo es otra señal de que la terapia ofrecida está validada.
Los psicólogos que basan su terapia en lo científicamente comprobado saben que luchar contra las pseudoterapias es una batalla dura, sobre todo cuando colegios y universidades se muestran laxos. Carlos Sanz admite que él "y mis compañeros estamos preocupados porque no sean más contundentes". Y recuerda: "No es por ir en contra de otros compañeros, es por darle fiabilidad a nuestros pacientes que, al fin y al cabo, son los últimos perjudicados".