Mojica, el 'padre español' del corta-pega genético: "Los negacionistas tienen derecho a dar su opinión"
"Si hay algo de lo que me arrepiento es de no hablar bien inglés" / "Da igual dónde se haga la investigación para descubrir cosas nuevas" / "Los compañeros me decían que abandonara las CRISPR" / "Lo que yo hice probablemente lo habría hecho otro más tarde"
9 septiembre, 2023 02:07En el verano de 1993, un joven Francis Mojica se doctoraba en la Universidad de Alicanete con una tesis sobre las arqueas Haloferax mediterranei. En un artículo, aparecido en agosto de ese año, describía unas secuencias genéticas particulares: se leían igual de izquierda a derecha que en sentido contrario. Esas secuencias serían la clave para revolucionar la edición genética y llevarla a su madurez.
Diez años después, Mojica tuvo la intuición por la que pasará a la historia. Esas secuencias genéticas, que bautizó como CRISPR, servían como sistema de defensa de esos microorganismos: memorizaban el genoma de los virus agresores y los cortaban en ese punto exacto, inutilizándolos.
A partir de ahí se produjo la carrera por utilizar esa herramienta CRISPR como un sistema preciso de corta-pega genético, que llevó a Jennifer Doudna y Emmanuel Charpentier a recibir el Premio Nobel en 2020 al ser las primeras que demostraron cómo hacerlo. Mojica formaba parte del puñado de personas que podían haber compartido el galardón con ellas.
En el trigésimo aniversario de ese descubrimiento seminal, el microbiólogo habla con EL ESPAÑOL sobre CRISPR y la ciencia en España, cómo no hablar bien inglés ha podido afectar a su carrera o lo vergonzosos que son sus alumnos.
Ahora que los periodistas han dejado de acosarle a llamadas, ha decidido sacar de la guantera del coche el teléfono móvil que se compró en 2016 y que permanecía allí durante semanas.
Aunque se siente muy agradecido con el cariño que le dan los desconocidos que le reconocen por la calle y que van a alguna de sus charlas divulgativas, sigue sin llevar bien el foco mediático. Por eso insiste en que su participación en la gran revolución biotecnológica del siglo XXI fue casi de casualidad.
Pero él fue el único que insistió, a pesar de que muchos le aconsejaron que abandonara, hasta saber qué función cumplían esas secuencias que ahora le han procurado la fama.
¿Está preparando ya las clases?
No, hasta el segundo cuatrimestre no tengo. Ahora estamos intentando adelantar las cosas más relacionadas con la investigación. Este cuatrimestre lo dedico más plenamente a investigación y en el segundo compagino. Es la única manera: concentrar toda la docencia en un cuatrimestre porque, si no, dispersar esfuerzos no es muy muy práctico.
¿Le conocen sus alumnos?
Sí, lo curioso es que son vergonzosos de narices, no entiendo por qué. Además, no soy un profesor que les dice que le llamen 'don no sé cuánto', intento ser bastante próximo, pero les da como vergüenza, al final sabes que lo saben pero no te dicen nada.
Este año la única persona que me dijo algo fue una alumna ucraniana. Me dijo: "Escogí la Universidad de Alicante, miro a ver qué asignaturas, veo su nombre y '¡me cago en la leche!' Es un orgullo porque aquí parece que no lo aprecian mucho, pero en mi país es muy conocido". Bueno, lo de que parece que no me aprecian mucho... Eso no es así, ya se lo dije yo, yo ni muchísimo menos.
¿Da clases porque le gusta o porque está obligado?
Estoy obligado, o sea, me gusta, ciertamente me gusta, pero estoy obligado. Realmente, cuando me metí en esto de la universidad, mi idea no era precisamente dar clase, aunque tenía muy claro que para hacer investigación tenía que dar clases.
Pero mi idea era investigar y luego, pues bueno, empecé a dar clases y digo, pues esto mola. Da mucho gusto también que luego los alumnos, cuando pasa el tiempo, te escriben y tienen un buen recuerdo tuyo y tal, eso está bastante bien.
¿Le han tentado alguna vez para salir de Alicante?
Sí, me han ofrecido varios puestos, pero cuando me los ofrecieron tenía cuestiones personales que no podía dejar: cuidar a mi madre enferma. Y les dije, "no me lo puedo ni plantear".
Aún así, cuando murió mi madre y ya no tenía esa esa limitación, no me lo han vuelto a pedir pero, si me lo piden, que tampoco se molesten. Yo estoy bien aquí.
Es muy inspirador que desde la periferia de la investigación científica haya salido adelante la mayor revolución de la biología de los últimos 50 años.
Sí, un poco de potra como diría yo, serendipia como se suele decir hoy en día, pero es así: realmente, da igual dónde se haga la investigación para descubrir cosas nuevas, es un tema de ponerte a buscar en un sitio donde no ha mirado nadie y que no sirva absolutamente para nada más que contribuir al conocimiento, que ya es bastante.
Además, mi situación de profesor universitario es bastante privilegiada en ese sentido, en cuanto a que no me dedico exclusivamente a hacer investigación. A largo plazo, puede repercutir muy negativamente dedicarse solo a la investigación porque puede ser muy difícil conseguir financiación si no vas con una línea más clara y menos arriesgada, pero te compensa personalmente el meterte en un sitio donde nadie se atreve porque es demasiado arriesgado.
Han pasado 30 años desde que describió las arqueas de las salinas de Santa Pola y las repeticiones que había en su genoma. Pasaron 10 años hasta que tuvo la intuición de que esas repeticiones podían formar parte de un sistema inmune contra los virus. ¿Es tan cabezón para todo o es que fue una corazonada?
Cabezón soy un poco, pero entiendo que tampoco es productivo e inteligente centrarse en algo durante 10 años sin obtener ningún fruto. Evidentemente no me dediqué full-time a esto. Nunca lo abandoné, pero mientras tanto estaba haciendo otras cosas.
Sí que intenté centrarme en ellas, pidiendo proyectos que me denegaron. Recuerdo hablar con gente en congresos, intentando que me dieran alguna idea, cuando no sabía para qué servían estas repeticiones, y me decían, básicamente, que me olvidara del tema. Repeticiones hay muchas y es bastante poco probable que puedas llegar a saber qué es lo que hacen porque muchas otras se conocen desde hace mucho tiempo y todavía estamos ahí dándole vueltas.
Pero bueno, a mí me pareció que esto podía tener algo especial, muy especial, simplemente porque algunos experimentos que hicimos, que se publicaron en el 95, mostraban que tenían una actividad. Concretamente, en estas arqueas de las salinas, cuando las modificabas [las repeticiones] las células se morían. Tenía un efecto bestial, así que, por lo menos, sabíamos que no es un ornamento sino algo fundamental para la célula.
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Más tarde, a medida que se fueron secuenciando genomas, vimos que también había secuencias equivalentes en prácticamente todos los grupos de procariotas [organismos unicelulares sin núcleo, como las bacterias], que son tremendamente diversos.
Y empezamos a confirmar la sospecha de que aquello es realmente importante, no solamente para los halófilos [arqueas que se encuentran en medios muy salinos], sino para todos los procariotas. Algo así, tan conservado durante miles de millones de años, no es cualquier cosa. Lo difícil, evidentemente, era conseguir averiguar qué era exactamente lo que hacían.
No sé si ha vuelto a encontrarse con esta gente que le decía que se olvidara de eso.
No, no. Ahora son muy mayores. Yo iba, pues claro, a los senior que iban por ahí, a los popes, estos que decías, "ostras, este es un experto en estructura del ADN, voy a acercarme, voy a armarme de valor y preguntarle".
No ha tenido el gusto de mirarles a la cara y decir...
Yo creo que tenían bastante razón en cualquier caso, era tremendamente arriesgado. Sí es cierto que algún pedido que hice para trabajar con las halófilas y me denegaron, luego hablé con el responsable aquella decisión y bueno, parece que ahora está como un poco arrepentido, porque me aconsejó que me cambiara. Y yo le dije, hombre, pues mira, era difícil de prever.
Este año parece que se va a probar en EEUU el primer medicamento basado en CRISPR. ¿Qué siente al pensar que mucha gente va a poder curarse gracias al descubrimiento que hizo en las salinas de Santa Pola?
Como nunca he llegado a creerme realmente que yo sea responsable de todo esto... Si yo hubiera desarrollado la tecnología, si hubiera tenido esa visión que tuvieron Jennifer (Doudna) y Emmanuel (Charpentier) y algunos otros de que esto se podía utilizar para edición genética, pues a lo mejor sí que me siento realmente responsable.
Pero bueno, simplemente el haber participado en esta historia ya es bastante satisfactorio, cómo no, pero yo no llego a creerme un papel fundamental en esto. Lo que yo hice muy probablemente lo habría hecho otro, a lo mejor un poco más tarde.
Al final usted fue el que se empeñó en intentar descubrir ese camino cuando otros laboratorios se retiraron o se conformaron con lo que tenían.
De hecho, en el año 2000 o así, que fue cuando le di el nombre al final este de CRISPR, fue un acuerdo con uno de los que primero empezó a trabajar estas repeticiones para el diagnóstico de micobacterias tuberculosas.
Este hombre, Ruud Jansen, me escribió porque estaba muy interesado en el posible papel biológico de estos sistemas, y habitualmente comentábamos nuestros resultados. Él fue quien descubrió las proteínas Cas asociadas a los sistemas CRISPR, O sea que, inicialmente, esos grupos no estaban interesados pero sí que hubo algún post-doc como Jansen que se interesó por el tema.
Un estudio reciente hablaba de que, a los hablantes no nativos de inglés, las revistas científicas ofrecen pocas ayudas para publicar. ¿Has sentido que vas más lento por por no formar parte del mundo anglosajón?
No sé si por formar parte del mundo anglosajón pero, claramente, de las pocas cosas que me arrepiento en esta vida es de no haber aprendido inglés.
Hice un postdoc de dos años en Oxford, estuve en una estancia en Utah y nunca llegué a aprender bien inglés. Cuando ya me volvía de Oxford me preguntaron si quería té o café, les dije té y no lo entendieron. ¡La hemos cagado! ¡Después de dos años, este es el nivel de inglés que había conseguido! Eso es un hándicap bestial en todos los sentidos.
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Una de las mayores preocupaciones que tengo cuando voy a un congreso internacional es que se me escapen cosas. Dices, "¡hostia, qué interesante y no he entendido un carajo porque no he cogido la idea central!" Y luego intentas discutir con el ponente y tampoco lo pillas bien.
Y cuando intentas escribir un artículo en inglés y le das 20.000 vueltas a cada frase... Aunque sea comprensible, no vende igual. La forma de explicar las cosas influye mucho en la percepción que pueda tener uno. Eso es un hándicap muy grande. Pero bueno, también puedes echar mano de un anglosajón y decir, "oye, me traduces esto", pero no lo mismo. Si no entienden del tema, no van a plasmar lo que tú quieres decir. Eso es un gran problema.
Siguiendo con el tema de los idiomas, ¿cómo ve que en el Congreso de los Diputados se hable en las lenguas cooficiales?
Estos son declaraciones un poco comprometedoras, ¿verdad? Yo soy valenciano-parlante. Creo que lo importante es comunicarse para que todo el mundo lo entienda. Y todos hacemos el esfuerzo para que te entiendan.
Nosotros, por ejemplo, damos clases en inglés en la universidad, en algunos grupos especiales. Nunca lo he visto con buenos ojos, sobre todo porque hay alumnos que no saben y prefiero explicárselo de manera que lo entiendan lo mejor posible. Y eso, inevitablemente, a un español nativo, es mejor explicárselo en español.
Pero bueno, son formas de ver las cosas. Si realmente te obcecas en que tu lengua es esta, tienes ese derecho y quieres ejercerlo, pues bien, cada uno tiene sus planteamientos, pero no los comparto en absoluto.
Este año han llegado a los gobiernos autonómicos personas que son abiertamente negacionistas de la pandemia o del cambio climático. ¿Cree que la ciencia está en peligro con la llegada del negacionismo a los gobiernos?
Siendo una democracia, los gobernantes tienen que representar al pueblo y esas personas, independientemente de que no comparta sus ideas, representan a gente QUe piensa igual. Creo que tienen que estar todos los puntos de vista representados en quien toma decisiones, incluidos ellos.
Todo es discutible pero ellos tienen derecho a dar su opinión y las cosas hay que discutirlas. Uno no se puede cerrar. Tampoco puede uno cerrarse en banda en lo que uno cree que es la verdad.
¿Cree que la consideración de la ciencia en España y en el mundo está en retroceso?
No lo creo, mi sensación es justo lo contraria. Eso lo he visto en los últimos años porque a partir del año 2016 empecé a involucrarme en divulgación de la ciencia Y sí que he percibido un interés importante.
He sentido aprecio por personas anónimas que, como te digo, no tienen nada que ver con la ciencia. Hay cosas que me ha marcado mucho, como dar el pregón de las fiestas de mi pueblo. ¡Imagínate! Cuando me lo propusieron dije, "¡pero qué me estás contando! La gente me va a tirar piedras ahí cuando salga".
O el nombramiento de hijo predilecto, o cuando das una charla y ves que hay gente que acaba de venir de la obra, que llevan todavía el chaleco, están ahí en primera fila y luego te preguntan interesados.
El gobierno de Pedro Sánchez siempre ha dicho que la ciencia es una prioridad, sobre todo con la pandemia, y que la han dotado de los mayores presupuestos de su historia. ¿Esto lo han notado los que se dedican a ciencia básica?
Hombre, yo personalmente, pues tampoco es que pida demasiados proyectos. Sí es cierto que los que he pedido en los últimos años he conseguido tener financiación. A mi alrededor también veo que más o menos todos los grupos que yo considero que tienen la valía suficiente están consiguiendo financiación.
Algunos caen, no hay dinero para todos, ojalá lo hubiera, y también puede que haya proyectos que no tienen ningún sentido. No solamente que sean arriesgados, sino que alguno puede ser muy loco. Los evaluadores lo tienen que valorar también. Si no hay dinero para todos, hay que elegir a los mejores y los que tengan mayor probabilidad de éxito.
¿Cómo ha cambiado la ciencia en España desde que usted empezó en este mundo de la investigación?
A veces me gustaría coger a los investigadores jóvenes, llevarlos al pasado y decirles, "mira, tío, para encontrar un artículo, una referencia, antes tenía que ir de la biblioteca a buscar un libro y pasarme varios días y lo encontraba con mucha suerte; que estuviera la revista o pedirla y esperar tres meses".
Ahora, en cinco minutos tienes todas las referencias que están relacionadas con tu tema. Antes tenías que preparar todos los reactivos para extraer el ADN de una célula. Tardabas días, por lo menos, y podían salir más o menos bien. Ahora pides un kit y en diez minutos tienes ese ADN extraído con máxima pureza.
Antes, secuenciar era una pesadilla, ahora hay mejores medios, muchos medios de informáticos que están ayudando enormemente a la investigación científica, muchos reactivos, productos, materiales, sistemas, herramientas que facilitan muchísimo la vida del investigador y eso está haciendo que todo vaya mucho más rápido.
¿Cree que un país que no cuida su ciencia es un país que puede verse condenado al ostracismo?
Es un país que, directamente, se equivoca. Es un país que o no quiere verlo o entiende que hay otras prioridades que quizás, si se analizan bien, no son tan prioritarias con respecto a la investigación.
Está claro que hay una tendencia bastante general por los países que no tienen, digamos, un poder económico importante en decir, bueno, para qué vamos nosotros a hacer una investigación, especialmente una investigación básica, si podemos esperar a que lo hagan otros y luego eso se publica y esa información nosotros la podemos aprovechar para seleccionar exactamente lo que da un beneficio. Eso lo entiendo que ocurra en determinados países, pero eso también resta posibilidades de aprovechar, ese mismo país, los resultados de la investigación.