Así es el perfil de las víctimas de incendios: mayores de 64 años, solos y con dificultades motrices
El 52,8% de las víctimas de incendios en viviendas en 2022 tenían más de 64 años. Los meses fríos registran el mayor número de defunciones.
24 febrero, 2024 01:48En España murieron 235 personas víctimas de incendios en 2022, último año con datos, según el informe anual que realiza la Fundación Mapfre y la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos. De los 176 fallecidos por incendios en viviendas, hay un perfil claro: las personas de tercera edad fueron el 52,8% del total.
"Podemos pensar que influyen los factores patológicos previos", señala Rosa Pérez, enfermera de emergencias y coordinadora de divulgación de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), "pero en realidad es por otro tipo de factores: la mayoría vive sola en viviendas con muchos objetos acumulados, tiene más dificultades de movilidad y utilizan estufas o braseros, que pueden ser el origen del incendio".
Los datos del informe de la Fundación Mapfre dan cuenta de que 2022 fue el año más mortal desde que comenzó su publicación, en 2010. Más allá, y basándose en datos del Instituto Nacional de Estadística, se puede extender este deshonor a todo el siglo XXI: en 2005 fueron 227, cifra que no sería superada hasta casi 20 años después.
Por franjas de edad, el mayor número de víctimas se da entre las personas de 60 a 69 años: 35 hombres y 18 mujeres. El índice de fallecimientos por millón de habitantes se dispara en los mayores de 65 años: 12,77 frente a los 3,83 de las personas entre 30 y 64. Las tasas más altas, sin embargo, se dan a partir de los 80 años: 20,69 hasta los 85, 23,69 entre los que tienen 90 y 94 años, y 36 a partir de los 94.
Entre las defunciones por incendio en vivienda, la situación es similar: 9,81 muertes por millón de personas a partir de los 64 años, frente a las 3,71 de media general. La tasa de fallecimientos entre los individuos de 65 a 84 años cuadruplica la de individuos hasta los 64.
La portavoz de SEMES explica que las dificultades de movilidad influyen tanto a la hora de protegerse del humo como de ser rescatado por los bomberos. "Las recomendaciones en un incendio incluyen tirarse al suelo y gatear, esto no puede hacerlo una persona mayor".
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Además, el rescate se vuelve más complejo en aquellos dependientes, en silla de ruedas o que no puedan moverse bien. Frente a lo que pudiera parecer, las personas con dificultad respiratoria no están más en riesgo que el resto —el 76,1% de las muertes se produce por inhalación del humo— sino que son las demencias el principal problema. "Va a costar más sacarle del edificio porque se paralizan con el miedo y no quieren salir".
Los meses fríos y las horas nocturnas son las más mortales. El 61,9% de las víctimas de incendios en viviendas se dieron de enero a marzo y de octubre a diciembre, con un pico en los dos primeros meses del año (29 y 22 víctimas, respectivamente).
Del mismo modo, la franja horaria más mortal fue de las 0h a las 8h, donde se concentraron el 42,6% de las personas fallecidas.
El salón, el lugar más peligroso
En cuanto al lugar de origen del incendio, la mayoría se dio en el salón: supuso el 41,2% del total de casos en que se conoció el origen (hay un 35% de incendios en viviendas en que se desconoce), seguido del dormitorio, donde ocurrió el 29,8%.
Pérez contextualiza estos datos. "Solemos pensar que la cocina es el lugar de la casa donde se originan más incendios, pero es en los salones: ahí están las estufas, los braseros, etc.", causa frecuente de fuegos en el hogar, por eso las altas cifras de muertes en invierno.
La enfermera se pregunta qué personas necesitan calentarse más en esa época del año. "Los mayores tienen, por así decir, un mecanismo de termorregulación diferente al de las personas jóvenes: si hace frío, tienen más frío y, si hace más calor, tienen más calor".
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El dormitorio es también frecuente, de ahí que una gran parte de víctimas mortales de los incendios en los hogares se encontraran dormidos.
La mayoría de muertes se producen en la planta baja, según el análisis de la Fundación Mapfre: 79 de las 176 de 2022, lo que supone el 44,9%. La primera planta (o segunda, si empezamos a numerar desde la baja) acumula el 13,6% y la tendencia sigue decreciendo según ascendemos en altura.
Esto es algo que choca a la enfermera. "Puede ser porque haya una mayoría de personas mayores que viven en plantas bajas, pero no estoy segura". El humo tiende a subir, por lo que, en ese aspecto, las personas de pisos bajos estarían más protegidas.
Detectores de humo y redes vecinales
De hecho, Pérez recuerda que uno de los mayores problemas se da cuando las personas salen a la escalera al notar humo. Puede que tenga lógica porque es la forma en que todos pensamos para salir del edificio, pero "de esta forma inhalan más humo. Es muy frecuente encontrar víctimas en la escalera".
La responsable de divulgación de SEMES explica que cianuro y monóxido de carbono son los gases más mortales, pero su aparición aparece indistintamente del tipo de vivienda y materiales.
"Puede que la gente mayor tenga más madera en la casa, cuya combustión genera monóxido de carbono, pero hay en casi todas", cavila. Igualmente, el cianuro, que "ataca cerebro y corazón, es como un veneno que va a la sangre y desde ahí afecta a las funciones vitales", se suele producir por la combustión de papel y plástico, "como las paredes de pladur".
Quizá lo más importante es que los incendios se pueden prevenir y minimizar sus riesgos instalando detectores de humo en viviendas de gente que vive sola, extintores en las escaleras (idealmente, uno por planta) y otras adaptaciones.
También hay que revisar braseros y estufas de llama, comprobando que esta es naranja —y no azul o roja—, y cuidar de la instalación eléctrica, muchas veces deteriorada.
Para la experta, lo principal, con todo, es la red vecinal. "Si hay una persona mayor viviendo en la finca, los vecinos son los primeros que van a ayudar. Yo tengo localizados a mis vecinos de abajo, que son mayores". El principal factor protector es el humano.