"Hay que tomarse las cosas con calma": así dispara la ira el riesgo de morir por un infarto
Un nuevo estudio ha demostrado por primera vez por qué la ira de forma repetida se asocia con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
7 mayo, 2024 02:34La ira lleva al odio. A esta cita del maestro Yoda habrá que añadirle que también es una emoción que conduce a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Así lo ha demostrado un grupo de investigadores tras analizar cómo influye en la salud cardiovascular la ansiedad, la tristeza y la ira. De las tres, sólo la última tuvo "un impacto negativo significativo".
Que el estrés provocado por la ira puede desencadenar un infarto no es nada nuevo. Pero con el reciente estudio se ha podido conocer por primera vez a qué se debe este vínculo. Para ello, los investigadores midieron en los 280 adultos que participaron la respuesta vasodilatadora del endotelio.
"Se sabe que cuando hay una alteración de esa respuesta, puede llegar a producir un problema de arteriosclerosis y, por tanto, a la larga puede causar un infarto, un ictus o un problema cardiovascular agudo", explica a EL ESPAÑOL Manuel Anguita, cardiólogo en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba y portavoz de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
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Los hallazgos del citado estudio mostraron que la ira afecta a la función del endotelio, limitando la capacidad de dilatación de los vasos sanguíneos. Una de las hipótesis que extrae el portavoz de la SEC de los resultados de este estudio es que si los ataques de ira se repiten —y con ellos, los problemas arteriales—, sí que podría desencadenar en un mayor riesgo de muerte.
En el caso de la ansiedad y de la tristeza, el impacto no fue tan pronunciado. Anguita sospecha que quizás se debe a que son "situaciones emocionales negativas más tranquilas". Para los autores, estos resultados sugieren que el modo en el que influyen en las enfermedades cardíacas varía en función del tipo de emoción.
Más ira, más riesgo
Esta investigación, en realidad, se suma a la amplia lista de estudios que han demostrado en los últimos años cómo incide el estado mental en la salud cardiovascular. Otro trabajo —en este caso, se trataba de una revisión de estudios publicada en la Revista Española de Cardiología— demostró que la ira y la depresión elevan un 19% el riesgo de sufrir una cardiopatía.
Según esta revisión, las emociones negativas no sólo juegan un papel importante en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular. También participan en la progresión de la misma. Esto es, cuanta más ira se sufre, mayor es el riesgo de padecer un episodio cardíaco y de morir por esta causa.
"Desde el punto de vista emocional, el factor fundamental a nivel cardíaco es el estrés", señala Anguita. El caso más evidente lo encontramos en la miocardiopatía de estrés. El también conocido como síndrome del corazón roto fue descrito por primera vez en los años 90 en Japón.
Aunque se asemeja a un infarto de miocardio, no presenta lesiones en las arterias coronarias y se vincula con un evento estresante. De hecho, el 85% de los casos reportados son mujeres post-menopáusicas, con estrés emocional o físico repentino.
Cómo reducir el riesgo
Hay fármacos para mejorar la respuesta vasodilatadora del endotelio. Teniendo en cuesta esto, cabría pensar que se podrían aplicar mientras se mantienen los ataques de ira. Aunque, como apunta Anguita, no tendría sentido prescribirlo en personas que no han tenido ninguna enfermedad.
La forma de evitarlo no sería otra que tratar de controlar mejor el estrés. "No sé cuántas veces a lo largo del día vivimos situaciones que nos cabrean. Y si cada una de ellas produce una alteración del endotelio vascular... Hay que tener cuidado, hay que intentar tomarse las cosas con más calma", recomienda Anguita.
El cardiólogo es consciente de que hay veces en las que es imposible huir de estas situaciones estresantes. Y más, con el estilo de vida actual: "El estrés de la vida moderna puede contribuir y, de hecho, ya está aumentando la incidencia de problemas cardiovasculares", sostiene.
A su juicio, una de las posibles causas del aumento que se está viendo de infartos de miocardio y problemas cardíacos agudo es el nivel de estrés que sufre un importante número de personas en la actualidad. Como explica este artículo de EL ESPAÑOL, el infarto en jóvenes es cada vez más frecuente en nuestro país.
Además de evitar las emociones negativas, las positivas también pueden mejorar la salud cardiovascular. Esta es la conclusión preliminar de un estudio, presentado en el congreso anual del Colegio Americano de Cardiología (ACC, por sus siglas en inglés), en el que se enviaron mensajes positivos a pacientes con hipertensión a través de WhatsApp. "Se ha visto que con una intervención emocional positiva, tienen la presión arterial más baja que en grupos donde no se hacía eso", subraya Anguita.
Éste no descarta que en un futuro tengan que trabajar codo con codo con psicólogos para evitar los efectos nocivos de las emociones negativas en la salud cardiovascular. "En las unidades de rehabilitación ya lo hacemos, y es muy importante el trabajo que hacen. Pero si hay personas que tienen un grado de estrés muy alto y no pueden controlarlo por sí mismas, es probable que también requiramos ayuda desde el punto de vista psicológico", concluye Anguita.