Linfocitos B cultivados en laboratorio para producir anticuerpos neutralizantes.

Linfocitos B cultivados en laboratorio para producir anticuerpos neutralizantes. NIAID Vaccine Research Center Lab Flickr.

Salud

Una nueva generación de vacunas muestra eficacia contra el VIH en ensayos: "Es una luz de esperanza"

Cuatro artículos simultáneos destacan el éxito de la nueva estrategia en laboratorio, y un ensayo clínico con pacientes está en curso.

20 mayo, 2024 01:39

Cuando la pandemia global de SIDA se acerca a cumplir su quinta década, las publicaciones del grupo Science presentan cuatro artículos de forma simultánea que describen nuevos avances en la obtención de una vacuna eficaz frente al VIH. Una de estas propuestas, la N332-GT5, se encuentra ya en fase de ensayos clínicos, y ha demostrado en animales de laboratorio su capacidad para generar anticuerpos neutralizantes contra las cepas circulantes más comunes del virus.

"Con las distintas formas vacunales ensayadas no hemos sido capaces de inducir aún respuestas inmunitarias con producción de anticuerpos neutralizantes (bNabs) de amplio espectro de acción frente a las distintas variantes del VIH", explica Mariano Esteban, jefe del grupo de Poxvirus y Vacunas en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) en declaraciones a Science Media Center. Modificar la administración de la proteína de la envuelta (Env) del VIH, añade, es uno métodos que tratan de lograrlo.

El sistema inmunitario es así "guiado", en palabras de Julià Blanco, jefe del grupo Virología e Inmunología Celular en el Instituto de Investigación del sida IrsiCaixa, para crear anticuerpos neutralizantes con inmunógenos en dos fases: "más sencillos y reconocibles" en primer lugar, y luego "más complicados y próximos a la proteína de envuelta original del VIH". Esta estrategia, matiza, es conocida y se ha utilizado anteriormente.

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La proteína de envuelta del VIH tiene diferentes regiones que son reconocidas por los anticuerpos neutralizantes, prosigue Blanco. Ensayos anteriores se han centrado en un objetivo específico, el sitio de unión a CD4, y ahora se incorpora una segunda región, la base del lazo V3. "Si se combinan ambas estrategias, se podría generar una mayor cantidad y diversidad de estos anticuerpos neutralizantes. Esto haría más eficaz una potencial vacuna", valora el especialista.

Ese objetivo es el trímero N332-GT5 en el envoltorio del VIH. En el primero de los trabajos, el equipo de Jon Steichen modificó y cultivó los linfocitos B para que secretaran precursores de BG18 -un anticuerpo neutralizante de amplio espectro- en un grupo de ocho macacos. En el segundo, el grupo de Zhenfei Xie logró lo mismo con otro método: editando los linfocitos con N332-GT5 mediante ARN para que secretasen BG18, y los potenciaron con dos otros inmunógenos para mejorar su eficacia. 

Esta técnica denominada 'germline targeting' también fue utilizada en el tercer ensayo por el equipo de Christopher Cottrell. Primero estimularon el sistema inmune de ratones con un inmunógeno, eOD-Gt8 60mer, hasta que produjeron los anticuerpos neutralizantes contra el VIH de la clase VRC01. A continuación les proporcionaron otro, el core-g28v2 60mer tanto como proteína como mediante ARN. La potenciación permitió que los VRC01 neutralizaran pseudovirus cultivados similares al VIH.

El cuarto, a cargo del equipo de Xuesong Wang, administró eOD-Gt8 60mer vía ARNm encapsulado en partículas de grasa, como las vacunas contra la Covid. A continuación, trasladaron los linfocitos humanizados a ratones, y comprobaron que forzaban al resto de células a diversificarse tal y cómo ocurre con la inmunización. También adquirieron las mutaciones y características necesarias para secretar anticuerpos de la clase VRC01.

Lo que se demuestra en los artículos publicados en Science son avances importantes hacia la consecución la diversidad de anticuerpos neutralizantes mediante el diseño de antígenos Env con mutaciones selectivas y protocolos de vacunación cuya finalidad es conseguir linfocitos B que hayan madurado en los centros germinales y con capacidad para producir bNabs de amplio espectro de acción", valora Esteban. "Una luz de esperanza se abre hacia el entendimiento de cómo atacar mejor al VIH después de tantos años desde su identificación como agente causal del SIDA en 1983”.