La Covid en España se duplica en 15 días: "No habíamos visto tantos casos en primavera"

La positividad a SARS-CoV-2 en atención primaria se ha multiplicado casi por 8 en tan solo cuatro semanas: del 2,2% en la primera semana de mayo al 17,1% en la última, según el último informe del Sistema de Vigilancia de Infección Respiratoria Aguda, coordinado por el Instituto de Salud Carlos III.

Este porcentaje es similar al marcado por la Covid a lo largo de todo el otoño pasado y principios del invierno, cuando contribuyó al tradicional colapso de los centros de salud por estas fechas. La incidencia estimada, por otro lado, se ha duplicado en dos semanas: de 33,5 casos por cada 100.000 personas a 74,8.

Desde que empezó el 2024, la enfermedad había mantenido un perfil bajo, sin desaparecer del todo pero sin repuntar, y la positividad general en la temporada 2023-24 era del 8,4%.

"Ha habido un incremento", reconoce Ángela Domínguez, coordinadora del grupo de vacunas de la Sociedad Española de Epidemiología. "Lo que pasa es que estábamos a unos niveles muy bajos. Por poco que aumentara, iba a hacerlo mucho. Pero esto nos pone sobre aviso es la importancia de mantener una vigilancia continuada".

Por el contrario, la gripe tiene una positividad del 1,5% y una incidencia estimada de 6,6 casos por 100.000 habitantes, situándose en un nivel de base desde hace ya meses.

Sin embargo, y tras cuatro años desde la irrupción del SARS-CoV-2, sigue siendo difícil distinguir a ojo la gripe de la Covid. "Hay algunas características más propias de la Covid", admite Domínguez, "pero las infecciones por vías respiratorias se parecen todas ellas, por eso se vigilan conjuntamente".

El Sistema de Vigilancia de la Enfermedad Respiratoria Aguda recoge la frecuencia de los distintos síntomas y, si bien la tos y el malestar general son muy frecuentes tanto en la gripe como en la Covid, la fiebre se manifiesta más en la primera que en la segunda.

Sí que se diferencia el virus en su comportamiento. Con la gripe y el VRS regresando a su estacionalidad clásica, el coronavirus sigue apareciendo en el momento más inesperado: primavera y verano.

"Así como el virus de la gripe aguanta más en invierno, lo que se suma a la estancia en espacios cerrados y la peor ventilación, con el SARS-CoV-2 no pasa lo mismo", señala la epidemióloga.

En las consultas de atención primaria se están empezando a acostumbrar a atender resfriados en primavera. "Nunca habíamos vivido tantos en esta época", reconoce Isabel Jimeno, médica de familia en el centro de salud Isla de Oza (Madrid) y portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

La doctora explica que solo se hacen tests diagnósticos a las personas mayores, por lo que "no sabemos muy bien cuál es la carga de la enfermedad". Según los datos del Carlos III, las mayores positividades en lo que va de temporada se dan entre los adultos de 45 y 64 años (11,9%) y de más de 65 años (11%).

"Puedes intuir cuándo una persona tiene Covid pero no asegurarlo", apunta Jimeno. "Hoy he visto a una señora de 80 años con un catarro y olía a Covid desde que entró: le hemos hecho el tests y dio positivo. Ahora, en gente mayor, gripe se ve menos".

Incluso la desaparición (temporal) del sentido del olfato ha dejado de ser un síntoma diferenciador. En el recuento ofrecido por el Carlos III, la anosmia ocurre en el 5,4% de las personas con Covid, por el 4,8% de las que han contraído la gripe.

Variantes y vacunas

El SARS-CoV-2 no solo está aumentando su presencia en las consultas de atención primaria. La positividad al virus en hospitalizaciones por infección respiratoria es del 25,4%, duplicándose en tan solo dos semanas. Para la gripe, en cambio, es del 0,7%.

La tasa estimada de hospitalización ha pasado de 2,2 casos por 100.000 habitantes a 3,6. Un 29,7% de los ingresos por Covid presentan neumonía, hay un 4,2% de admisiones en UCI y un 8,2% de letalidad.

El 51% de los ingresados por Covid tienen hipertensión arterial. Es la comorbilidad más prevalente, a la que siguen las enfermedades metabólicas como la diabetes (43,1%), las cardiovasculares (41%) y las respiratorias (40,6%).

La variante más identificada, tanto en atención primaria como hospitalaria, es la BA.2.86, principalmente los sublinajes de clasificados como JN.1, en más del 80% de las veces en ambos niveles de atención.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció en abril que las nuevas vacunas contra la Covid para la próxima temporada deberían basarse en esta variante, "aunque estamos viendo que crecen dos subvariantes, la KP.1 y la KP.2", comenta la médica de familia.

"La FDA todavía está discutiendo si recomendar una vacuna contra JN.1 o para KP.1", apunta. Ambas son subvariantes de BA.2.86, que es una subvariante de ómicron.

Por el contrario, XBB.1.5 y similares, que fueron las variantes más presentes en el otoño (y para las que se diseñaron las últimas vacunas de ARN mensajero), son minoritarias desde hace meses.

"Probablemente, las recomendaciones de vacunación se mantengan iguales en cuanto a la población a la que se dirigen", apunta Jimeno. Esto es, personas mayores de 60 años o aquellas menores pero con condiciones de riesgo, embarazadas y personal de servicios públicos esenciales, como sanitarios o policías.

Ángela Domínguez se muestra de acuerdo. "Está claro que, en personas a partir de los 60 años y con enfermedades de base, será muy importante vacunarlas. En el resto de la población habrá que verlo".