A Stephanie Oyonarte da Rocha le diagnosticaron cáncer de pulmón a cuatro días de cumplir los 35.

A Stephanie Oyonarte da Rocha le diagnosticaron cáncer de pulmón a cuatro días de cumplir los 35. P.G.S.

Salud

El preocupante aumento del cáncer de pulmón en jóvenes: "Me molesta que me pregunten si fumo"

Cerca del 13,3% de los diagnósticos se da entre los 40 y 50 años, según los datos del primer Observatorio Nacional en Cáncer de Pulmón.

13 julio, 2024 02:39

Cáncer de pulmón. Sólo con estas tres palabras ya se habrá imaginado en su cabeza a un hombre, fumador y mayor de 60 años. No es casual que lo haya hecho, pues en la mayoría de diagnósticos se cumple con este perfil. Pero hay otros que comienzan a ocupar un hueco nada desdeñable entre las estadísticas: pacientes jóvenes y mujeres (en algunos casos sin ninguna relación con el tabaco).  

Así se refleja en el primer Observatorio Nacional en Cáncer de Pulmón que el Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) ha presentado esta semana. El sexo femenino ya representa uno de cada cuatro diagnósticos, mientras que las personas con edades comprendidas entre los 40 y 50 años suponen cerca del 13,3% del total. "No me ha sorprendido porque es lo que acostumbramos a ver en consulta", asegura a EL ESPAÑOL Enric Carcereny, vicepresidente segundo del GECP, acerca de este último dato.

Al tratarse del primer registro, elaborado con 34.000 pacientes de 90 centros hospitalarios, es imposible realizar una comparativa. Pero la sensación de Carcereny es que, aunque no son la mayoría, "cada vez se ven más". No sabe a qué puede deberse este aumento. Sí que sospecha que los factores de riesgo no son iguales que los de la población habitual. Es decir, no suelen ser fumadores, hay una mayor proporción de mujeres y las alteraciones moleculares juegan un papel más importante.

El vicepresidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Javier de Castro, coincide con esta valoración: "Sigue siendo el principal causante, pero hay otros factores de riesgo que van más allá del tabaco". En conjunto, esta práctica está detrás de este tumor en un 87% de las veces (un 40,5% como fumadores habituales y un 46,5% como exfumadores).

Este porcentaje desciende hasta el 60% cuando se trata únicamente de mujeres. En comparación con los hombres, las alteraciones moleculares presentan un mayor riesgo para ellas. "La mutación del gen EGFR, una de las más frecuentes", explica Carcereny, "aparece con una mayor probabilidad en pacientes mujeres y no fumadores", como es el caso de Stephanie Oyonarte da Rocha.

Cáncer a los 35

A esta francesa de nacimiento pero residente en Sevilla desde hace más de tres décadas le diagnosticaron cáncer de pulmón el 6 de junio de 2016; o lo que es igual, cuatro días antes de cumplir los 35. "Sabes que algo pasa porque no te sientes bien. Pero de ahí a que con esa edad te digan que tienes un tumor…", recuerda en conversación con este periódico.

Basta con hablar con ella para comprobarlo, pero por si no queda claro, se presenta como una persona enérgica. Aunque antes del diagnóstico le era imposible demostrarlo: "Me quedaba al 10% de mi capacidad. Estaba dando clases y tenía que bajarme a la enfermería para acostarme".

A Stephanie le diagnosticaron cáncer de pulmón cuatro días antes de cumplir 35 años.

A Stephanie le diagnosticaron cáncer de pulmón cuatro días antes de cumplir 35 años. Cedida

Esta falta de energía no era el único síntoma que le puso en alerta. También tenía dolores en el estómago y en el pecho. Aunque "lo más llamativo" fue que le habían cambiado los dedos porque sufría de acropaquia, cuya causa más frecuente es el cáncer de pulmón.

Pese a todas estas señales, le mandaban de un especialista a otro sin una respuesta clara. Tuvo que insistir para que le realizaran un TAC que confirmó el diagnóstico: "Es horrible. Pero no es lo peor que me ha pasado en la vida".

Su madre también tenía la mutación del gen EGFR. El tumor se lo diagnosticaron tres años después que a su hija. "Eso sí que fue lo peor. Recuerdo que me dijo 'bueno, ahora puedo acompañarte porque tú me has enseñado cómo se hace'", rememora Stephanie de su madre, quien falleció el pasado año por esta causa.

Posible predisposición genética

Los estudios realizados hasta la fecha no han podido relacionar genéticamente ambos casos. Pero no se descarta que en un futuro se demuestre lo contrario: "Tanto mi oncóloga como quienes conocen nuestra historia sí que piensan que es hereditario. Porque hay pocos ejemplos, pero los hay".

El doctor Javier de Castro reconoce que en el caso de las mujeres puede existir un componente hormonal y hereditario. "Clásicamente se decía que el de pulmón no era un cáncer con una predisposición genética. Pero en los últimos años estamos viendo que sí que puede existir".

Es por este motivo por el que Stephanie confiesa que le molesta que le pregunten si era fumadora. "Mi madre no fumó un cigarro en su vida", añade. "Y aun habiendo fumado, lo único que hace falta para sufrir cáncer de pulmón es tener pulmones. Todo el mundo los tiene, así que nadie está libre", tal y como está comprobando a través del grupo de la Asociación Española de Afectados de Cáncer de Pulmón (AEACaP) del que forma parte.

Tampoco es partidaria de tratar esta enfermedad con eufemismos. "El concepto de 'lucha' no lo comparto. Cuando me muera, que digan que ha sido por cáncer de pulmón, diagnosticado a los 35 años". Desde entonces, le han operado en dos ocasiones.

La primera de ellas fue al mes de que le diagnosticaran el tumor en estadio III. Tras una quimioterapia "muy dura", tuvo una remisión de casi un año que finalizó en junio de 2018: "Estaba en estadio IV y no podían operarme". El equipo del Hospital Universitario Virgen del Rocío decidió que comenzara una terapia dirigida, conocida como afatinib. La abandonó en marzo de 2020, cuando se sometió a una segunda cirugía y empezó con un nuevo tratamiento, llamado osimertinib.

Fachada del Hospital Universitario Virgen del Rocío, donde Stephanie ha sido tratada.

Fachada del Hospital Universitario Virgen del Rocío, donde Stephanie ha sido tratada. Rocío Ruiz Europa Press

Este fármaco, aprobado por la Agencia Europea del Medicamento en 2018, se ha convertido en la primera línea de tratamiento para los pacientes diagnosticados con cáncer de pulmón con la mutación del gen EGFR. "Llevo algo más de cuatro años y, por los controles, la enfermedad parece estable", dice Stephanie de una píldora que reduce el riesgo de muerte a la mitad, como demostró un estudio presentado en el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Médica (ASCO, por sus siglas en inglés) hace justo un año.

Más investigación, menos tabú

Esta sevillana de adopción sabe que si se lo hubieran diagnosticado hace 15 años, no estaría ahora contando su historia. Pero, como suele decirse, cualquier ayuda es poca. Y en este caso, aunque la investigación ha avanzado en los últimos años, hay margen de mejora. "Yo siempre ofrezco mi sangre a quien la quiera para que investiguen lo que les dé la gana", bromea Stephanie, quien es consciente de que la cura para un cáncer de pulmón en estadio IV es muy limitada en la actualidad.

Esto no le impide hablar (sin eufemismos) de la enfermedad con la que lleva conviviendo ya ocho años. De hecho, cree que el problema es ese, que no se habla, y se construye un imaginario que no siempre corresponde con la realidad: "Cuando entré por primera vez a la sala de oncología me di cuenta de que la gran mayoría no lleva pañuelo".

Stephanie adapta el día a su cansancio, aunque no puede estar todo el día en la calle. Y cuando le preguntan cómo está, ella prefiere responder con un "estoy bien". "Si quieres saber un poco más, yo te cuento. Pero no me centro en el dolor. La gente no es consciente de lo que significa vivir".