Merche González, secretaria de ALBI.

Merche González, secretaria de ALBI.

Salud

Pacientes desamparados tras el rechazo europeo a un fármaco del hígado: "Sentimos rabia y tristeza"

En España, toman ácido obeticólico unas 1.500 personas, que no tendrían otra opción tras la revocación de la autorización del medicamento.

25 julio, 2024 01:04

Ocaliva ha tenido una corta vida. Este medicamento fue aprobado en 2016 para tratar a pacientes de colangitis biliar primaria, una enfermedad autoinmune poco frecuente que causa la destrucción gradual de los conductos biliares del hígado y que afecta sobre todo a mujeres. Ahora, menos de una década después, Europa ha revocado esa autorización, y los pacientes que lo tomaban se quedan sin opciones.

"Sentimos rabia, tristeza y pena", expresa Merche González, secretaria de ALBI, la Asociación para la Lucha contra las enfermedades Biliares Inflamatorias, que explica que Ocaliva dejará de suministrarse a partir de septiembre.

"Hay personas que no pueden trabajar, que están de baja, con un nivel brutal de transaminasas... Y las estamos dejando de la mano de Dios". En España, según datos de ALBI, toman el fármaco unas 1.500 personas.

La noticia les cayó como una bomba hace menos de un mes, "aunque ya nos olíamos algo". En octubre del año pasado, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) comenzó a revisar la evidencia disponible de este fármaco, que había sido aprobado con la condición de realizar más ensayos clínicos que demostraran su eficacia.

Es algo habitual: cuando un fármaco muestra posibilidades de beneficio en enfermedades con escasas opciones, los organismos reguladores facilitan su acceso con la condición de que el responsable de comercializarlo presente posteriormente datos que lo avalen.

Es lo que pasó con Ocaliva, cuyo principio activo es el ácido obeticólico. Aunque es una enfermedad de desarrollo lento, la colangitis biliar primaria puede acabar destruyendo por completo el hígado de la paciente y necesitando un trasplante, y solo había un medicamento disponible hasta 2016.

Este medicamento era el ácido ursodesoxicólico, un ácido biliar que tiene efectos antiinflamatorios. Aproximadamente dos tercios de las pacientes responden pero "hay algunas que no lo hacen y otras tienen intolerancia, la toma de la pastilla puede provocar diarrea, náuseas, etc. Hacía falta una segunda línea de tratamiento".

Quien habla es Raúl Andrade, jefe del servicio de Digestivo del Hospital Clínico Universitario de Málaga. "El ácido obeticólico era la única segunda línea aprobada por la Unión Europea".

Andrade reconoce que la decisión de la EMA "nos tiene muy preocupados a los médicos que atendemos a estos pacientes", y critica que la agencia se ha mostrado "obtusa e inflexible" en el proceso de revisión del fármaco.

Confusión con el placebo

Ocaliva fue aprobado en Europa porque reduce los niveles sanguíneos de fosfatasa alcalina y bilirrubina, dos indicadores que daban a entender una mejora del estado hepático de los pacientes.

Sin embargo, se pidió a la compañía (Intercept, que posteriormente vendió la licencia a Advanz Pharma) que montara otro estudio que confirmara el beneficio: su efecto en el empeoramiento de la enfermedad o la muerte.

Ha sido al revisar los datos de este estudio cuando "no se ha observado diferencia en cuanto a la eficacia entre los pacientes tratados con este medicamento y los que recibieron el placebo", concluye la agencia. "Por ello, la eficacia de Ocaliva en la indicación autorizada no se ha podido confirmar".

Andrade explica que no es tan fácil como parece. "Al analizar el ensayo a largo plazo se ve que estaba mal diseñado. Se centraba en enfermos en edad avanzada, cuando tenían insuficiencia hepática o cirrosis, cuando se demostró que para este tipo de pacientes no es tan eficaz y tiene riesgo de provocar una descompensación mayor".

Además, continúa, "como se diseñó en comparación con placebo, al tener los pacientes enfermedad hepática avanzada hubo mucha violación de protocolo: los que tomaban placebo comenzaron a tomar ácido obeticólico o bezafibrato", fármaco que no estaba indicado en principio para la enfermedad pero que cada vez se está usando más.

Entonces, "el grupo placebo mejoró la supervivencia y por eso no encontraron diferencia, porque ese brazo de estudio estaba corrupto".

La EMA afirma que han tenido en cuenta un subgrupo del estudio que tenía la enfermedad menos avanzada, y que ha consultado también datos en vida real, pero Andrade sostiene que no se ha hecho caso a la mayoría de evidencia generada tratando a los pacientes hasta el día de hoy.

"Si le quitamos el fármaco les tendremos que poner bezafibrato, que está menos estudiado en estos pacientes y no aparece en las guías clínicas. Pero si no responden, no tendremos ninguna alternativa".

Reunión con la Aemps

Dos personas de cada 100.000 son diagnosticadas anualmente con la enfermedad. Se desconoce por qué afecta más a las mujeres que a los hombres, pero es algo habitual en las enfermedades autoinmunes.

En los últimos años se está diagnosticando en fases más tempranas, antes de que aparezcan los síntomas (como cansancio o picores). Eso ha permitido tratar antes y mejorar la calidad de vida de las pacientes.

Merche González explica que ALBI y otras asociaciones a nivel europeo están organizándose para pedir la revocación de la decisión. Acaban de tener una reunión con la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) para trasladarles su postura.

"También nos han empezado a contestar políticos relacionados con la sanidad y la semana que viene tendremos varias reuniones".

El tiempo apremia. Se prevé que en septiembre, la Comisión Europea ya emita su decisión y se retire el fármaco de la comercialización. A partir de entonces, solo quedará la opción del uso compasivo, un procedimiento excepcional que requiere mucha más burocracia y que debe examinar cada caso de forma individual.

Steffen Wagner, el CEO de Advanz Pharma, señaló en un comunicado su "decepción" por la decisión europea. "Estamos determinados a ayudar a asegurar a los pacientes de la UE que se estén beneficiando de Ocaliva que no sean olvidados, y estamos considerando cuidadosamente los próximos pasos".

González apunta que, tras las elecciones y la conformación de los órganos europeos todo parece haberse paralizado y no han tenido nuevas noticias tras el anuncio de la EMA.

"Hay otros medicamentos que están en ensayos, pero todavía tardarán en llegar. Los pacientes nos quedaremos sin opciones. Los médicos están estupefactos".