Imagen de archivo de un grupo de personas bañándose en una playa española.

Imagen de archivo de un grupo de personas bañándose en una playa española. EFE

Salud

España suma la peor cifra de muertos ahogados en 7 años: "Es un problema de salud pública"

A falta de cuatro días para que finalice agosto, los ocho primeros meses de 2024 ya han registrado la segunda peor cifra de la década, con 336 muertes.

28 agosto, 2024 02:34

El pasado domingo, el actor Julián Ortega murió ahogado en una playa de Barbate (Cádiz). En lo que llevamos de año, han fallecido 336 personas por esta causa en España, según el Informe Nacional de Ahogamientos (INA). Es el segundo peor dato que se había registrado hasta esta fecha en la última década. Sólo lo supera el de 2017, cuando se produjeron 39 fallecimientos más (incluyendo, eso sí, los últimos cuatro días de agosto). 

"Es un problema de salud pública aunque no lo consideremos como tal", advierte a EL ESPAÑOL Roberto Barcala, enfermero y coordinador del grupo de socorrismo de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES). Recuerda que el ahogamiento, sumersión y sofocación representa la tercera causa más frecuente de muerte externa en nuestro país. En 2023, duplicó a las defunciones por accidentes de tráfico. 

Barcala se pregunta por qué en los colegios no se enseña sobre los riesgos que existen en el medio acuático, al igual que sucede con la seguridad vial. "Tampoco se trata de alarmar a la población. Pero, ¿alguien dejaría a su hijo solo en una calle con tráfico?".

Esta falta de conocimiento ha provocado incluso que en el imaginario colectivo se asienten algunos mitos acerca de los ahogamientos. Tal y como se recoge en esta revisión publicada en la revista Educación Médica, hay quienes creen que este tipo de incidentes se desarrolla como se refleja en la ficción; es decir, personas gritando, agitando los brazos y pidiendo ayuda.

Todo lo contrario: "Una persona que se ahoga frecuentemente lo hace en silencio, trata de sacar la cabeza y concentra todos sus esfuerzos en respirar". "Y desaparece de la superficie del agua en unos 90 segundos", añade Barcala, quien participa en el citado artículo como autor principal.

Basarse en la evidencia

Los expertos inciden en buscar respuestas que se basen en la evidencia científica. Por ejemplo, no es extraño encontrar tanto en playas como en piscinas a niños de corta edad con manguitos en los brazos. Aunque este flotador por sí solo no previene en ningún caso el ahogamiento, pues las vías respiratorias quedan fuera del agua en todo momento.

Barcala se niega a aceptar que haya una media de tres fallecimientos diarios, como la que se registró el mes pasado, con un total de 93 fallecidos. Sobre todo cuando hay países que, como España, "miran al mar" y tienen "una gran conciencia sobre la prevención del ahogamiento".

Pone el ejemplo de Australia, donde las familias acuden a la playa con el llamado 'kit de actos heroicos' para hacer frente a un posible ahogamiento. "No creo que sea porque son más listos que nosotros", bromea Barcala, "pero sí que se han preparado para ello".

También cree que no hay una buena gestión de las campañas de prevención sobre el medio acuático: "Deben comenzar muchos antes. Hay algunas que aparecen en julio, cuando ya hay muchos muertos". Critica, además, que algunas administraciones locales no sean capaces de comprender la inversión en seguridad que supone un socorrista, pues tienen "la imagen de que es una persona joven, que está en la playa y no hace nada".

"El mejor socorrista es el que no hace rescates", sostiene Barcala. De hecho, el 43% de las muertes por ahogamiento hasta el 31 de julio se dieron en espacios donde no debería existir un servicio de socorrismo. "El 99% del trabajo es la prevención. Aunque lo que aparece en medios es el rescate, porque quizás se haya publicado en redes sociales".

Más bañistas, mismos recursos

Esta mayor difusión no sólo se debe a las nuevas tecnologías, sino también a que el número de fallecimientos se ha mantenido en la última década. "En 2015, no salía prácticamente nada en medios", opina Alberto García Sanz, director de la Escuela Española de Salvamento y Socorrismo.

"De 2020 para acá sí que ha aparecido algo más", prosigue. "Pero es que las cifras de este año te ponen los pelos de punta. Lo he comentado con personas de mi entorno y se sorprenden al conocer el número de muertos ahogados". A su juicio, que los ochos primeros meses de 2024 sumen la peor cifra en 7 años responde a dos posibles motivos.

Por un lado, hay una mayor afluencia de personas que acuden a espacios acuáticos durante su periodo vacacional. "No sólo hablo de turistas extranjeros, también nacionales", los cuales representan casi el 85% de los fallecidos por ahogamiento en lo que llevamos de año.

Al haber más personas que quieren acceder a la zona de baño y coger "una primera línea de playa", hay quienes acuden a estos lugares en horarios en los que aún no ha comenzado el servicio de salvamento. "El turista viene antes y se va más tarde. Pero no estamos aumentando los recursos destinados a esta prevención".

Este uso no sólo se ha ampliado a lo largo del día. También se ha extendido durante los meses del año, propiciado por el aumento de las temperaturas. García Sanz no cree que se deba hablar de una relación causa-efecto entre el calor y las muertes por ahogamiento. Aunque el riesgo podría ser mayor.