Un perezoso junto a una imagen de un fumigador en acción.

Un perezoso junto a una imagen de un fumigador en acción. Reuters

Salud

La 'fiebre de la pereza' no existe según los expertos: la gran confusión sobre el virus oropouche en España

Este nombre es una mala traducción de 'sloth fever', que hace referencia al perezoso, la especie animal que actúa como reservorio del virus.

3 septiembre, 2024 02:40

La manera en la que nombramos a las enfermedades está cambiando. Durante siglos se les ha puesto el nombre de su descubridor, del lugar o de la especie en que se encontró por primera vez. Pero este sistema, en muchas ocasiones, genera estigma o desinformación. Esto es lo que ha pasado ahora con la fiebre oropouche, que se ha nombrado de manera errónea en varios medios de comunicación de España como "fiebre de la pereza", dando lugar a conjeturas en redes sociales sobre cuáles deben ser sus síntomas.

"Desde luego, quien lea este nombre pensará que la persona que se infecta siente pereza, pero no tiene nada que ver", explica Ignacio López-Goñi, catedrático de Microbiología en la Universidad de Navarra. El experto aclara que se debe a una mala traducción del inglés. En este idioma le pusieron por nombre sloth fever a la enfermedad, que hace referencia al perezoso, el animal, y no a la pereza. "El perezoso es un reservorio de la enfermedad, es decir, una de las especies en la que el virus, digamos, 'se almacena'".

En cualquier caso, el experto recomienda usar fiebre oropouche, en vez del término fiebre del perezoso. Los perezosos, los primates y otros animales se contagian de este virus, pero no tienen la capacidad de contagiar. Tampoco las personas que han sido infectadas. "Los vectores de esta enfermedad son dos tipos de mosquitos, el Culex quinquefasciatus y unos que se llaman jejenes", detalla el catedrático. Por tanto, relacionar al perezoso con este virus puede llevar a la desinformación como recientemente ha sucedido con el mpox. 

Dónde afecta más

La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió recientemente rebautizar a la viruela del mono como mpox para evitar el estigma entre las personas que la padecen. "En este caso, había quien sugería que estos pacientes habían estado en contacto con uno de estos animales o que, incluso, habían comido su carne. Es un error", explica el catedrático de Microbiología. También recuerda los casos de la enfermedad de Chagas, nombrada así por su descubridor, o la enfermedad del legionario, la neumonía provocada por la bacteria legionela.

"Ya me dirás qué culpa tiene este doctor o los legionarios de la enfermedad", comenta este experto. Ahora bien, el nombre de Oropouche, que hasta el momento parece el más indicado, hace referencia a la localidad de Trinidad y Tobago en la que el virus fue hallado por primera vez en el año 1955. Sin embargo, ni esta zona ni el país es donde más casos se han detectado de esta enfermedad. Tras el caso de Oropouche, se detectaron varios casos en Brasil y, de hecho, en la actualidad es el más afectado.

"En 2024, se han reportado más de 7.700 casos de oropouche en cinco países de las Américas: Brasil (6.976 casos hasta mediados de 2024), Bolivia, Perú, Cuba y Colombia", destaca la Organización Panamericana de la Salud (OPS) de la OMS. A España también han llegado 12 casos de oropouche, pero se tratan en su totalidad de casos importados. "Con lo que sabemos ahora mismo, es muy raro que se lleguen a producir casos autóctonos en Europa de esta enfermedad", explica López-Goñi.

Crisis climática

Para que el oropouche se empezase a transmitir en Europa, no sólo deberían de asentarse las especies de mosquitos que transportan el virus, sino también las especies que hacen de reservorio. Es decir, el perezoso y los primates, principalmente. "Deben existir tanto el vector como el reservorio en una misma zona para que una enfermedad zoonótica como esta cumpla su ciclo natural", cuenta el catedrático. "Este ciclo se está dando principalmente en el Amazonas, donde habitan estos dos agentes".

Es decir, que los casos humanos que tenemos en España, y en el resto de Europa, se contagiaron en América y viajaron con la enfermedad, son importados. Estas personas no pueden contagiar el virus a otras y desatar un brote autóctono. "Así funciona, por ejemplo, el virus del Nilo Occidental. Pero en España hay casos endémicos porque tenemos el vector y el reservorio para que se cumpla el ciclo virus-mosquito-aves. Otro caso, por cierto, de enfermedad que se asocia con el Nilo en África y la tenemos aquí", sostiene el experto.

Pero, ¿por qué parece que últimamente las enfermedades transmitidas por mosquitos no dan tregua? "Ahora es que detectamos más. El oropouche se ha confundido mucho con casos leves de dengue por la similitud de los síntomas", dice López-Goñi. "Pero sí parece que hay ahora un apelotonamiento de enfermedades transmitidas por vectores y también se debe a los cambios de temperatura y humedad. El cambio climático y el cambio de los ecosistemas hace que los vectores se trasladen. El virus del Nilo Occidental, por ejemplo, se ha asociado mucho al aumento de los arrozales". 

Por el momento, la única precaución que podemos tomar es intentar evitar la picadura del mosquito si viajamos a los países más afectados por el virus y acudir al médico si al volver presentamos síntomas. "Parece que la letalidad es baja, pero puede ser muy peligroso para las mujeres embarazadas. Este verano se han producido unas pocas muertes, pero todavía no conocemos del todo este virus", advierte el experto.