La España 'enganchada' al Orfidal: el consumo de ansiolíticos se ha triplicado en las últimas dos décadas
- El incremento se asocia al aumento de los trastornos de ansiedad y depresión, que se hicieron más prevalentes tras la crisis de 2008 y la pandemia.
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La última Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España (EDADES, 2024) del Ministerio de Sanidad ha dejado un dato en positivo en relación con el tabaco: el número de fumadores cae a los niveles más bajos en los últimos 30 años. Por contra, el consumo de hipnosedantes alguna vez en la vida ha registrado este año —al igual que la cocaína— el máximo de la serie histórica.
No es el único documento en el que se advierte que este grupo de psicofármacos (entre los que se encuentran el Orfidal, el Lexatin o el Valium) están cada vez más presentes en la población española. Según los datos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps), el número de dosis diarias definidas de hipnosedantes por cada 1.000 habitantes aumentó casi un 20% desde 2010.
Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) también ha demostrado que en España el consumo de hipnosedantes, utilizados para tratar la ansiedad y el insomnio, se ha incrementado un 4,7% de media desde 2005. Entre aquel año y 2022, el uso de estos medicamentos en la población de 15 a 64 años casi se triplicó, pasando del 3,7% al 9,7%.
"Lo venimos advirtiendo desde hace tiempo", señala a EL ESPAÑOL el médico de familia y miembro del grupo de trabajo de Salud Mental de la semFYC, Juan Antonio López, que no ha participado en la investigación. El aumento en el consumo de hipnosedantes se asocia con que cada vez se diagnostican más trastornos de ansiedad y depresión.
La expectativa del paciente
Ante un diagnóstico, que "son malestares de la vida" en algunos casos, "es mucho más fácil la prescripción". Aunque, como recuerda López, en la Guía de Trastorno de Ansiedad Generalizada del Ministerio de España la primera opción es la terapia cognitiva.
En aquellos pacientes en los que fueran necesarios los hipnosedantes, su consumo nunca debería superar los dos meses para evitar que pierda efecto y genere adicción. Pero no siempre sucede así. Especialmente en los grupos de mayor edad, que "piden continuar con el tratamiento si no se les ofrecen alternativas", y por ello es la población en la que la probabilidad de consumir hipnosedantes es mayor.
Las causas por las que se ha incrementado su consumo, debido a que los trastornos de ansiedad y depresión se hicieron más prevalentes, ha variado en las dos últimas décadas. En el caso de la crisis de 2008, el aumento se vincula con las dificultades familiares y económicas, el estrés laboral, la incertidumbre y los cambios sociales derivados de la misma.
En la pandemia, en cambio, se asocia más al estrés, el insomnio y el aislamiento social. "Es probable que tanto la atención sanitaria por teléfono como la saturación del sistema sanitario llevó a una prescripción de hipnosedantes mucho más rápida como respuesta a los problemas mentales de la población", explica Ana Teijerio, investigadora de la USC y coautora del citado estudio.
La "saturación de las consultas" influye negativamente, puesto que "recetar lleva mucho menos tiempo". No obstante, como comenta López, la responsabilidad no sólo debe caer sobre los propios profesionales. Y es que los pacientes también "acuden a la consulta con la expectativa de que le van a recetar pastillas para su problema de insomnio".
Mayor prevalencia en mujeres
En los últimos años, el incremento en el consumo ha sido mayor en el caso de las mujeres, cuya prevalencia (12,1%) es un 65% mayor que en los hombres (7,3%). Se han convertido en las principales consumidoras de hipnosedantes, especialmente el grupo que comprende desde los 55 hasta los 64 años.
La diferencia entre géneros podría estar relacionada con una mayor incidencia de diagnósticos de ansiedad y depresión en mujeres. Según el último Informe del Sistema Nacional de Salud (SNS) de 2023, publicado por el Ministerio de Sanidad, los trastornos de ansiedad afectan al 10% de la población, el doble a mujeres (14%) que a hombres (7%).
Además, "ellas tienen más predisposición a buscar ayuda médica", mientras que los hombres, opina López, siguen sin verbalizar, por el estigma que aún existe, cualquier problema relacionado con la salud mental, ya que "lo ven como una debilidad". A este consumo mayoritario en mujeres también contribuye, apunta Teijerio, que "el enfoque terapéutico se centra más en los aspectos psicológicos", mientras que en el género masculino se presta más atención a las causas físicas.
Los resultados del estudio en el que ha participado muestran que aproximadamente el 20% de las mujeres españolas de 55 a 64 años consumieron hipnosedantes en 2022. Además de estas dos características, el perfil del consumidor de estos psicofármacos en España es una persona con un nivel educativo básico, desempleada y que no convive en pareja.
CC.AA. con más consumidores
Pese a que existen diferencias, no hay ninguna comunidad autónoma en la que se haya reducido el consumo de hipnosedantes desde hace 17 años. En 2022, la región que lideró la prevalencia fue Galicia, con un 14,1%, seguida de Canarias (13,6%) y Andalucía (12,5%).
En el otro extremo, aparecen Madrid (5,2%), Cataluña (7,7%) y País Vasco (7,7%). Para los autores, estas diferencias no sólo reflejan factores sociodemográficos, como el envejecimiento de la población, sino también desigualdades en la prevalencia de trastornos mentales y en las condiciones socioeconómicas. "Cuanto menos dinero tienes, más preocupado estás", sintetiza López.
Para frenar la imparable escalada, lo prioritario es "la colaboración entre los profesionales sanitarios, las instituciones y los pacientes para mejorar el tratamiento de los pacientes". Y aunque la presión laboral asociada al tiempo limitado en la atención sanitaria lo complique, el papel de los propio profesional como educadores de la población en materia de consumo de medicamentos es muy importante para "evitar esta tendencia creciente en el consumo de hipnosedantes".