"Recuerdo el ptrrrriiiit del módem, el chillido del aparato para conectarse a internet, a unas velocidades ridículas". Así revive cómo eran las cosas hace 20 años Unai Elósegui, director general de Hispavista, una de las compañías supervivientes de una época que los millenials no pueden ni imaginar. Bienvenidos a 1996.
Entonces, todo lo que rodeaba internet era exótico. Los internautas, los usuarios de la red de redes, se colaban tímidamente en los medios de comunicación como algo extraño, excitante y un poquito oscuro. Había poquísimos móviles, se acababa de estrenar el servicio prepago y sólo servían para hablar.
En esa época, los buscadores eran meros índices. "Un índice era un sitio en donde se daban de alta las páginas web, porque aún no existía la tecnología de crawling de ahora, la araña que va buscando en internet todas las páginas", explica Elósegui a EL ESPAÑOL. "La gente se daba de alta y a partir de ahí, nosotros buscábamos dentro del índice la página web".
Es decir, el proceso rayaba en lo artesanal. "Podías dar de alta una URL propia como usuario, y nosotros además teníamos nuestro propio equipo con el que hacíamos lo mismo con sitios web que veíamos por ahí; al principio, como lógicamente no había nada y la gente tampoco sabía nada, lo hacíamos a mano sobre un buen índice".
Ese año, el periodista José Cervera trabajaba en el diario Cinco Días. Hoy se ríe al recordar las reacciones de expertos y compañeros de profesión al valorar la incipiente llegada de internet.
"Fue en 1996 cuando se empezó a informar sobre internet y la opinión generalizada entre los expertos y entre los periodistas era algo así como: 'Bah, eso es una moda pasajera'", comenta a este diario Cervera, que añade: "Esto era un comentario habitual en la época, ése era el ambiente que había entonces".
Precisamente aquella cabecera lanzó la primera sección fija en prensa de papel dedicada a internet, que era semanal. "Recuerdo que sacamos un especial muy conocido, muy famoso, que se llamó Hágase internauta en Cinco Días", comenta este periodista. "Salió el primer trimestre del 96 y se extendió mucho por las empresas en España porque todo estaba contado en detalle, desde cómo configurar el módem hasta cómo seleccionar por qué páginas navegar".
Hispavista, Olé, Ozú...
"En realidad, el proyecto inicial de Hispavista y su desarrollo, lo que es el buscador, empezó en 1995", afirma Elósegui. "Luego, a mediados de 1996, lanzamos el sitio". "No me sé la fecha, de verdad", confiesa entre risas.
Desde principios de año ya estaba online Olé (acrónimo de "Ordenamientos de Links Especializados"), el primer buscador en español que más tarde compraría Telefónica por 3.000 millones de pesetas (18 millones de euros). Con el tiempo, moriría sustituido por Lycos. También despuntaba Ozú, buscador con su índice y su amalgama de temas -fue uno de los sitios impulsores del primer día del orgullo friki en 2008- y que aguantó hasta octubre de 2012.
En aquel tiempo había que explicarlo todo. "El recuerdo más duro que tengo de esa época es que, como tenías que buscar dinero como fuera para pagar sueldos, tenía que contar a todos con los que me reunía de qué iba internet", comenta el empresario. "Ahora no hay que hacerlo y hasta parece increíble, pero entonces era así: como si te pones a explicar lo que es una silla a alguien que vive en la selva".
Mientras, el resto del mundo despertaba a la realidad de internet. En ese año se produce la primera manifestación virtual como tal, conocida como "luto en Internet", contra una ley censura promovida por Bill Clinton (Communications Decency Act): una gran parte de las webs más visitadas de entonces dejaron sus páginas de inicio en negro. Hace 20 años ya había ciberactivismo.
Los duros inicios
"Hispavista empezó como un proyecto de final de carrera, entre risas, y empezó a tener tráfico", recuerda Elósegui. "De ahí lanzamos portales verticales como trabajo.com, labolsa.com... pero claro, eso significaba mucho trabajo, mas colaboradores, y cuando eres una start-up y no hay ingresos, pues eso fue economía familiar, digamos". Pidieron un crédito con su casa familiar como aval, y con eso empezaron.
"Hoy en día, todo el mundo habla de emprendedores y todo el mundo saca pecho, que me parece muy bien, pero si comparo los riesgos a los que se expone uno hoy y hace 20 años, pues me río yo de lo que es un emprendedor", comenta, y añade: "Cuando uno se juega la casa donde están sus padres, la presión es diferente".
Esta compañía no siempre fue familiar, y así lo recuerda este empresario: "No lo suelo comentar mucho, pero nosotros fuimos franceses durante un par de años, nos compró Liberty Surf, una especie de Terra francés, que a su vez fue absorbido por la italiana Tiscali. En ese momento, fuimos italianos [ríe]. Pero su modelo era muy teleco, hubo un momento en el que ya no le interesaba el portal de contenidos por lo que volvimos a comprar Hispavista en 2002. Lo vendimos bien y lo compramos muy bien".
Luego la llegada de Google lo puso todo patas arriba y se tuvieron que reinventar. Pasaron de estar montando un índice categoría por categoría y explicar al cliente que era bueno estar ahí, a reconvertirse en una empresa de servicios que ofrece a cualquier producto relacionado con internet (Hispavista Soluciones) y montar su Hispavista Labs (2011). Reinventarse para sobrevivir.
El negocio detrás de Hispavista se ha mantenido estable en los últimos años. La compañía, con sede fiscal en San Sebastián, logró sumar 2,1 millones de euros de ingresos netos durante el ejercicio 2014 (último disponible en el registro mercantil). Pese a representar una caída de casi el 20%, pudo volver a cerrar en verde el balance con unos beneficios netos de 260.000 euros, informa Jesus Martínez.
Así eran las conexiones en 1996
Imaginen un mundo sin fibra óptica ni ADSL. Las conexiones se realizaban a través de llamadas de teléfono. Para ello se requería de un módem, ese aparato que pitaba al conectarse a la Red. Y las empresas que ofrecían conexión -ISP, siglas en ingles de proveedor de servicios de internet- se contaban con los dedos de una mano. "Éramos tres grandes: Teleline, Arsys y nosotros, Servicom", afirma a EL ESPAÑOL Rodolfo Carpintier, inversor y auténtica memoria viva de la internet española.
TeleLine, creado por los hermanos Pérez Dolset, fue el embrión de lo que luego sería Terra, de Telefónica; Arsys, fundada por Luis Cacho y Nicolás Iglesias, fue vendida en 2011 por la nada despreciable cifra de 140 millones de euros.
Los accesos en aquella época se hacían con módems de 9.600 bits por segundo, es decir, se navegaba a 0,0012 megabits por segundo. Hoy, España presenta un promedio de 10.35 megabits por segundo, según Akamai. "Era un acceso lentísimo, desde luego, servir vídeo era imposible y cuando una página era muy gráfica tardabas por lo menos media hora en cargarla", recuerda Carpintier. "Prácticamente todo era texto, la gente tenía pocas posibilidades de hacer algo ahí".
Casi podías saber todo lo que había en internet, porque las novedades salían en un listado diario
"Había muy pocas cosas", comenta Cervera a su vez, que añade: "Estábamos en una época en la que casi podías saber todo lo que había en internet, porque las novedades salían en un listado diario".
También fue la época de Infovía, un servicio de Telefónica que contribuyó a abaratar los costes de conexión a Internet. "Infovía era una plataforma de Telefónica que permitía generar ISP, y claro, hubo un boom: en cada ciudad española había dos o tres, porque abarató el coste de crear un proveedor de servicio de internet".
Infovia igualó el coste telefónico en toda España al conectarse a proveedores de Internet o información online: el precio de la conexión en cualquier lugar del país era de 139 pesetas, independientemente de la distancia entre el usuario y el proveedor. Cervera también se acuerda de que en 1996 "se produjo una explosión de proveedores, pero sobre todo sucedió algo muy divertido precisamente por la naturaleza cerrada del servicio de Telefónica: mucha gente tenia una doble página web Infovía e internet".
Carpentier recuerda también que su compañía creó, por aquella época, "el primer portal de comercio electrónico de España, que fue para El Corte Inglés". "Lo aceptaron porque no les cobramos y cerramos un acuerdo por el que íbamos a comisión", comenta, y añade nostálgico: "No ganamos nada porque no había suficientes clientes, nos gastamos mucho dinero y recuperamos muy poco, aquello lo hicimos porque queríamos ir de la mano de una referencia".
"Éramos cuatro gatos, pero la gente pagaba una suscripción para tener servicio, incluso para disponer de correo electrónico", narra el veterano inversor. "Servicom fue el primer gran ISP de Europa que tuvo 50.000 clientes de pago, antes que nadie; luego todo se fue al traste, a medida que internet amplió su base de usuarios, todo este negocio de las ISP se fue a hacer puñetas". Pero esa es otra historia.
El año 1996 terminó con 320.000 internautas en España, según datos de la Asociación de Usuarios de Internet. En todo el mundo, la cifra ascendía a sólo 30 millones. Y esas personas con conexión a la red de redes seguían siendo algo exótico. Eran "los internautas".
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