La red social más popular del mundo ha eliminado imágenes tan aparentemente inocentes como la foto de una pareja de indígenas con el torso al descubierto, un padre sosteniendo en brazos a su hijo enfermo en la ducha o un mosaico de pechos dibujados para alertar sobre cáncer de mama.
No es necesaria la desnudez, cualquier contenido que pueda interpretarse como de índole sexual puede buscarse problemas. Le ocurrió a la poetisa Luna Miguel, que vio como alguien denunciaba la portada de su libro El dedo (Capitán Swing, 2016), consistente en un dibujo simbólico, y la red social le impedió el acceso a su cuenta personal.
Jade Beall, fotógrafa afincada en Tucson, Arizona, afirma haber perdido la cuenta de las veces que Facebook la ha baneado, aunque haciendo un esfuerzo memorístico da una cifra, unas 12. Su trabajo se centra en presentar la desnudez del cuerpo como algo natural, con el tema de la maternidad en primera línea.
"Bloquean mi página y no puedo acceder a ella", señala Beall. "No puedes hacer nada. Y solo era por fotos de mujeres dando el pecho". Desde hace aproximadamente un año la red social permite este tipo de imágenes, pero algunas fotos de Beall siguen siendo eliminadas.
Las normas de Facebook permiten mostrar pechos con cicatrices de una mastectomía. Sin embargo, a la británica Rowena Kincaid se le retiró una imagen donde mostraba uno de sus pechos con un sarpullido en torno al pezón, para ilustrar que una señal así podría ser síntoma de cáncer de mama. Tuvo que subir una imagen modificada, pintada con una cara sonriente en lugar del pezón para esquivar la censura. Aunque posteriormente la red social investigó su caso y reinstauró la foto.
La fotógrafa Beall opta por la autocensura en Facebook (su obra puede verse sin cortapisas en su sitio web), pero no siempre funciona. "Respeto las reglas pero sigo siendo censurada. Es un poco frustrante", comenta. Para Beall es un problema profesional, pues cada vez que se cae una foto suya de la red social nota un bajón en su negocio. "Si me banean no puedo contestar a clientes. Porque hago mucho trabajo de enviar mensajes y de organizar citas a través de Facebook".
Censura y rehabilitación
Este proceso de censura tiene que comenzar con la denuncia de un usuario. Cada publicación en Facebook permite denunciarla mediante un botón, al que se llega desplegando un pequeño menú, desde la esquina derecha del post. A continuación el usuario indica por qué cree que esta publicación no debería estar en Facebook. Y a partir de ahí una persona la revisa.
Cualquier usuario puede denunciar y todas las denuncias se someten a revisión. Si la persona que revisa el post determina que este incumple las normas comunitarias, se elimina. Con las páginas ocurre lo mismo. Como paso final, Facebook comunica la decisión a los afectados.
"Recibo un mensaje diciendo que alguien ha denunciado mi foto y que esta viola las condiciones de Facebook", cuenta Beall, explicando que esto le supone la desaparición de la imagen durante 30 días. Su cuenta y su página siguen en Facebook, pero ella no puede dar me gusta ni contestar a mensajes. Nada.
"Me dicen que mis fotos violan las normas de la comunidad de Facebook y que han sido denunciadas por desnudez y pornografía", comenta Baell, y se ríe de pura ironía. "Están asociando mis fotos, que hablan en positivo del cuerpo y específicamente de la maternidad, con pornografía".
La fotógrafa define Facebook como una "herramienta increíble" para compartir su trabajo. Pero se lamenta de estos casos. ¿Cómo rehabilitar las fotos retiradas? Los seguidores de Beall protestan y la apoyan en la red social. Ella piensa que esta presión termina por dar sus frutos. Aunque lo que más le ayuda ahora es haber conseguido un contacto directo con un empleado de Facebook, a quien puede enviar un e-mail para que revise sus baneos. Así ha podido recuperar su cuenta varias veces.
¿De dónde viene el puritanismo?
Beall no carga las tintas sobre la red social. "Honestamente, no creo que sea un problema de Facebook. Creo que es sólo un reflejo de nuestra cultura, parece que no gusta ver estas cosas así que Facebook responde con estas reglas".
Desde la compañía apuntan que se procura no herir sensibilidades. Y recuerdan que en la red social hay personas desde los 14 años de edad. Además, su carácter global hace que la plataforma tenga que lidiar con las diferentes culturas que están presentes en ella y que pueden sentirse ofendidas por según qué contenidos.
Tampoco hace falta pensar en culturas exóticas. "Mucha gente en nuestra sociedad no entiende el cuerpo desnudo sin que tenga que ver con la sexualidad", señala Beall. "Mis fotos no tienen que ver nada con el sexo, pero muchas personas miran a mis fotos y solo porque aparecen cuerpos desnudos piensan en algo sexual. Y un cuerpo desnudo no es sinónimo de sexo".
Vacíos en la política de contenidos
La firmeza de la red social al retirar fotografías de desnudos ha dado que hablar al compararla con su actitud respecto a otros contenidos. El caso de la página de Facebook 'Peleas de tetas', un proyecto improvisado y fugaz que se hizo viral a mediados de 2014, ilustra esta polémica. La puso en marcha el creativo publicitario Rafa Gil y lo hizo como protesta contra otra página de Facebook, 'Peleas de perros'.
Muchos usuarios habían denunciado esta página, dedicada a ensalzar con fotos enfrentamientos cruentos entre canes, y Facebook les devolvía siempre el mismo mensaje: el sitio no incumplía sus normas. 'Peleas de tetas' empezó como un juego, ¿a ver qué cierra antes Facebook, 'Peleas de tetas' o 'Peleas de perros'?
Rafa Gil comenzó a subir fotos enfrentadas de pechos al descubierto. Y animaba burlonamente a sus amigos a que votaran, comentaran y compartieran. Aproximadamente en una hora ya tenía 2.000 'me gusta'. "Aquello conectó de una forma muy rápida y yo cada rato iba subiendo más fotos". Celebraba cada 1.000 'me gusta' con una nueva foto.
"Pensé que iba a tener muchísimas críticas de algunos colectivos que pudieran molestarse, pero no. Todo el mundo estaba muy participativo apoyando la causa. Y entendían que lo que estaba utilizando era una hipocresía de Facebook", comenta el creativo.
Al cabo de unas horas empezaron a desaparecer las primeras fotos de 'Peleas de tetas'. Después a Rafa le llegó un aviso de incumplimiento de las normas y la página se cerró momentáneamente. También quedó bloqueada su cuenta personal. "Esto fue bastante inquietante, en el sentido de que te das cuenta de todo lo que tienes ahí metido. Hay mucha gente que has conocido y has agregado a Facebook. Si te quitan la cuenta vas a perder el contacto para siempre".
Tras 20.000 'me gusta' en ocho horas Facebook cerró 'Peleas de tetas', Rafa pudo acceder a su cuenta personal y 'Peleas de perros' también fue eliminada. El creativo saca su propia conclusión de aquella jornada. "Es a lo único que presta atención Facebook: a las tetas".
Sin embargo, desde la red social indican que si impidiera a la gente mostrar ciertos contenidos, como en este caso podían ser imágenes de perros ensangrentados, estaría al mismo tiempo impidiendo que ONG, medios de comunicación y otros usen fotos similares para denunciar estas prácticas.