Chocolate blanco, el falso chocolate
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Estoy segura de que a muchos nos gusta mucho más el chocolate blanco que el negro, debe ser por ese dulzor que lo caracteriza y que nos hace empezar y no poder parar hasta terminar con la tableta. Pero y si ahora os digo que el chocolate blanco no es chocolate, ¿cómo se os queda el cuerpo?
En el siglo XVIII aparecieron las primeras industrias chocolateras que se encargaron de fabricar chocolate solidificado, ya que hasta entonces sólo se consumía bebido. Desde esta época, dejando de lado los aditivos para conseguir distintas formas y sabores, todos los chocolates fabricados tienen en común como ingredientes la manteca, el azúcar y el polvo de cacao, conseguido éste último tras la fermentación, secado y tostado del grano de cacao molido sin cáscara.
Estos ingredientes mencionados han sido los protagonistas de todas las recetas para el chocolate, siendo la base para conseguir distintos sabores añadiendo además leche, almendras, naranja o incluso mil combinaciones nuevas como el chocolate con dulce de leche, galletas, praliné, etc.
Por este motivo, efectivamente, el chocolate blanco no es chocolate, debido a que no lleva polvo de cacao, uno de los ingredientes claves del chocolate solidificado. Fue en 1930 cuando la compañía Nestlé rompió esta “regla de oro” comercializando un nuevo “chocolate” en barra llamado Galak, su innovación era el cambio del polvo de cacao por leche para impedir que la tableta tuviera el sabor amargo añadido por el cacao en polvo.
Eso sí, pensaron en el factor adictivo para nuestras desgracia, agregando al chocolate blanco manteca de cacao, un residuo resultante tras la fabricación del cacao en polvo. El chocolate blanco se caracteriza entonces por un intenso sabor dulce frente al binomio dulce/amargo del chocolate negro.
Por todo ello, el chocolate blanco no debe considerarse chocolate aunque sea un derivado del mismo.
¿Vosotros que pensáis? ¿Sigue siendo chocolate o deberíamos cambiarle el nombre? Lo que está claro es que se pongan como se pongan los expertos, sigue siendo un placer para el paladar de los más golosos y suele triunfar con las personas a las que nos les gusta el amargor del chocolate negro. Al fin y al cabo ¡Hay chocolates para todos los gustos!
Fuente | Recuerdos de Pandora