
La barra de torrijas de Manu Jara.
La pastelería de Sevilla que sorprende con sus torrijas: de pistacho y otras siete versiones disponibles hasta Semana Santa
Desde las más tradicionales a las más creativas, Manu Jara ofrece este clásico de la Cuaresma en Bocasú, el takeaway de Manu Jara en el Mercado de Triana.
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A pesar de que se trate de un postre cada vez más desestacionalizado, las torrijas han sido el santo y seña de la Semana Santa en lo que su universo dulce respecta. Según llegamos a la Cuaresma, las hogazas de pan típicas con las que se elabora este clásico de la repostería se multipiclan y las pastelerías llenan sus vitrinas con abundantes fuentes donde descansan estas aclamadas reinas.
Concretamente, en Sevilla, ciudad debota que se rinde ante estas celebraciones, también se entregan esta elaboración cargada de tradición. Sus pastelerías desempolvan las recetas familiares y los hornos se impregnan de los aromas de siempre: canela, anís, miel. Pero entre toda su oferta, el maestro pastelero Manu Jara ha decidido ir más allá de la tradición y sorprender con una propuesta única en la ciudad: una barra de torrijas con ocho versiones del dulce más emblemático de estas fechas.
Desde las opciones más clásicas hasta combinaciones inesperadas con pistacho, Baileys o chocolate, esta colección efímera estará disponible hasta el 20 de abril en Bocasú, el takeaway de Jara en el Mercado de Triana.

Manu Jara y sus torrijas.
De la tradición a la innovación en ocho bocados
Las torrijas de Manu Jara se dividen en dos grandes bloques: las clásicas y las creativas. En el primer grupo se encuentran:
• Clásica de canela y anís, una versión que rinde homenaje a la torrija de toda la vida, con el equilibrio perfecto entre dulzura y especias.
• Clásica de vino y miel, en la que el palo cortado de Jerez aporta profundidad y la miel de Aracena redondea el bocado con su untuosidad natural.
Las otras seis versiones juegan con ingredientes sorprendentes, respetando la esencia de la torrija pero llevándola a otro nivel:
• Crema caramelizada con piñones, donde la suavidad del relleno contrasta con el crujiente del caramelo dorado.
• Café, Baileys y mascarpone, un guiño a los postres de café que recuerda al tiramisú.
• Caramelo, pera y dulce de leche, una combinación melosa y equilibrada entre frescura y dulzura.
• Pistacho, naranja sevillana y azahar, un juego de contrastes entre lo cítrico y lo floral.
• Chocolate y cereza amarena, la unión de la intensidad del cacao con la acidez de la cereza italiana.
• Crema de queso, galleta speculoos y frambuesa, una versión especiada y refrescante.
Un dulce con historia, pero sin límites
La apuesta de Manu Jara por reinterpretar la torrija no es un capricho. Como él mismo explica, se trata de “entenderlas, no solo hacerlas”. Su enfoque respeta la tradición sin encorsetarse en ella, buscando siempre el equilibrio perfecto entre sabores y texturas.
La barra de torrijas de Manu Jara es, en definitiva, una prueba de que incluso los postres más arraigados en nuestra cultura pueden evolucionar sin perder su esencia. Una experiencia gastronómica única que solo podrá disfrutarse hasta Semana Santa.