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Aprende a cocinar

El sencillo truco para evitar que la fruta cortada se oxide y te la puedas llevar en el táper

Fruta pelada y cortada en un táper para llevártela a la calle y comértela cuando quieras es posible.

28 mayo, 2024 06:00

Llevar encima una pieza de fruta para poder comer un tentempié cuando aprieta el hambre entre horas es siempre buena idea. Sale barato, nos sacia en el momento, está rico y nos resuelve rápido el problema del hambre a deshora.

Pero ¿qué pasa si no nos gusta la fruta con piel o si no nos sienta bien? Pelarla sobre la marcha no es una opción a no ser que sea un plátano o una mandarina y llevársela ya pelada y cortada en el táper y que se nos ponga marrón, tampoco suena muy apetecible. A no ser que podamos hacer algo para evitarlo y, efectivamente, podemos.

¿Por qué se pone marrón la fruta cuando la cortas?

Todos hemos visto alguna vez que si cortamos una manzana, una pera o un aguacate, por citar algunos ejemplos en los que esto sucede de manera muy evidente, la zona por la que ha pasado el cuchillo, al cabo de muy poco tiempo se ha oscurecido adquiriendo un color poco apetecible.

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¿Significa eso que ya no se puede comer la fruta? No, aunque la superficie de la fruta se haya oxidado y sea signo de que se está deteriorando, no supone un problema sanitario y no hay ningún riesgo para la salud si se consume.

La fruta se vuelve marrón porque al cortarla se rompen células de ésta y se quedan "al aire" enzimas, azúcares y otros compuestos que estaban protegidos en el interior de la membrana celular. Al entrar en contacto con el oxígeno del aire, se producen reacciones de pardeamiento enzimático que no son más que las reacciones del oxígeno con las enzimas de la fruta. Estas interacciones dan como resultado la aparición de nuevos compuestos como las quinonas, que son las que hacen que la fruta se vuelva marrón.

Si el pardeamiento es leve, ni siquiera lo notaremos en la textura o el sabor. Sí es cierto que lo que no debemos hacer es dejar la fruta ya cortada sobre la encimera, pues muchos insectos se ven atraídos por los aromas dulces de la fruta y acaban dejando microorganismos que aceleran la degradación de la fruta. Pero si se guarda bien tapada en la nevera, esa capa exterior marrón, que con el paso de las horas puede volverse más blanda, no es moho ni podredumbre.

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Cómo evitar que la fruta troceada se ponga marrón

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Hace unos meses, una usuaria de TikTok, @ordenat3, compartió un sencillo truco que consiste en envolver la fruta en una servilleta de papel o un trozo de papel de cocina húmedo y guardarla en el táper. Esta es una solución que permite conservar la fruta en buen estado durante un ratito, pero no es la más segura desde el punto de vista sanitario, pues si nos llevamos la fruta de paseo en un día de calor, debemos recordar que calor y humedad es el paraíso de los microorganismos.

Rociar o frotar la fruta cortada con zumo de limón es también otro remedio de abuela clásico, pero, por desgracia, poco o nada efectivo, aparte de que deja un sabor ácido en la fruta que a muchas personas no les gusta.

La solución más efectiva para evitar el pardeamiento la describieron hace unos meses en The Spruce Eats y consiste en sumergir la fruta cortada en agua con sal. Simplemente mezclaremos agua con sal a razón de una cucharadita de sal por cada taza de agua y sumergiremos la fruta cortada durante 10 minutos en esta disolución.

A continuación, secaremos bien los trozos de fruta y los guardaremos en un táper que cierre herméticamente. Cuanto más pequeño sea el táper y más juntos estén los trozos de fruta, mejor, pues de lo que se trata es de conseguir que la superficie que queda expuesta al aire sea la mínima posible. Si lo guardamos en la nevera, la fruta aguantará en perfectas condiciones hasta 12 horas. Si nos lo llevamos a la oficina y no tenemos opción de guardarlo en la nevera, lo dejaremos en un sitio fresco y lo más oscuro posible.