En esa jungla de tips para la vida moderna que son las redes sociales una puede encontrarse trucos de lo masa variopinto. Prácticamente para todo lo que uno pueda imaginar alguien tiene un truco para hacerlo mejor o más rápido o más rico. Algunos cumplen lo que prometen, otros no funcionan y, finalmente, hay otros que, aunque aparentemente funcionen, suponen un riesgo que se podría evitar haciendo las cosas de esta manera.

Abrir botellas de vino no es una excepción, en las redes sociales abundan los vídeos explicando cómo abrirlas de mil maneras, cada cual más creativa y estrambótica. La de hoy es de esas, una técnica efectiva si no tienes otra cosa a mano, pero que necesita de tiempo y ser aplicada con precaución para evitar sustos.

Se trata de abrir las botellas de vino sin sacacorchos utilizando el calor de una plancha del pelo. El truco es realmente sencillo, solo tenemos que poner la plancha del pelo -encendida- alrededor del cuello de la botella en la zona del tapón y, por efecto del calor, el corcho comenzará a ascender. Como la conductividad térmica del vidrio es muy baja, hacer esto no nos calentará el vino.

Ahora bien, el corcho se tomará su tiempo para salir y estaremos corriendo el riesgo de que el choque térmico debido a la diferencia de temperaturas nos rompa la botella. Si la botella está fría de la nevera y rodemos el cuello con la plancha ya caliente, tenemos unas cuantas papeletas para que aparezcan grietas que se propaguen a toda velocidad por el vidrio haciendo reventar la botella. Algo parecido a lo que sucede cuando echamos una bebida caliente sobre unos cubitos de hielo.

Si llegado el caso, ésta fuese nuestra única opción, tendríamos que hacerlo rodeando el cuello de la botella con la plancha fría y esperando, con paciencia, a que se caliente de forma gradual, lo que puede resultar largo y tedioso.

Otras formas mejores de abrir una botella de vino sin sacacorchos

Afortunadamente, hay métodos más rápidos para sacar un corcho y disfrutar del vino sin necesidad de tener una plancha para el pelo.

Abrir botellas de vino con un zapato

Éste es un clásico, quizá sea el truco más conocido y, también, el más efectivo. Se trata de hacer uso de la suela del zapato para abrir la botella con unos cuantos golpes sobre una superficie dura. El interior del zapato protege la botella, y la suela compacta ayuda a transmitir el impacto de forma homogénea. La técnica es introducir la botella en el zapato, y con cuidado, golpear el zapato contra una pared, un árbol o una superficie vertical, no vale hacerlo contra el suelo.

El corcho irá saliendo poco a poco. Cuando haya salido lo suficiente, continuaremos tirando de él con las manos, pues si seguimos golpeando, puede abrirse de golpe y derramarse el vino.

Abrir botellas de vino con un tornillo

Tirar de caja de herramientas también es una opción a la hora de abrir una botella de vino. Necesitamos un tirafondo -así es la forma correcta de llamar a los tornillos que acaban en punta- suficientemente largo, un destornillador y un martillo.

La técnica es sencilla, introduciremos el tornillo con ayuda de un destornillador para, después, tirar de él con las "uñas" del martillo como si estuviéramos sacando un clavo.

Abrir botellas de vino con un cuchillo

Un cuchillo de carne también nos puede servir para retirar el corcho de una botella de vino. Lo que haremos es introducir la punta del cuchillo siguiendo una trayectoria oblicua respecto al cuello de la botella hasta las tres cuartas partes de la longitud del corcho.

Con el cuchillo insertado en el corcho, sujetaremos este firmemente y haremos girar la botella hasta que empiece a aflojarse y a salir el corcho. Después, continuaremos girando el cuchillo mientras tiramos ligeramente del corcho.