A la hora de preparar albóndigas, es necesario que todas las bolitas de carne tengan el mismo diámetro para que todas se cocinen por igual. Una forma de conseguirlo es utilizar una báscula para dividir la masa en porciones de idéntico peso para, a continuación, bolearlas a mano. O, cuando ya se llevan muchas horas de vida preparando albóndigas, hacerlo a ojo.

En ambos casos, la tarea, pese a no ser difícil, resulta farragosa. Toca mancharse las manos y, por mucho aceite que nos untemos para que la masa de carne no se nos quede pegada, al final, se acaba pegando.

En el mercado, podemos encontrar diversos utensilios pensados para aliviarnos un poco el trabajo. El molde esférico con forma de tijeras y la pala acanalada son los más populares, pero exigen gastarse unos pocos euros y tener que buscarle un hueco en la cocina donde descanse hasta la próxima vez que se nos ocurra hacer albóndigas.

Una ingeniosa solución para darles forma a las albóndigas

La imaginación, empleada para hacer el bien, es un arma poderosa; nos permite encontrar soluciones creativas a los pequeños 'problemas' cotidianos, aunque solo sea de modo provisional para salir del paso.

En muchas ocasiones, estos métodos alternativos son una opción más económica y más sostenible, sobre todo si con ellos aprovechamos algún material que, de otro modo, solo sería un residuo.

Así es el truco que ha compartido en TikTok el usuario @jjduy76 para darle forma a las albóndigas en menos de un segundo y sin ensuciarse las manos y, lo mejor, es que quedan todas con el mismo diámetro.

Sólo necesitas una botella de plástico vacía

Para aplicar este truco cuando nos dispongamos a darles forma a las albóndigas, sólo vamos a necesitar una botella de plástico vacía, por ejemplo, una botella grande de agua y unas tijeras o un cúter para hacer algunos recortes sobre ella.

Hay que hacer una ventana lateral en la parte inferior llegando casi hasta el fondo -por ahí sacaremos las albóndigas ya formadas- y otra ventana, en este caso, circular y del diámetro deseado para nuestras albóndigas, en el fondo de la botella.

Una vez que tengamos construida nuestra "herramienta" solo tendremos que 'clavarla' en la masa de carne para que salga por el agujero que hemos hecho en el fondo y, con ayuda de una cuchara, retirarla con cuidado.

Se pueden freír directamente, aunque hay quien prefiere pasarlas por harina. Si es ese el caso, el truquito que os ahorrará trabajo con este paso os lo damos nosotras. Ponemos harina en un bote o un vaso del tamaño de los de la Nocilla y, según recojamos la albóndiga con la cuchara, la dejamos caer sobre la harina y movemos el recipiente para hacerla girar sobre ésta, así se rebozará. Luego, simplemente, giramos un poco el vaso para dejarla caer y ya tenemos la albóndiga lista en un pestañeo y sin tocarla con las manos.

Y, ahora sí, solo nos quedará freírlas en abundante aceite para que se doren uniformemente por fuera sin sobrecocinarse por dentro y así queden tiernas y jugosas al prepararlas con nuestra salsa favorita.