Ya lo sé, estáis pensando que qué tendrá que ver una cosa con la otra, pero las razones por las que en Europa nos gusta la cerveza y por las que en Asia prefieren el té sí tienen mucho que ver.
Ya os he contado en alguna ocasión que durante mucho tiempo he trabajado con compañeros chinos, por lo que no tardé mucho en acostumbrarme a verles beber té a todas horas como si bebiesen agua. Pero lo que fue realmente chocante sucedió una mañana desayunando con una de mis compañeras durante un viaje a Estocolmo. En una cafetería monísima de la plaza de Gamla Stan, rodeadas de zumos y bebidas de todos los colores, mi compañera se pidió una taza de agua ¡caliente! y se la bebió feliz y del tirón mientras la camarera y una servidora la mirábamos con los ojos como platos.
No pude evitar preguntarle que cómo era capaz de beber agua caliente, así sin más, y me contó una historia muy interesante en la que me daba unas razones que tenían mucha lógica. La mismas razones por las que en Europa nos gusta la cerveza.
Curiosamente ayer mismo, un amigo conocedor de cuánto nos gustan en Cocinillas estas pequeñas historias que tienen que ver con la comida y la bebida, me envió un enlace en el que también se explicaba por qué a los occidentales nos gusta la cerveza y a los asiáticos el té y os la voy a resumir a continuación.
Por qué en Europa nos gusta la cerveza y en Asia prefieren el té
Pues, por extraño que parezca, la popularidad de la cerveza en Europa y del té en Asia derivan de la necesidad que tenemos los humanos de beber agua. ¡Toma ya!
¿Nos gusta la cerveza porque necesitamos beber agua? Probablemente ahora esto no colaría como argumento, pero imaginaros la situación hace un buen puñado de siglos, cuando no existían las depuradoras ni instalaciones de saneamiento.
Los humanos necesitaban agua, pero una buena parte de la que tenían disponible no podían saber si era potable o no. No en vano, el agua en el pasado ha sido uno de los vehículos fundamentales para transmitir enfermedades, por lo que se hacía necesaria una forma de tratar el agua para poder consumirla sin que supusiera un riesgo para la salud.
¿Por qué cerveza en Europa?
Aunque en Europa nos gusta la cerveza, lo cierto es que esta bebida nació en Oriente Medio, donde se usaba la cebada para la elaboración de panes y pasteles y donde descubrieron que si secaban los granos de cebada adquirían un sabor más dulce.
Más tarde, se dieron cuenta de que si mezclaban estos granos de cebada con agua y los dejaban fermentar se formaba un líquido burbujeante cuyo sabor no era desagradable y que se conservaba durante mucho tiempo gracias al alcohol que se obtenía al fermentar los azúcares presentes en los granos de cebada. Este mismo alcohol destruía microorganismos presentes en el agua por lo que era más seguro su consumo y la cerveza empezó a hacerse muy popular a medida que crecía la población y aumentaban los viajes entre Europa y Oriente Medio.
¿Por qué té en Asia?
En China, un emperador con gran inquietud por la ciencia, hace más de 5000 años estableció una ley que obligaba a hervir el agua antes de consumirla como medida higiénica para evitar enfermedades de transmisión hídrica, y eso está tan arraigado en ese país que a día de hoy os encontraréis a muchos chinos que no conciben beber agua sin hervirla antes.
En cuanto al origen del consumo del té, aunque no se sabe a ciencia cierta, se cuenta que en una ocasión en la que el séquito de este mismo emperador estaba hirviendo el agua para beber cayeron en esta unas hojas secas de un arbusto que oscurecieron el agua. Al emperador, como a buen hombre de ciencia que era, le pudo la curiosidad por este nuevo líquido que decidió probarlo y le gustó tanto que ese fue el origen del té y, digo yo, que como un buen té está más rico que el agua sola, pues se acabaron enganchando.
¿Por qué en Asia no hubiese triunfado la cerveza?
Es curioso como dos continentes culturalmente tan distintos llegaron a dos soluciones tan diferentes para evitar los peligros del agua contaminada pero también resulta interesante saber que la solución que nos quedamos en Europa no hubiese funcionado en Asia por una cuestión genética, pues la población asiática tiene una tolerancia muchísimo menor al alcohol debido a unas diferencias en la enzima que se encarga de eliminarlo de nuestro cuerpo (y no, no os voy a soltar un rollo científico sobre esto, al menos no ahora).
¿Habíais oído esto alguna vez? ¿Sabías que nos gusta la cerveza porque siempre hemos necesitado beber agua?