introduccion-vinos

introduccion-vinos

Bebidas

Guía de vinos para principiantes: Introducción

Arrancamos con la introducción de nuestra guía de vinos para principiantes, una colección de artículos para iniciarte en el apasionante mundo del vino.

4 octubre, 2016 20:51

0 votos

Noticias relacionadas

Los que nos sigáis hace tiempo ya sabréis que en Cocinillas hemos sido siempre más de cerveza que de vino, pero confieso que a medida que me he ido haciendo mayor mi gusto por este último ha ido creciendo y eso ha hecho que mi interés por conocer un poco más de cerca todo lo que tiene que ver con él también haya ido en aumento.

Y aunque pienso que no es necesario ser un experto sommelier para poder disfrutar del vino, sí me he dado cuenta de que para acertar a la hora de elegir un vino es necesario tener unos mínimos conocimientos, pues son tantas las variedades que tenemos para elegir que no siempre es fácil dar con la mejor opción. Y es que ni siempre el vino más caro o el que más nos suena de la publicidad va a ser el más adecuado para disfrutarlo al máximo con esa comida en la que lo vamos a servir.

Por eso nos hemos animado a empezar esta guía de vinos para principiantes, con la que poco a poco iremos viendo aspectos básicos que nos facilitarán la tarea a la hora de elegir y servir un vino. A lo largo de los capítulos hablaremos de cómo servirlo -copas más adecuadas, temperaturas, etc-, cómo almacenarlo en casa, cómo maridarlo, aprenderemos sobre los distintos vinos de nuestro país y de algunos extranjeros con fama mundial… en definitiva, lo suficiente como para cuando vayamos a elegir un vino, podamos guiarnos por algo más que por el nombre y el precio.

Guía de vinos para principiantes: Lo primero que tienes que saber

La primera manera de clasificar los vinos, y esa ya la conoces, es por su color, así distinguimos entre blancos y tintos o rojos -para lo que nos interesa, los rosados vamos a incluirlos dentro de los blancos, luego veremos por qué-. Estos a su vez podemos separarlos en otros tres grupos, que seguro que también te suenan, que serían vinos de mesa, de postre y espumosos.

Clasificación de los vinos por el color

La principal diferencia entre vinos blancos y rojos -obviamente, el color- se debe a que los vinos rojos se elaboran siempre a partir de uvas rojas en las que el zumo de la uva entra en contacto con la piel durante la fermentación y esta tiñe el zumo -de ahí el nombre de tinto, que procede del latín tinctus y significa teñido- y le aporta lo que conocemos como taninos, que es lo que le da al vino rojo su sabor característico. En cambio, los vinos blancos pueden elaborarse tanto a partir de uvas blancas como de uvas rojas.

intro-vinos

intro-vinos

Vinos blancos

Como os comentaba justo en el párrafo anterior, los vinos blancos se pueden obtener de dos maneras diferentes, la primera que es la más intuitiva es a partir de uvas blancas y de hecho casi todos los vinos blancos se elaboran con estas uvas; la segunda, que puede parecer más sorprendente, es a partir de uvas rojas y es algo más compleja, pues el vino se elabora solo a partir del jugo -que se obtiene aplastando las uvas para que salga el jugo y haciéndolo pasar por mecanismos que impiden el paso de las cáscaras- y haciendo que fermente sin que este entre en contacto con la piel, es menos frecuente, pero para hacer champagne, que todos sabéis que es un blanco espumoso, casi siempre suelen utilizarse uvas rojas.

Los vinos blancos de mesa pueden clasificarse en cuatro grupos según el sabor:

  • Frescos. Son los más ligeros, ligeramente dulzones y sin ningún sabor a roble.
  • Terrosos. Son vinos más secos y, como su nombre indica, con matices de tierra. Tampoco suelen tener sabor a roble y, si lo tienen, es muy ligero.
  • Aromáticos. Son vinos de sabor intenso y con gran aroma debido a las variedades de uva de la que proceden. Un ejemplo de este tipo de vinos sería la Manzanilla gaditana.
  • Con roble. Son los vinos blancos más secos y con notable sabor a roble.

Vinos rojos o tintos

Como adelantábamos unos párrafos más arriba, los vinos tintos siempre se hacen con uvas de piel oscura y es la presencia de esta durante la fermentación la que aporta el color y el sabor tánico. Eso da juego a los enólogos para decidir en qué momento se filtra el jugo para retirar la piel y así conseguir un vino con sabor más o menos tánico. Para entendernos, el sabor tánico es ese punto astringente que también tiene el té y que cuando es muy muy intenso, al tomar un sorbo, uno tiene la sensación como de que “se le encoge la boca”.

Si los clasificamos en función del sabor, podríamos hacer otros cuatro grupos:

  • Suaves. Son los tintos más ligeros en cuanto a graduación alcohólica. En ellos predomina el sabor a fruta y tienen tan pocos taninos que casi son imperceptibles.
  • Apacibles. Siguen siendo vinos de sabor sutil con pocos taninos, pero en los que ya no está presente el sabor de la fruta.
  • Picantes. Son vinos marcadamente frutales de sabor intenso en los que los taninos son apreciables.
  • Potentes. Son vinos de alta graduación alcohólica y con alto contenido en taninos.
intro-vinos-rose

intro-vinos-rose

Vinos rosados

Os decíamos antes que los vinos rosados pueden considerarse vinos blancos, esto es porque se trata de vinos que se elaboran con el jugo de uvas rojas en los que la piel de estas no se deja durante la fermentación, por lo que no tienen taninos, pero lo que sucede es que la piel sí está en contacto con el jugo durante unas pocas horas, y es tiempo suficiente como para que parte del color pase al jugo. Pero a efectos de servicio y clasificaciones posteriores, los vinos rosados tendrían idénticas propiedades que los blancos.