Mermeladas caseras sin azúcar
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Hace unos días, en nuestro #desayuno_cocinillas de Instagram os pusimos una foto de nuestras mermeladas caseras sin azúcar y, como nos habéis pedido la receta, nos ha faltado tiempo para fotografiarla paso a paso y contárosla por aquí.
Ingredientes
- 1 kg de fruta lavada y limpia, pesada una vez que hayamos quitado huesos, pieles y demás…
- el zumo de 2 limas pequeñas o 1/2 limón
- 130-180 g de sirope de ágave (*)
(*) Podéis jugar con la cantidad de sirope de ágave en función de lo dulce que sea la fruta y de si os gusta más o menos dulce.
Como seguramente muchos de vosotros ya sabréis, en mi entorno familiar más cercano tengo personas diabéticas y es por este motivo que siempre intento adaptar las recetas dulces para que en las comidas familiares todos las puedan disfrutar por igual.
Sucede que las mermeladas comerciales sin azúcar, al menos las de las marcas que hemos probado y creedme cuando os digo que han sido unas cuantas, no nos gustan nada, pues el sabor es muy artificial y resulta demasiado empalagoso.
De las mermeladas con azúcar, mejor ni hablamos, pues cuando uno mira los ingredientes se encuentra con que el contenido de azúcar (sacarosa) representa el 50% o más del peso de fruta. Tampoco nos gustan.
Así que, después de una larga temporada de experimentos, lo que mejor resultado nos da es el sirope de ágave, un edulcorante natural de muy bajo índice glucémico, tolerado por diabéticos, que para nada sabe a química, que endulza mucho más que el azúcar por lo que la cantidad a añadir es mucho menor reduciendo considerablemente las calorías y, además, es bastante fácil de encontrar en herbolarios, y en las tiendas o en las zonas de los hipermercados dedicadas a productos ecológicos.
Esta vez, lo hemos usado para hacer dos mermeladas, una de frutos del bosque (con fresas, arándanos, frambuesas y unas moras impresionantes que me trae mi chico directamente del campo) que es la que podéis ver en la galería y otra de piña y mirabeles (para los que no los conozcáis, son unas ciruelas pequeñitas muy dulces y del tamaño de una cereza más o menos) de nuestro árbol. La misma receta sirve para hacerla de lo que queráis, melocotón, kiwi, cerezas,…
Preparación de las Mermeladas caseras sin azúcar
- Trocear las frutas que sea necesario, en este caso troceamos las fresas en trozos de un tamaño similar al resto de frutas.
- Ponemos todos los ingredientes en una cacerola y mezclamos con cuidado para que toda la fruta se moje con el zumo y el sirope.
- Ponemos la cacerola a fuego medio-alto (9/12) hasta que rompa a hervir y después lo bajamos a fuego medio-bajo que alcance justo a mantener un hervor ligero (en mi vitro, que no es de inducción, lo dejo al 4/12) durante media hora.
- Pasada la media hora veremos que la fruta empieza a estar cocida y se empieza a deshacer, en este momento, bajamos el fuego al mínimo (1/12) y lo dejamos que siga haciéndose, removiendo cada 15-20 minutos. La mermelada estará lista cuando al pasar la espátula por el fondo de la cacerola el surco se queda marcado tal y como véis en las fotos. El tiempo dependerá de la cantidad de agua que contengan las frutas, en este caso la de frutos rojos tardó poco más de una hora desde que bajamos el fuego al mínimo y la de mirabeles tardó casi hora y media.
- Cuando esté lista se puede dejar tal cual (en casa nos gusta así, con tropezones) o podéis triturarla con la batidora y pasarla por el chino si preferís una textura más fina.
- Y ahora, lo más difícil, esperar a que se enfríe! Porque no os podéis imaginar cómo huele la cocina mientras se está haciendo.
Resultado
En un bote de cristal bien tapado en la nevera aguantan varios días, aunque también se pueden envasar al vacío siguiendo las instrucciones para hacer conservas caseras que os explicábamos en este post, aunque en casa la verdad es que vuela y como es tan fácil de hacer no nos da pereza ninguna hacerla a cada rato.
No os tengo que decir que es deliciosa, tanto para tomar sobre tostadas, como para rellenar bizcochos, tartas, etc. En casa, las usamos mucho como base para helados caseros.
Pero bueno, dejo la pelota en vuestro tejado, probad a hacerla y me contáis.