Los secretos del norte de Ibiza: mejores restaurantes y playas salvajes que poca gente conoce
El norte de Ibiza ofrece una versión completamente diferente de la isla, alejada del bullicio y las fiestas que suelen asociarse con este destino. Aquí, se puede disfrutar de una experiencia más tranquila y auténtica, explorando pintorescos pueblos, playas salvajes y sobre todo, una rica oferta gastronómica.
7 agosto, 2024 07:00Ibiza es mundialmente conocida por su vibrante vida nocturna y playas de aguas turquesas, pero hay mucho más en esta isla balear que solo fiestas y discotecas. Hay mucha gastronomía, restaurantes a buen precio que se salen de los típicos de moda... Y hay otra Ibiza, en definitiva, una que es un refugio tranquilo y que se encuentra en el norte de la isla.
Esta zona ofrece un entorno muy diferente, ideal para quienes buscan relajarse y conectar con la naturaleza, encantadores pueblos, playas recónditas y una oferta gastronómica que celebra los sabores locales. El norte es el guardián de paraísos como las calas Xarraca, Benirrás, Portinatx, San Vicente o Aigües Blanques y de pueblos blancos como San Miguel de Balansat, San Lorenzo o San Juan Bautista.
Todos ellos se alejan del bullicio turístico de otras zonas como Sant Antoni de Portmany o Playa d'en Bossa y promueven el poder disfrutar de una auténtica experiencia ibicenca, con casas blancas, mercados locales y una vida comunitaria de lo más acogedora. Y es también allí donde se encuentran otras poderosas razones para elegir esta zona que vive a otro ritmo, restaurantes imprescindibles y un nuevo hotel que apuesta por la gastronomía, del que no querrás salir.
Restaurantes en los que hincarle el diente al norte de la isla
A los que nos gusta la buena gastronomía, encontraremos en el norte de Ibiza un paraíso, uno que apuesta por platos clásicos y la tradición, pero también por cocina creativa y tendencias como los vinos naturales.
Arrancamos nuestro periplo por lo mejor que el norte tiene que ofrecer en materia culinaria al lado del mar, porque la vida junto a él, siempre es mejor. Aquí el dominio es de los arroces y el tradicional bullit de peix, como el que preparan en Pou d'es Lleó, considerado como uno de los mejores de la isla. Eso en su restaurante, porque también tienen un chiringuito en plena cala donde comer de manera más informal hamburguesas, bocadillos, tapas y pescados frescos a la plancha.
A pie de playa, en la playa de San Vicente está Can Gat, especialistas en platos como las crostes con peix sec, el guisat de peix, un guiso con pescado fresco de roca y patata de la isla y postres como el flaó o la greixonera. Por su parte, en el puerto de San Miguel, triunfa Port de Balansat, que con una ubicación privilegiada frente al mar, es el lugar perfecto para disfrutar de una propuesta basada en pescado y marisco fresco, arroces y platos tradicionales como el bullit de peix o la salmorra de pescado.
Una cocina más creativa y diferente a la anterior, es la que se encuentra en Nudo, en es Figueral. Si vas buscando sus aguas cristalinas, encontrarás también este restaurante que es imprescindible. Lo que fuese un antiguo chiringuito de playa tradicional, se transformó, con el trabajo de sus chefs (alguno incluso ha pasado por Noma), en un lugar donde triunfa la "cocina mediterránea en toda regla, con un toque de México y Japón, fusionando sabores de Italia, Guatemala y los países nórdicos", como ellos mismos afirman. La carta cambia mucho, pero su bikini de berenjena con miso y scamorza, es de por sí solo la razón para visitarlo, al igual que su dilatada oferta de vinos naturales.
Aunque comer junto al mar pueda ser lo más apetecible, el interior de este norte de la isla también tiene muchos reclamos para disfrutar alrededor de la mesa. El minúsculo pueblo de Sant Llorenç tiene otros dos buenos motivos para visitarlo. Con vistas a la montaña y una terraza de lo más agradable, está Casa Lhasa, un paraíso para los amantes de las nuevas corrientes del mundo del vino, porque aquí se han especializado en vinos orgánicos, biodinámicos y naturales.
Si estos son el centro de su propuesta, no le queda a la zaga la cocina con la que los acompañan. Siempre trabajan con mercado, elaborando platos de esos que se consideran comfort food. De un lenguado con salsa de perejil a una berenjena preparada a la turca. Fuera de temporada, los domingos organizan también un tradicional sunday roast de lo más divertido.
El otro gran restaurante del pueblo es Balàfia, el restaurante que lleva ya décadas ofreciendo de las mejores carnes a la brasa de la isla. Su terraza a la sombra es ideal para dejarse llevar en este sitio tan payés. Asan todo tipo de carnes, pero el cordero a la brasa, cocinado de manera tradicional con leña de olivo, lo que le confiere un sabor único y característico, es único. Otro plato que no conviene perderse, es el pollo payés, también cocinado a la brasa y servido con una ensalada fresca y patatas. La simplicidad y autenticidad de estos platos son la esencia de la experiencia en este lugar icónico.
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En el interior de San Miguel, el elegido es Can Sulayetas, que fue el primero en elaborar los tradicionales montaditos de la isla. Que no son como los tenemos en la cabeza, sino un plato repleto de trozos de pan, con embutidos variados y quesos, que la cocinera ideó un día, para calmar el hambre de su hijo al volver de fiesta. Los martes, también hacen sardinadas y los jueves, hamburguesas caseras.
Y un nuevo hotel para los que buscan la tranquilidad
Precisamente con la intención de recuperar esa tranquilidad y esa esencia que caracteriza el norte de Ibiza, este pasado abril nacía un nuevo hotel, con una ubicación privilegiada en pleno puerto de San Miguel, Cala San Miguel Resort. Lo hacía con dos propiedades adults only, una a pie de suelo, The Club y otra que sube por la ladera de la montaña que llega a esta cala familiar.
The Club Cala San Miguel respira esencia mediterránea por los cuatro costados. Y sus 96 habitaciones, muchas con vistas a la cala o a sus coquetos jardines, son el perfecto enclave para descansar y disfrutar del silencio. Relajarse en sus piscinas, bajar a la playa que está a un paso y que cuenta con hamacas propias o disfrutar de cocina sobresaliente.
A este oasis de calma, se ha sumado una oferta gastronómica en clave "todo incluido", con diferentes modalidades, para poder disfrutar de su dilatada propuesta. Y es que los que tengan esta opción, podrán comer en las instalaciones de ambos hoteles. Y si algo es cierto, es que han cuidado la propuesta al máximo. En sus desayunos no falta de nada. Desde un corner dedicado a los embutidos de la isla (butifarra negra, sobrasada...), frutas de temporada, tostadas y dulces como unos adictivos croissant de pistacho.
En ese mismo buffet, Na Joaneta, sirven cenas que cambian la propuesta cada día, pero que apuestan por cocina mediterránea. En la parte baja, en el mismo espacio conviven Cálido Pool Bar, con platos más informales para tomar junto a la piscina como su sándwich club preparado en pan de croissant y La Savina, su restaurante especializado en cocina mediterránea. Preparan pescados del día a la brasa y arroces fantásticos, como el de gamba roja y sobrasada, entre otras cosas.
Al lado de la piscina montan un carrito de helados, para que sean los propios huéspedes los que se sirvan cuando quieran. Completan la oferta con un foodtruck que prepara smash burgers, entre otras cosas y un restaurante italiano tipo trattoria en el segundo hotel.
Si importante es cuidar lo que comemos y nutrir el cuerpo con las delicias de sus restaurantes, también lo es cuidarnos durante unas vacaciones. Por ello, el hotel propone un estilo de vida saludable y ofrece actividades complementarias a sus huéspedes. Cada mañana, puedes empezar el día con actividades como su Morning Activation, Power Training, Calistenia o Pilates, además de estiramientos o entrenamiento de alta intensidad.
Dentro y fuera del hotel, porque nos animan a descubrir esta zona de la isla con vivencias como un paseo en llaut -embarcación a vela típica del Mediterráneo-, paddle surf en la playa cercana, rutas de bici de montaña o descubrir Bibo Park, un parque botánico dedicado a la conservación de la vegetación de la isla.