Cómo conservar el champán una vez abierto para no desperdiciar la botella
Optemos por cava o champán en nuestra mesa, lo que nos interesa es aprovechar al máximo esas burbujas para disfrutar de todas las cualidades del vino.
2 enero, 2022 12:26En España, los vinos espumosos son bebidas tremendamente estacionales. En casi todas las casas se abrirá alguna botella para celebrar las fiestas. Sin embargo, cada año, nos encontramos con la misma duda: descorchar o no descorchar.
Debido a que tienen una vida útil mucho más corta que otros vinos, surgen los reparos. Por muy tonto que suene, la primera regla para conservar su contenido es terminarlo de una sentada. Pero, ¿qué pasa si no lo hacemos? Una vez le quitemos el corcho, comenzará un periodo gradual de envejecimiento, provocado por el contacto con el aire que terminará arruinando el vino.
Si nos quedamos con una botella abierta podemos aplicar algunas pautas de conservación para evitar que se eche a perder. Para empezar, digámoslo ya bien claro: olvida el mito de meter una cuchara.
Así se almacena un vino espumoso correctamente
La gran mayoría de estos vinos no responden bien a la conservación a largo plazo. Un productor los pone a la venta en el momento óptimo para su consumo, así que nada de guardar una botella más allá de dos años en la despensa.
Son además delicados; lo más recomendable es mantenerlos en una vinoteca o nos bastará con mantener la botella en posición vertical u horizontal, en un lugar oscuro, fresco y, sobre todo, en una temperatura estable, idealmente fresca. Lo ideal serían unos 10-15ºC.
Sí lo enfriaremos a la hora de servirlo, preferiblemente dejando las botellas en la nevera durante varias horas. Recurrir al congelador solo es aconsejable en casos de emergencia, y vigilando que no llegue a formarse hielo o escarcha.
Otra opción es introducir la botella en una champanera o cubo especial con agua muy fría y hielos, de buena calidad, al menos durante 30 minutos. En cualquier caso, las botellas deberían refrigerarse en vertical y, si las tenemos en la nevera, evitando las oscilaciones de temperatura de la puerta, para servirlas a 8-10ºC.
Cómo conservar el cava o champán que sobra
En primer lugar hay que evitar que la botella abierta se caliente, conservándola en un enfriador o el mencionado cubo con agua fría y hielos. Cuando sepamos que no vamos a beber más, tenemos que cerrarla lo más herméticamente posible para reducir al máximo la pérdida de burbujas y aromas, así como la penetración de aire exterior.
Para ello podemos recurrir a un tapón especial con cierre de vacío. Si no somos bebedores habituales, nos podremos apañar con cualquier método de andar por casa. El versátil plástico film bien prieto con una goma elástica será mejor que nada, siempre guardando la botella de nuevo en la nevera y lejos de la puerta. Eso sí, mejor consumir lo que ha sobrado antes de 24 horas.
Repetimos que el mito de la cuchara no funciona; es más que una falsa creencia y lo desaconsejamos. Tampoco tienen sentido trucos milagrosos como el de introducir una uva pasa; lo único que se consigue es hacer más visibles las burbujas del gas que todavía tiene el vino.
Siempre nos queda la opción de aprovechar lo que ha sobrado en algún plato, sustituyendo por ejemplo al clásico vino blanco de cualquier receta, o con elaboraciones concretas como un sorbete de limón al cava, unos langostinos o gambones al cava o un salmón al horno con salsa de cava y trufas.