Domingo 20 de noviembre. Restaurante Casa Lucio. Como cada semana desde hace unos cuantos años, Rappel (71 años) se dispone a cenar junto a tres amigos en el conocido local madrileño, uno de los favoritos del rey Juan Carlos (78). Hace mucho que ambos no coinciden en el restaurante.
El futurólogo no se imagina que esta vez sí podrá departir con el monarca emérito, pues al entrar en el salón ve que está sentado en la mesa del rincón junto a otras tres personas: la diseñadora Carolina Herrera (77), el marido de ésta y una mujer más de mediana edad y "muy bien vestida", según relata el propio Rappel a este medio.
En la mesa contigua, otro rostro conocido: el empresario Enrique Cerezo (68), acompañado a su vez por tres amigos.
Tras degustar los platos típicos de Lucio -el rey Juan Carlos optó por unos entrantes compartidos, pescado y de postre una copita de Oporto-, el personal de seguridad de Zarzuela hizo acto de presencia en el local, momento que aprovechó Cerezo para saludar al monarca, al que le une una estrecha relación. Rappel hizo lo propio con el rey emérito, que pese a ayudarse de un bastón, se movía con bastante facilidad.
"Tuvo muy buenas palabras para mí, me dijo que le había encantado saludarme y para mí fue un orgullo que se dirigiera a mí en esos términos, así que aproveché y le dije que me encantaría hacerme una foto con él. Fue muy amable y cariñoso y aceptó posar conmigo. Íbamos los dos muy combinados, como se puede comprobar", comenta divertido en conversación con EL ESPAÑOL.
Amigo de la madre del rey
La relación de Rappel con la Familia Real viene de lejos. Concretamente de la época en la que los condes de Barcelona se trasladaron a vivir a Madrid desde su exilio en Portugal. Por aquel entonces, María de las Mercedes acudía a su taller, que casi era más un lugar de tertulia porque las mujeres que acudían se sentaban a charlar mientras esperaban su turno.
"Nunca le eché las cartas, pero sí le hice muchos diseños, incluso batas para estar en casa. Era una de mis mejores clientas", recuerda emocionado. Tanto es así, que firmó el traje de chaqueta amarillo que lució el día que Don Juan de Borbón renunció a sus derechos dinásticos en favor de su hijo Juan Carlos. "Le encantaban las flores y quería lucir un traje con alguno de los colores de la bandera de España. Nos decantamos por el amarillo porque era más regio".
Aunque nunca leyó las cartas a nadie de la Familia Real, sí tuvo la oportunidad de "leer la mano" a la infanta Margarita de Borbón (77), hermana del rey Juan Carlos. "Es una mujer muy divertida y cree en estas cosas", concluye Rappel.