El exitoso vestido capa en tono verde oliva de la reina Letizia (44 años) acaparaba este lunes por la mañana todas las miradas consiguiendo, aunque sólo fuera por unos minutos, eclipsar a la propia royal y, por ende, a cualquier otro aspecto de su imagen. Pasado ese tiempo, los asistentes a la entrega de los premios Nacionales de Innovación y Diseño 2016 reparaban en que el rostro de la esposa de Felipe VI (49) era distinto al de otros días: más luminoso, con los pómulos más prominentes y rosados y con la piel más tersa.
Quizá se debiera a los efectos del maquillaje, o tal vez a algún otro tratamiento para renovar el rostro. En cualquier caso, el debate estaba, de nuevo, sobre la mesa.
Por eso EL ESPAÑOL ha tratado de dilucidar cuáles son las razones del cambio de imagen y ha hablado con dos médicos expertos que, lejos de dudar, han asegurado, ambos, que su rostro reflejaba una 'renovación'.
"Se ha realizado un tratamiento de relleno con ácido hialurónico en los pómulos, aproximadamente 1,5 centímetros, con el fin de realzarlos, además de remarcar y redefinir el contorno facial", explica a este medio el doctor Miguel de la Peña, director de las clínicas Diego de León de Madrid.
De similar opinión es el doctor Moisés Amselem, de la clínica de belleza que lleva su nombre. "Si comparamos su imagen con fotos anteriores está claro que hay un aumento de pómulos, probablemente debido al aumento con ácido hialurónico o estimuladores de colágeno (siempre sustancias naturales reabsorbibles)".
Este tipo de tratamientos de relleno de pómulos, a los que ambos médicos aseguran que se ha sometido Letizia, tienen un coste de 300 euros, mientras que el precio de la inyección de bótox es de 150 por zona.
Según el doctor de la Peña, la delgadez de la nuera del rey Juan Carlos (79) es la culpable de que su cara y sus pómulos decaigan. "Necesita rellenarlos con ácido hialurónico para lograr un efecto rejuvenecedor y un aspecto más saludable, algo que deberá repetir cada seis meses. El resultado es más atractivo y da la sensación de una piel más tersa. Este efecto se potencia además con un tratamiento posterior de mesoterapia facial con vitaminas para hidratar e iluminar la piel".
La reina Letizia no sólo se habría sometido a estos tratamientos, a juzgar por las palabras del doctor de la Peña, sino que lo habría complementado "con el del bótox en el resto de la cara para eliminar las arrugas tanto en la frente como en la zona de las patas de gallo".
El bótox sería precisamente lo que habría hecho más visible el cambio en el rostro de la reina consorte, según el doctor Amselem. "Al aplicarlo en el tercio superior de la cara (concretamente en las patas de gallo) y frenar el músculo orbicular un poco más abajo de lo que le conviene, le hace ese efecto de pómulo exacerbado que algunos llaman efecto Netol", concluye.