Cuando se cumplen diez días de la entrada en prisión de Iñaki Urdangarin (50 años) y la infanta Cristina (53) intenta mirar al frente con la única compañía de sus cuatro hijos, ahora se topa con una realidad que no esperaba. Su madre, la reina Sofía de Grecia (79), ha optado por no acudir a un evento íntimo y familiar previsto desde hace meses: la fiesta de graduación del cuarto de sus nietos, Pablo Nicolás (17) en el hotel Four Season des Bergues de Ginebra.
Tal y como recoge en exclusiva la revista ¡HOLA!, hasta Suiza se han trasladado la infanta Elena (54), la prima Alexia de Grecia (52), madrina de Pablo, Ana Urdangarin, hermana de Iñaki, y Claire Liebaert, su madre, cuya relación con su nuera es tan estrecha que últimamente no ha dudado en trasladarse desde el País Vasco hasta Suiza para cuidar de sus cuatro nietos en las puntuales ausencias de los exduques de Palma, bien por cuestiones laborales, bien por cuestiones judiciales.
Si bien es cierto, han sido contadas las apariciones públicas de la reina Sofía en las últimas semanas. El mismo día que su yerno ingresaba en la prisión de mujeres de Brieva (Ávila), la madre del rey Felipe (50) acudía junto a su hermana Irene de Grecia (76) a casa de su cuñada, la infanta Pilar de Borbón (81), en lo que se presumía un almuerzo de apoyo moral dadas las circunstancias.
El futuro de la infanta Cristina y de sus hijos
En el último año, el primogénito del matrimonio Urdangarin y Borbón ha estado fuera Ginebra, concretamente en Battambang (Camboya). Al cumplir su mayoría de edad, y a tenor de los acontecimiento familiares, Juan prefirió poner tierra de por medio y embarcarse en un viaje de misiones en colaboración con una ONG. Con este periplo ha logrado colaborar con la fundación solidaria del jesuita Kike Figaredo, con quien ya ha participado su madre, y su abuela, la reina Sofía.
Hasta ahora, el futuro de la infanta Cristina queda suspendido en el aire. Ídem el de Juan Valentín y Pablo Nicolas. Este último cumplirá 18 años el próximo mes de diciembre y se desconoce, por el momento, si ambos hermanos pondrán rumbo a Estados Unidos o Reino Unido a estudiar en la Universidad; o por el contrario permanecerán en Ginebra junto a su madre. En el primero de los casos, la soledad de Cristina se agravaría y en apenas dos meses habría pasado de vivir con un núcleo familiar formado por seis personas a hacerlo solo con tres. Dos de ellos fuera del hogar y del país; y uno de ellos ingresado, cumpliendo condena, en una pequeña prisión del norte de España.
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