Las últimas informaciones que llegan desde el palacio de Buckingham no hacen más que inquietar aún más el ya agitado ambiente en las calles e instituciones de Reino Unido. El nuevo comunicado real informa sobre la cancelación de todos los actos oficiales de la reina Isabel II (95 años) durante "al menos las dos próximas semanas", lo que ha hecho que aumente la preocupación por la salud de la soberana británica. Las líneas redactadas por los responsables cortesanos señalan que esta decisión se ha tomado para que la Reina pueda "descansar", siguiendo así el consejo de los facultativos.
Debido a esta rotunda resolución de los doctores, la soberana no podrá llevar a cabo uno de sus actos fetiches del año: "Su Majestad lamenta que esto significa que no podrá asistir al Festival del Recuerdo el sábado 13 de noviembre", explica el comunicado. Se trata de un homenaje que se hace a las Fuerzas Armadas en Londres y que llena de honor a la Reina, por este motivo, Isabel II se ha apresurado en apuntar que sigue teniendo "la firme intención" de acudir al servicio del Recuerdo el domingo 14 de noviembre, cuando se depositan coronas en el Cenotafio en la avenida Whitehall.
El hecho de vaciar la agenda institucional de la Reina para las próximas semanas llega después de que tuviera que ser ingresada en el hospital el pasado 20 de octubre. Esta visita al centro médico respondía, según palacio, a la realización de varios "exámenes preliminares" para conocer la salud exacta de la soberana. Tras regresar a su residencia, y en consonancia con las decisiones de los doctores, Isabel II se dedica a hacer "tareas ligeras de oficina" entre las que se incluyen algunas audiencias virtuales, pero no acudirá a actos presenciales. De hecho, también se ha filtrado que cuando la Reina vuelva a su agenda no podrá acudir a los eventos sola, por lo que se reforzará su equipo de seguridad y demás asistentes.
A pesar de la preocupación que está instaurada en la ciudad del Big Ben, fuentes palaciegas quieren subrayar que la monarca se expresa con "buen ánimo" y que su descanso en casa solo responde a una "precaución sensata" por parte de los médicos que responden sobre su salud. Aunque la realidad es que fue el pasado 12 de octubre cuando las alarmas ya empezaron a estallar debido a que la Reina acudió a un acto en la Abadía de Westminster acompañada por un bastón en el que se apoyaba a cada paso.
A partir de entonces, y, más aún, tras su visita al hospital, las noticias sobre la suspensión de actos por parte de Isabel II han ido en aumento. El martes, Buckingham ya anunció que la Reina cancelaba su asistencia a la cumbre del clima COP26, que comienza este domingo en Glasgow, Escocia, después de que los médicos le aconsejaran guardar descanso tras ser examinada de una dolencia que no se ha especificado.
Además, la recomendación facultativa de mantener el descanso la obligó ya a cancelar una visita programada a Irlanda del Norte. Desde entonces vive refugiada en el castillo de Windsor, su residencia oficial a las afueras de Londres. Allí es atendida y controlada por los médicos al igual que lo hacían en el hospital privado King Edward VII donde ingresó hace diez días. Precisamente ese centro de salud es el mismo en el que estuvo ingresado su marido, Felipe de Edimburgo, antes de fallecer en el mes de abril a los 99 años de edad.
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