La reina Letizia junto a Finnegan y Maisy Biden, nietas de Joe y Jill Biden, en Madrid.

La reina Letizia junto a Finnegan y Maisy Biden, nietas de Joe y Jill Biden, en Madrid.

Casas Reales FAMILIA REAL

Los tres días en que Letizia hizo de tripas corazón entre las primeras damas y las nietas caprichosas de Biden

La Reina se ha crecido estos días de cumbre de la OTAN en la capital española, pero el equipo de Casa Real, también.

4 julio, 2022 00:51

Ya nadie se acuerda de Noruega. Hace tres semanas las críticas le llovían a Zarzuela por la imagen tan absurda del rey Felipe VI (54 años) entrando en la fiesta de la mayoría de edad de Ingrid de Noruega del brazo de la heredera holandesa, Amalia (18).

Nadie entendió la razón por la cual el monarca no acudió con su propia hija Leonor (16), la princesa de Asturias (que, además, ya estaba de vacaciones) o con su esposa, la reina Letizia (49). Una vez más, el departamento de comunicación de Casa Real acusó el acto como dentro del "ámbito privado" para no dar ningún tipo de explicación a la ausencia de las mujeres de la Familia Real española. Ellas precisamente fueron las únicas que no acudieron a la gran cita en Oslo de todas las royals europeas. 

Sin embargo, todos sabemos la corta memoria que tiene este país y, tras la cumbre de la OTAN en Madrid y el éxito de Letizia como anfitriona, a nadie le preocupa ya haber quedado fatal con el resto de los royals europeos, sobre todo si Jill Biden y sus nietas, Maisy y Finnegan Biden, se han vuelto contentas a Washington, y cargadas de alpargatas y aceite, tras pasar tres días en España. 

[Quiénes son Finnegan y Maisy, las nietas de Joe y Jill Biden que han viajado con sus abuelos a Madrid]

La reina Letizia saludando a una de las nietas del presidente de Estados Unidos.

La reina Letizia saludando a una de las nietas del presidente de Estados Unidos. Gtres

La Reina se ha crecido estos días de cumbre de la OTAN en la capital española, pero el equipo de Casa Real, también. Organizar todo el protocolo de 40 delegaciones con costumbres distintas y modos diferentes es un reto del que han salido airosos e incluso con nota. "Ha sido agotador. Estamos todos desfondados. Ahora todavía nos quedan tres semanas en julio de trabajo para poder irnos de vacaciones, los que no van a Mallorca, claro, pero después de este final de junio, ya cualquier cosa es posible para este equipo", señala a EL ESPAÑOL una fuente cercana al equipo de Felipe VI.

"Se ha trabajado con seguridad, con ganas y con 100% de implicación. Las horas que han hecho todos los departamentos para que todo salga bien han sido increíbles. En una cita así son muchas las anécdotas y muchísimos los imprevistos, pero creemos que se han sabido solucionar con éxito. Desde luego se puede decir que estamos satisfechos", recalca.

El único fallo que se le puede achacar a la organización de la Casa tuvo lugar durante la cena de jefes de Estado y Gobierno que tuvo lugar en el Palacio Real de Madrid, cuando Viktor Orbán, el presidente húngaro famoso por sus mensajes homófobos, se vio obligado -por protocolo- a sentarse al lado del arquitecto Gauthier Destenay, marido del primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel. "Pero todo salió bien y no paso nada. Además, ¿quién dice que fue un error?", añade la misma fuente. 

Letizia, de tripas corazón

La reina Letizia y la primera dama estadounidense Jill Biden durante el paseo de la Granja de San Ildefonso.

La reina Letizia y la primera dama estadounidense Jill Biden durante el paseo de la Granja de San Ildefonso.

Letizia ha tenido un doble papel en esta cita internacional. El primero, ser la perfecta anfitriona de las esposas y parejas de los mandatarios de la cumbre haciendo de guía por la cultura española; el segundo rol, el de dar la imagen de una reina regia, joven y profesional. En ambos casos ha sacado buena nota.

Quien la conoce sabe que, en su primer papel, el de guía de las primeras damas y caballeros (ya que había dos hombres en el grupo) no se siente cómoda. Como le ocurre a la mayoría de la opinión pública, le cuesta entender que con los mandatarios reunidos en IFEMA decidiendo la política internacional de los próximos años, ella tenga que invitar a té en La Granja a sus esposas. "Pero fue consciente desde el principio de la importancia que los americanos (que son los que mandan aquí) dan a este papel de primera dama que recibe", indica una de las mejores amigas de la Reina.

"Sabe que la visibilidad de todo el patrimonio, historia, música y solidaridad española nos ponía en el mapa de atención internacional, una llamada ideal para el turismo. Letizia hizo el esfuerzo de ser el espejo y muestra de toda la civilización y forma de vida de los países de la cumbre, que ahora parece estar en peligro como ocurría durante la Guerra Fría, y con una misma amenaza a pesar de haber pasado más de siete décadas", revela la misma fuente.

La reina Letizia en La Granja de San Ildefonso.

La reina Letizia en La Granja de San Ildefonso.

Así que Letizia ha hecho de tripas corazón y durante tres jornadas enteras ha dado su mejor cara para todos, tanto para sus invitados como para los medios de comunicación, entre los que están sus habituales, que ya reconocen al segundo cuando la Reina no está a gusto.

"Pero lo ha dado todo, nadie podría decir nada. Ni una mala cara, todo sonrisas. Ha estado fabulosa", asegura uno de esos compañeros que cubren las noticias de la Casa Real cada jornada, incluso cuando saben que el acto de ese día no tendrá salida en sus medios. 

"Un buen ejemplo han sido las esperas. La Reina no está acostumbrada a ellas. Siempre es al revés, ella es la esperada, aunque hay que decir que jamás llega tarde, nunca, es puntual como un reloj suizo. Cosa que no se puede decir de la señora Biden, que ha llegado tarde a todas las citas", revela una persona cercana a su equipo:

"Una de las razones por las que a Letizia no le gusta esperar es porque en esos minutos los compañeros gráficos aprovechan para hacerle fotos desde todos los ángulos y con todo detalle, cosa que, a ella, como es natural, no le gusta. Pero ha tenido que aguantar y sonreír. Y cuando por fin aparecía la primera dama norteamericana, un gran abrazo y como si nada", añade.

Invitadas inesperadas

Otro gesto a su favor ha sido el trato que se la ha dado a las nietas de los Biden, las invitadas inesperadas a la cumbre de la OTAN Maisy y Finnegan, que han sido casi tan protagonistas como sus abuelos. En el primer encuentro con Jill Biden en el palacio de La Zarzuela, la americana apareció con estas dos jóvenes de 20 y 21 años, aunque no se las puede ver en las imágenes debido al protocolo de Casa Real, acordado junto a la Casa Blanca.

Pero su presencia no pasó desapercibida, y mucho menos su forma relajada de vestir para acudir a ver a la esposa del jefe del Estado española, ya que una de ellas llevaba una sudadera. Tras el encuentro formal, todas tomaron un té en uno de los salones del palacio y allí, las dos jóvenes americanas dieron rienda suelta a su curiosidad y aireando sus caprichos.

El chef José Andrés se hace un 'selfie' con la primera dama Jill Biden, la reina Letizia y el equipo de la ONG World Central Kitchen

El chef José Andrés se hace un 'selfie' con la primera dama Jill Biden, la reina Letizia y el equipo de la ONG World Central Kitchen Europa Press

"No pararon de hacerle preguntas a la Reina, cuestiones que normalmente nadie se atrevería a hacerle y a las que ella contestó con paciencia y cariño. Le preguntaron mucho por las mejores rutas de compras por Madrid y los mejores restaurantes. Ella les dio unos cuentos consejos y luego ellas, por la tarde, las pusieron en práctica arrasando por la calle Serrano. Lo que más les llamó la atención fueron las alpargatas, querían saber dónde podían comprar unas, igual que su abuela, fue una reunión distendida, del estilo de cualquier joven, pero más si eres americana y no tienes ni idea qué significa estar delante de una reina", aclara la misma fuente.

Bien es cierto que a la Reina se le notan mucho los afectos, cosa a la que ya nos hemos acostumbrado a lo largo de sus años primero como princesa de Asturias y ahora como consorte. Durante estos días no ha dudado en mostrar su especial cariño, con varios gestos, hacia el matrimonio Macron, con los que los Reyes mantienen fuera de los focos una buena relación de amistad. Así, Letizia se mostró un poco disgustada ante la ausencia de Brigitte a la excursión de la Granja de San Ildefonso, en Segovia.

"Los de protocolo del Elíseo aseguraron que la esposa del presidente galo estaba algo indispuesta. Nos tememos que tras el paseo que dio con su marido por Madrid la noche anterior, en la que se dieron una buena caminata desde el Palacio Real hasta la embajada de la República Francesa que está en la calle Serrano, hizo que al día siguiente no quisiera madrugar y decidiera unirse después en el Reina Sofía para el posado frente al Guernica", indica. 

Modelos made in Spain

Letizia también ha cumplido a la hora de la elección de sus modelos, que tiene mucha importancia. La esposa de Felipe VI ha dado visibilidad a la moda made in Spain en cada una de sus apariciones, dos de ellas con diseñadores de modistos pequeños y poco conocidos fuera de nuestras fronteras como José Hidalgo o Laura Bernal. Por el momento es complicado saber la repercusión que ha tenido en los negocios de estos dos jóvenes diseñadores la imagen de la Reina luciendo uno de sus vestidos, foto que se ha visto en todo el mundo.

Jill Biden y la reina Letizia, que fue vestida de José Hidalgo, en el Palacio de la Zarzuela.

Jill Biden y la reina Letizia, que fue vestida de José Hidalgo, en el Palacio de la Zarzuela. Efe

"Pero aquí también hay que tener en cuenta los americanos. Se habla con los distintos departamentos de protocolo para que las dos no coincidan en lo que van a llevar. De hecho, durante la cena ofrecida en el Palacio Real, Jill Biden le comentaba al Rey y a su esposo, que sería una verdadera pesadilla coincidir con Letizia en un mismo diseño, ya que ella es 'simplemente espectacular'" nos cuenta entre risas una amiga de la Reina.

Y eso es algo que no se puede negar, a sus casi 50 años, los cumplirá el próximo 15 de septiembre, la soberana española puede presumir de un cuerpo escultural y en parte es gracias a la alimentación que sigue y de la que también pudo hablar largo y tendido durante su papel de anfitriona del resto de las primeras damas de la OTAN.

Fue en su último acto, durante la cata de aceites de oliva en el Teatro Real cuando Letizia desplegó toda su sabiduría de nutricionista y dejó a sus invitados sin palabras tras la lección que recibieron de los beneficios del oro líquido y de la dieta mediterránea. De hecho, la delegación americana y la francesa pidieron varios litros para llevarse de vuelta a casa y poner en práctica algunos de los consejos que les regalo la esposa de Felipe VI.

La reina Letizia, en su último acto oficial en el contexto de la cumbre de la OTAN.

La reina Letizia, en su último acto oficial en el contexto de la cumbre de la OTAN. Gtres

"Toda la comitiva se quedó sorprendida. Al principio la Reina estaba sentada detrás, cerca de la francesa, en las sillas y taburetes altos que hay en la parte de arriba del teatro. Según iba avanzando la cata, ella iba entrando más en la charla del experto y añadiendo datos y detalles a lo que decía. Al final, casi hizo ella la cata", explica una de las personas que estaban presente en el último acto de las primeras damas y caballeros de la OTAN.

Podemos decir, sin lugar a duda, que la Reina se ha vuelto a ganar el sueldo. Detrás de cada saludo, cada comentario o broma, se ve un gran trabajo detrás y muchas horas de lecciones de inglés, hay que recordar que cuando entró en la Zarzuela por primera vez su nivel era muy bajito. 

[Letizia despide su papel de anfitriona de la OTAN con el vestido de Carolina Herrera que mejor resalta su figura]

Letizia ha dado una buena muestra de eficacia institucional de las monarquías modernas. Además, ha demostrado que puede trabajar en equipo, compartiendo tareas con la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, que ha sido la invitada sorpresa, ya que hasta entonces nunca la habíamos visto con un papel tan protagonista en una cumbre internacional.